El regreso de los Cárdenas
Ramón Zurita Sahagún viernes 26, Nov 2010De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Cinco años esperó pacientemente la familia Cárdenas para regresar a los primeros planos políticos, sabiendo que su presencia seria necesaria para conciliar al interior de la izquierda.
Siendo Lázaro Cárdenas Batel gobernador de Michoacán prefirió mantener un perfil bajo, cuando su padre, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, fue ninguneado por la nueva figura de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador.
Eran tiempos en que AMLO se preparaba para contender por la Presidencia de la República, desplazando una posible cuarta candidatura de Cuauhtémoc, a quien no consideró necesario su respaldo.
La ruptura Cárdenas-López, fue tal vez, uno de los ingredientes que ocasionaron que el tabasqueño quedara a un cuarto de millón de votos del triunfo electoral.
Conscientes de que el nuevo rey había nacido y el viejo rey debía retirarse, el michoacano se refugió en otras tareas, se replegó, optó por dar conferencias de todo tipo y ser selectivo en los eventos a los que asistiría.
En Michoacán, Lázaro comprendió que no eran tiempos de subirse al ring o ponerse los guantes, ya que sería una pela dispareja, por las categorías en que uno y otro se encontraba ubicado.
EL nieto del “Tata” e hijo de Cuauhtémoc, terminó su administración sexenal y decidió viajar al extranjero, so pretexto de estudio y así la familia esperó el momento oportuno de volver.
Y lo hacen como los toreros de antaño, por la puerta grande, en los momentos de mayor coyuntura de la izquierda, cuando el partido que fundó el padre se resquebraja y no se ven adversarios para contender por la presidencia del partido.
Pero además de todo, Lázaro Cárdenas Batel vuelve a petición expresa de los grupos en pugna que ven el deterioro del partido y apenas reaccionan, ante la cercanía de la sucesión presidencial.
Y es que el partido se desmorona entre acusaciones de todo tipo contra militantes del mismo, mientras que las dos nuevas figuras de la izquierda sostienen una dura batalla por el control del organismo y por la candidatura presidencial.
Las posturas antagónicas entre Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard Casaubon, sobre las alianzas y candidatura comunes, mantienen en jaque a la militancia, mientras que los grupos se dispersan y reagrupan.
De ahí que al PRD le urja una figura para relevar a un deteriorado y relegado Jesús Ortega y a su núcleo de “Los Chuchos” que fomentaron la división de la militancia y convirtieron al partido en una feria de vanidades.
Pocos son los nombres que se puedan barajar para relevar a un Jesús Ortega cada día más vapuleado que anunció su decisión de dejar la presidencia del partido del sol azteca antes de que termine su plazo.
Luego de que la llegada de Jesús sucedió en medio de descalificaciones y en forma cuestionada, su salida se advierte todavía peor, ya que en su breve gestión se cumplieron las alianzas con el PAN, que les permitió ganar en forma conjunta tres gobiernos estatales, los que de otra manera, jamás hubiesen alcanzado.
La forma en que se operaron las alianzas ocasionó fuertes cuestionamientos al dirigente perredista y el rompimiento con el líder moral del partido y su grupo, algunos de ellos incrustados en otros partidos políticos.
De ahí que con la propuesta de Lázaro Cárdenas Batel para la presidencia del partido se busque reagrupar a las distintas tribus y operar una buena estrategia para competir con posibilidades de éxito en la contienda presidencial del 2012.
Lázaro es uno de los pocos perredistas ubicado dentro de los altos mandos que no arrastra militancia en otros partidos y que su carrera política la desarrolló dentro del partido que fundara su padre.
De concertarse su elección como dirigente nacional del partido, Lázaro Cárdenas Batel le permitiría a su padre, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, reintegrarse a la vida política activa.
Lo de Lázaro es una emergencia que conviene a los intereses de los contendientes por la candidatura presidencial, principalmente luego de los escándalos sobre presunta corrupción estallados alrededor de dos figuras vinculadas al grupo de Marcelo Ebrard Casaubon, la ex gobernadora de Zacatecas, Amalia García Medina y la presidenta de la ALDF, Alejandra Barrales Magdaleno, por una de sus principales operadoras, señalada por supuestos actos de corrupción.
Desayunaban ayer animadamente el presidente del Senado de la República, Manlio Fabio Beltrones y un cuestionado personaje Flavio Galván, magistrado del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Galván fue señalado en el pasado reciente por supuestos actos de favoritismo en favor de una de sus asistentes, aunque también propuso hace poco unos cambios polémicos como serían la creación del Poder Electoral, el que su sumaría a los tres existentes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
El Poder Electoral estaría conformado por el Tribunal Electoral, el Instituto Federal Electoral y la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales.
Galván insiste en que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación no debe formar parte del poder Judicial.
*Nerviosismo en Veracruz ante la danza de nombres que se manejan para la conformación del gabinete de Javier Duarte de Ochoa que el primero de diciembre asume funciones.
Hay de todo, pero abundan los nombres rimbombantes entre los posibles integrantes de su equipo de gobierno.
Tres son las figuras que sobresalen: Gerardo Buganza Salmerón, ex candidato al gobierno del estado postulado por el PAN y activo en la campaña de Duarte, el que suena para la secretaría de Gobierno. Tomás Ruiz González, otro disidente, ex priísta, ex presidente de Nueva Alianza, ex director de Banobras y de la Lotería Nacional, es la carta fuerte para la secretaría de Finanzas. Rafael Macedo de la Concha, ex Procurador General de la República, suena como el posible procurador del estado.