El regalo del güero loco
Alberto Vieyra G. jueves 21, Dic 2017De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Los gringos retroalimentan su nacionalismo por medio de dos vías: la guerra y la economía boyante.
El güero loco lo sabe muy bien y buscó, en la reforma fiscal norteamericana, una de sus principales promesas electorales, hacer el mejor regalo para los ricos más ricos de las tierras del Tío Sam. ¡Le dio al clavo! Hasta que Donald Trump pudo conectar, finalmente, su primer hit político, que podría tenerlo ya en la antesala de la reelección presidencial gringa para el 2020. ¿La construcción del muro y el fin del TLC con México serán su próximo hit?
De un plumazo, les bajó del 35% al 21% el impuesto sobre la renta (ISR) que se convertirá en un poderoso imán para atraer capitales de todo el mundo y repatriar a otros que están en México y hasta en China.
El recorte único, desde la era de Ronald Regan, allá por los años ochenta, que beneficia, sobre todo, a las poderosas empresas multinacionales, suma 1.5 billones de dólares, que dejarán de entrar a las arcas de la nación y que, supuestamente, serán suplidos con impuestos a las importaciones de todo el mundo. Reducir las tasas impositivas no sólo a los mastodontes de la empresa, sino también a personas físicas, y aplicar un impuesto a los productos importados, son los dos ejes principales de la propuesta de reforma fiscal que impulsa el nuevo gobierno de los Estados Unidos, encabezado por Donald Trump.
Para no pocos economistas y analistas, que no son jilgueros del imperio capitalista del mal, la reforma trumpiana, el regalo más extraordinario para los ricos, se traducirá en mayor deuda pública que ahoga a los Estados Unidos y que suma, en total más de 14 billones de dólares. ¿En dónde cabría semejante millonada? Como en un tren de 500 furgones.
Recuérdese que las principales naciones tenedoras de bonos de deuda pública de Estados Unidos son Japón y China.
El regalo trumpiano a los ricos gringos, tiene, a empresarios mexicanos, tronándose los dedos y, con fusil en mano, para obligar al gobierno mexicano a bajar el impuesto sobre la renta (ISR) y cancelar todo tipo de prestaciones sociales a sus trabajadores. Sí, quieren esclavos.
La reforma fiscal del güero loco crea incertidumbre en México, y presiones adicionales sobre el vapuleado peso mexicano que, pronto podría llegar a los 24 por cada billete verde, dependiendo de cuánto dure o se acabe el TLC con Estados Unidos.
¿Qué la bestia trumpiana aplicará impuestos a los productos fabricados en México? No, mientras siga en vigor el Tratado de Libre Comercio. Si el güero loco decide imponer impuestos a los productos mexicanos, se haría acreedor, Estados Unidos, a demandas millonarias ante los paneles internacionales, pues el TLC consagra el espíritu del libre mercado, sin aranceles, esto es sin impuestos. Así que no creo que la bestia trumpiana sea tan bestia para meter las 4.
Lo que sí es cierto, es que el próximo gobierno mexicano, tendrá que privilegiar el mercado interno, no sólo para producir lo que comemos los mexicanos, sino para venderle a los mercados asiáticos, europeos y africanos. ¿Qué otras presiones habrá sobre México? Estarán, sin duda, las presiones de los grandes especuleros del dinero, y los gringos, que no dejarán de meter sus narices y la mano peluda en la sucesión presidencial mexicana.
¿A poco cree usted que, en eso de la democracia nos mandamos solos? Pues claro que no.