Un mal fin
Freddy Sánchez martes 5, Dic 2017Precios y desprecios
Freddy Sánchez
La “fiebre” de compras no concluyó con el “Buen Fin”.
Más bien comenzó “a todo vapor” y continuará hasta agotar el último peso de los consumidores (al menos de los que todavía tengan algo), para el 6 de enero del 2018.
Como en años anteriores, las incitaciones a comprar con un intenso “bombardeo” publicitario, dando cuenta de las “megaofertas” en todos los grandes comercios, pudieron más que la racionalidad de los consumidores.
De los anaqueles desaparecieron miles y miles de equipos electrónicos, ropa, zapatos y, naturalmente, los teléfonos celulares, que según reportes sobre el nivel de ventas en los días del “Buen Fin”, fueron estos últimos los más solicitados por compradores.
El prurito de la comunicación telefónica y el expansivo e interminable intercambio de mensajes entre los usuarios de teléfonos móviles, dio “rienda suelta” a la adquisición de estos aparatos que como herramienta vital para el trabajo, se usa mucho menos que para el “chacoteo”.
Pero, justamente, de eso se trata la incitación del consumismo, que suele llevar a mucha gente a comprar supuestamente barato, lo que no necesita, teniendo que pagar después más caro, lo que necesita.
Bajo este esquema hay que decir pues, que “la mesa está puesta” para los comerciantes ávidos de ganancia, si consideramos que las compras al por mayor seguirán lo que resta del año y a principio del próximo, durante el periodo que “todo mundo” conoce como Guadalupe-Reyes.
Tiempo de dar calor y cariñito, disfrutar de encuentros amistosos, reuniones con los amigos y la familia, convivir alegremente en la “Noche Buena”, brindar festivamente degustando de las tradicionales doce uvas para desear lo mejor a los convidados de la cena en la víspera del “Año Nuevo” y claro está terminar de echar la “casa por la ventana”, queriendo complacer a los niños con un espléndido reparto de regalos el Día de Reyes.
Y es que las tradiciones pesan más que las leyes y el sentido común tal como ha sucedido en años anteriores y así será en las fiestas decembrinas.
Lo que por supuesto, significa para la gente un merecido placer, aunque de eso se aprovechan los comerciantes voraces para “hacer su agosto” y de paso añicos los haberes económicos de la población en general con tretas comerciales para vender lo que no se vende en otras épocas del año y encarecer lo que tanto se demanda con motivo de las fiestas de diciembre.
La consigna es saquear los bolsillos del consumidor a como dé lugar.
Ante esta realidad, no hay dinero que alcance a millones de compatriotas para acariciar una mejor forma de vida.
Sobre todo por las tres siguientes razones: los ingresos familiares siguen estando por debajo de lo indispensable para garantizar bienestar social, poco o nada se detiene el encarecimiento abusivo de bienes y servicios y las estrategias engañosas del comercio hacen que la gente malgaste su raquítico presupuesto, particularmente en ésta época que se alarga hasta el “Día de Reyes” y comienza con “El buen Fin”.
Y como es lógico mucho del efectivo que se utiliza para las compras de finales de año, suele tener un mal fin.