Las tercias presidenciales
Ramón Zurita Sahagún viernes 22, Dic 2017De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Con la integración de un nuevo frente, coalición o alianza entre tres partidos, quedó listo el escenario en que irán los organismos políticos con registro en pos de la Presidencia de la República, quedando a la espera de los abanderados independientes.
Hasta el momento, la curiosidad y el entusiasmo (si es que lo hay) se manifiesta entre aquellos que representarán a los partidos y del que puede surgir el nuevo Presidente de México.
Con todo y que los independientes serán la gran novedad en la contienda electoral del uno de julio, la atención se concentra en los tres candidatos nominados por partidos políticos, los que inician con gran ventaja, ya que tienen derecho a las precampañas, lo que los independientes no.
Es decir, el suelo no está tan parejo como se pretende, ya que los aspirantes independientes buscan afanosamente las firmas que les permitan alcanzar el rango de candidatos (casi 900 mil), mientras los abanderados de los partidos cuentan con spots durante dos meses, los que les permitirán posicionarse a ellos y los partidos que representan.
Conforme avanzan los tiempos de recabar firmas, Margarita Zavala Gómez del Campo y Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón, parecen ser los únicos de los prospectos independientes que lograrían recabar las firmas necesarias, aunque habría que comprobar si provienen de, cuando menos, 17 entidades del país, con el mínimo de uno por ciento de los respectivos padrones.
En caso de que nadie de ellos, incluidos Margarita y Jaime Heliodoro, alcanzase dicha cifra, entonces el proceso electoral se concentraría en tres candidatos, cada uno de ellos respaldado por un partido fuerte y un candidato que habría de serlo, para conformar un buen binomio.
Finalmente, Morena se sumó a la estrategia de ir tres partidos disímbolos en un mismo paquete, aunque dos de ellos podrían ser considerados del mismo tenor y el tercero diferente.
Andrés Manuel López Obrador será cobijado por su partido, el que apenas con tres años como tal se ha convertido en un gran factor de decisión política, con grandes posibilidades de triunfar el uno de julio.
Sabedores de que la contienda presidencial requiere de otros ingredientes, los dirigentes de Morena (el propio AMLO) decidieron sumar algunos de los partidos minoritarios que deambulan en busca de sobrevivencia.
Encontraron en su búsqueda dos de ellos, uno aliado de siempre del tabasqueño, el Partido del Trabajo, que a punto estuvo de perder su registro en la pasada contienda electoral (2015) y que subsistió gracias al apoyo del PRD y del PRI.
El partido, propiedad de Alberto Anaya, fue el primero en aliarse alrededor de la candidatura presidencial de López Obrador, consciente de que de otra forma estaría expuesto a perder su registro como partido.
El partido de Anaya es fuertemente cuestionado por una serie de circunstancias ajenas a las actividades políticas y enmarcadas dentro de los negocios privados, por lo que requiere de un apoyo fuerte como lo constituye Morena.
La adición del PES, surgió después de que este partido intentó todo. Sumarse con el PRI, con el Frente Opositor, para finalmente negociar con Morena, en términos ventajosos.
Como Morena, el Partido Encuentro Social surgió en los comicios federales el 2015 y sobrevivió a los resultados, aunque a diferencia del partido de López Obrador con menor presencia.
El PRI logró convencer a los partidos Verde y Nueva Alianza de participar nuevamente en una alianza con ellos, en este caso por vez primera ir juntos en una presidencial, luego de los momentos amargos vividos en el Estado de México, donde fueron ninguneados.
De la misma forma que el PES, el PVEM y el Panal amagaron con irse en un gran frente opositor con PAN, PRD y MC, aunque nunca fueron considerados en ese proyecto.
Los verdes, incluso, querían llevar candidato propio, luego de no compaginar con el frente opositor, como una estrategia para vender más caro su respaldo al candidato priísta.
Finalmente, José Antonio Meade Kuribreña, el candidato “ciudadano” del PRI contará con el invaluable apoyo de partidos con un poco más de presencia en el escenario nacional, donde han logrado sobrevivir por varios procesos electorales.
La tercera terna de partidos está conformada alrededor del candidato Ricardo Anaya Cortés y la integran Acción Nacional, de la Revolución Democrática y Movimiento Ciudadano.
Esta alianza fue la primera en perfilarse, aunque parecía se desmoronaba a cada rato. El llamado Frente Opositor se consolidó con todo y que se sabía de antemano el nombre del candidato y provocó varias fisuras dentro del partido dominante, con fue la salida de Margarita Zavala y la presencia de los senadores rebeldes, incapaces de ganar una elección.
Jorge Luis Lavalle, Javier Lozano Alarcón, Ernesto Cordero Arroyo, Roberto Gil Zuarth y Salvador Vega, son senadores todos ellos, gracias a las bondades del sistema político mexicano y no por su presencia electoral.
Como en cada uno de los casos anteriores, el partido con mayor presencia puso al candidato presidencial y los otros partidos solamente aportarán los pocos o regulares votos que puedan conseguir a cambio de una gran tajada de posiciones de elección popular.
De no producirse la postulación de los independientes, los tres candidatos tendrán que apelar a grandes estrategias y a intentar el convencimiento de un electorado cada día más escéptico, respaldado en sus alianzas.
Con la integración de un nuevo frente, coalición o alianza entre tres partidos, quedó listo el escenario en que irán los organismos políticos con registro en pos de la Presidencia de la República, quedando a la espera de los abanderados independientes.