Sueños guajiros
¬ Augusto Corro martes 19, Dic 2017Punto por punto
Augusto Corro
Los candidatos independientes siguen empeñados en su lucha por conseguir el registro que les permita competir por la silla presidencial el próximo año.
Entre los políticos sin partido, la “grilla” se encuentra llena de obstáculos. Uno de estos es la presencia de la tecnología que no les permite avanzar con rapidez en la recolección de más de 800 mil firmas.
Esta cifra de rúbricas es para alcanzar el registro y sus nombres aparezcan en las boletas electorales. ¿Lo conseguirán?
Entre los independientes está el gobernador de Nuevo León Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”, una especie de milagro político que venció a la partidocracia en su entidad. Ese triunfo le dio bríos para buscar la candidatura presidencial. Es como decir que busca jugar en ligas mayores.
No será fácil. En su entidad, superó la calificación de aprobado, pero ahora el INE le exige alcanzar el uno por ciento del padrón en cada una de las 32 entidades federativas, lo cual tiene un costo en dinero, pues sus auxiliares deberán recorrer el país completito.
Sus paisanos se encuentran desmoralizados con la manera de administrar del independiente. Su participación en la justa electoral parece un capricho, sin sentido, que no le augura triunfo alguno.
Aunque es el aspirante, primero en completar las firmas (sólo de su estadop y circunvecinos) las firmas que exige el Instituto Nacional Electoral (INE) para su registro, todavía están por conseguir la aceptación de los electores en por lo menos 17 estados.
En segundo lugar aparece la ex panista Margarita Zavala, quien tiene menos firmas que las reunidas por “El Bronco”. Avanza en su proyecto. Quizá porque no logra sacudirse a su marido, el ex presidente Felipe Calderón Hinojosa, quien no pierde la oportunidad de recoger rúbricas.
Los otros aspirantes continúan en el anonimato. Ellos son Armando Ríos Píter, Pedro Ferriz de Con, María de Jesús Patrilcio y Edgar Ulises Portillo. Claro, nadie les puede negar el derecho a soñar. ¿O sí?
¿Y el nepotismo?
En tiempos pasados el nepotismo se manejaba todavía con un poco de pudor. Era muy criticado que los políticos beneficiaran a sus familiares con cargos importantes en su administración.
Luego todo cambió. Ahora, puedes ser hijo, hermano, padre, primo, etc., con posibilidades de una herencia política sin ningún problema.
En los casos de algunos gobernadores la protección y ayuda a los parientes se ve como una acción política normal. Como si se tratara de algo común heredarles el poder a los parientes cercanos. Se trata de acciones arbitrarias de políticos encumbrados en el poder, dueños de vidas y haciendas.
En Veracruz, el mandatario, Miguel Ángel Yunes Linares, tiene un año que llegó a la gubernatura y su entidad es una de las más afectadas por la inseguridad.
Sin embargo, poco o nada le preocupa la espiral de violencia que flagela a los veracruzanos. Su mayor preocupación es dejarle el cargo de gobernador a su hijo Miguel Ángel Yunes Márquez, alcalde de Boca del Río.
En esa aventura, el gobernador no se limita en intimidar a las diferentes organizaciones sociales para que apoyen a su hijo. La campaña a favor de su vástago la empezó desde el mismo día en que asumió el poder, que le duraría dos años. Para el próximo sexenio, habrá nuevo gobernador. Y Yunes Linares quiere que sea su pariente.
En algunos casos el nepotismo no es tan directo, pero sí la influencia política de los padres para heredarles cargos importantes en la administración pública. En Oaxaca, tenemos el caso del gobernador Alejandro Murat.
Su padre, el impresentable José Murat, quien fue mandatario estatal, logró que su hijo ocupara el cargo que desempeñó con la total reprobación de la sociedad oaxaqueña.
En Coahuila, los hermanos Humberto y Rubén Moreira aplicaron el nepotismo abierto y descarado. El primero dejó el gobierno en manos de Rubén, quien, como es lógico, sirvió de tapadera de su hermano. Sin embargo, ambos cargan un sinnúmero de acusaciones graves, entre otras las de colaborar con los grupos delincuenciales, conocidos como “Los Zetas”.
¿Tiene algo de malo o criticable que Yunes Linares ayude a su hijo a ganar la gubernatura de Veracruz? Porque se debe saber que el mandatario actual no pudo cumplir con sus promesas de campaña. Dijo que regresaría la seguridad a Veracruz y en el presente la violencia se encuentra peor que nunca.
También se comprometió a encarcelar a su antecesor Javier Duarte por el cúmulo de delitos cometió al frente del gobierno veracruzano.
El ex mandatario sí está preso, pero nadie se preocupa por exigirle cuentas. Está en las mismas condiciones que el ex gobernador de Quintana Roo, Roberto Borge.