La Cumbre de Cancún
Luis Muñoz viernes 26, Nov 2010Segunda vuelta
Luis Muñoz
Uno de los temas que más preocupa no sólo a México, sino al resto de países del mundo, es el calentamiento global, por ello, es importante la firma del acuerdo Contra el Cambio Climático que hoy encabezó el diputado federal y dirigente nacional de la CROC, Isaías González Cuevas, en el Alcázar del Castillo de Chapultepec.
Es importante la firma del documento porque representa un esfuerzo de los sectores sociales y productivos para emprender compromisos y acciones que permitan preservar los ecosistemas, avanzar en el uso óptimo de agua y consumo de energía y reducir las emisiones de CO2 que inciden directamente en el calentamiento global de la Tierra.
A este compromiso acudieron dirigentes empresariales, legisladores, líderes obreros y representantes de las organizaciones no gubernamentales que decidieron sumarse a esta lucha contra el calentamiento global impulsando acciones que detonen la participación de la sociedad civil, además de presentar propuestas para su discusión y análisis en la Cumbre COP-16 de Cancún, Quintana Roo, que inicia este lunes y concluye el 10 de diciembre. A propósito de este evento, hay que decir que, de acuerdo a expertos, los mexicanos además de padecer el cambio climático, llevamos a cuestas una mayor deuda con la contratación de créditos para mitigar los efectos de este fenómeno.
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en su oportunidad, informó que el Banco Mundial aprobó tres préstamos para México por un monto total de 700 millones de dólares, los que se suman a otro préstamo por 400 millones del Banco Interamericano de Desarrollo, ambos para invertirse en la mitigación del cambio climático.
De acuerdo con organizaciones de la sociedad civil, la deuda externa de los países pobres está directamente ligada con la imposición de políticas económicas y públicas que fomentan la explotación irracional de recursos naturales a favor de empresas trasnacionales, generando con ello mayor deuda ecológica.
Según la Secretaría de Hacienda, “el Banco Mundial se une al respaldo que otras instituciones internacionales han dado a las políticas establecidas por la administración del presidente Felipe Calderón, para dar respuesta a los desafíos que el cambio climático impone, así como para incentivar un desarrollo económico amigable con el medio ambiente”.
La noticia de la nueva deuda de México, ahora con el pretexto de combatir el cambio climático, se dio previo al inicio de las negociaciones de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP16), que se celebra en la ciudad de Cancún. México, como país anfitrión, será el responsable de conducir estas negociaciones; sin embargo, a nivel doméstico el gobierno ha sido criticado por la sociedad civil por mantener un doble discurso, con el que a nivel internacional intenta asumir un liderazgo en la mitigación del cambio climático, mientras que su política pública sigue empeñada en la explotación y dependencia económica del petróleo. Más aún, con la gestión y aceptación de estos préstamos internacionales, el gobierno de México se somete a pagar a costo de sus recursos públicos, los efectos del cambio climático ocasionado principalmente por los países altamente industrializados, como Estados Unidos.
Mientras que países como Bolivia, internacionalmente han demandado el reconocimiento de la deuda ecológica por parte de los países altamente industrializados, quienes deberían de inyectar recursos a fondo perdido a los países del sur para enfrentar las consecuencias del cambio climático.
El gobierno del presidente Calderón dio a conocer que parte de estos préstamos se aplicarán para incrementar la oferta de la energía renovable, promover el manejo forestal sustentable y las inversiones en vivienda sustentable.
Este fenómeno preocupa a todos y los partidos políticos no son la excepción. El PRI, por ejemplo, señala que el cambio climático, que se expresa actualmente en la destrucción de infraestructura y la pérdida de vidas por las lluvias, lo convierte en una preocupación sustantiva del partido, que traduce sus acciones en la materia en agenda de trabajo y en instrumentos para el desarrollo ambiental sustentable. El secretario del Medio Ambiente del CEN del PRI, Adrián Arredondo Álvarez, después del diagnóstico realizado por especialistas sobre lo ocurrido en Veracruz, dijo que las estimaciones de recursos económicos que se requerirían para atender las afectaciones en ese estado son del orden de los 50 mil millones de pesos, y la reconstrucción material se podría llevar hasta 10 años, precisó. Para fortalecer la conciencia y la acción entre los jóvenes en los temas ambientales, la Secretaría del Medio Ambiente llevó a cabo con el apoyo del área de Relaciones Académicas del CEN del PRI, un concurso en el que se registraron 358 jóvenes de 30 entidades federativas, para participar en tres temas: medio ambiente, recursos naturales y cambio ambiental. RETO DE LA ONU. La ONU y las delegaciones de los 194 países que asistirán a la cumbre sobre cambio climático de Cancún (México) se enfrentan al difícil reto de lograr unos objetivos comunes para combatir ese problema y evitar que se repita un fracaso como el de Copenhague en 2009. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y la responsable de la Convención sobre Cambio Climático, la costarricense Christiana Figueres, dirigirán estas negociaciones que comenzarán el próximo lunes y se prevé que finalicen el 10 de diciembre, y deberán asegurarse de que los compromisos que de ahí salgan se transformen en acciones concretas.
La percepción de la ONU, según afirmó esta semana el secretario general adjunto de Naciones Unidas, Robert Orr, es que en Cancún “se pueden conseguir avances considerables, lo que no quiere decir que esperamos que se resuelvan todos los asuntos”. Ban Ki-moon ya ha subrayado también que en Cancún harán falta “progresos en todos los frentes. Hay que avanzar en la protección de los bosques, las finanzas y en la cooperación y adaptación tecnológicas”. “Los progresos en esas áreas pueden dar resultados inmediatos, en particular para los más vulnerables. Podemos y debemos avanzar en esos aspectos ya, aunque los gobiernos tengan que tratar con asuntos políticos más difíciles”, afirmó Ban Ki-Moon en la última reunión del G-20 en Corea del Sur.
Aunque las negociaciones de Cancún no concluirán con un acuerdo vinculante para la reducción de emisiones, sí se esperan avances o decisiones prácticas en algunos aspectos, como la reducción de los gases que producen el efecto invernadero, sobre los que la Organización Mundial de la Meteorología (OMM) llamó el pasado miércoles la atención. Según la OMM, los gases de efecto invernadero alcanzaron en 2009 los niveles más altos observados desde la época preindustrial. En Cancún se esperan progresos en las vías para ayudar, incluida la financiación, a las naciones menos preparadas para afrontar el calentamiento global, con la creación de un fondo o la transferencia de tecnología y la reforestación.
Las esperanzas también están depositadas en que los dos mayores emisores de dióxido de carbono, como son China y Estados Unidos, acerquen posiciones y se comprometan a alcanzar un acuerdo.
En el caso de Pekín, se espera que acepte que tiene que evaluar, vigilar y registrar sus niveles de emisiones contaminantes, y de Washington que su administración entienda que también interesa y conviene a sus intereses que haya un acuerdo internacional. “El acuerdo puede lograrse”, aunque también ha sugerido rebajar las expectativas y ha pedido “poner los pies en la tierra” para evitar otro fracaso como el de Copenhague, cuando quedaron patentes las diferencias entre países en desarrollo y desarrollados, y también entre estos mismos. El éxito en Cancún dependerá en definitiva del compromiso de los países y en su capacidad para decidir actuar, ya que nuevos retrasos no beneficiarán a nadie.
Figueres también tendrá que decidir el enfoque negociador y si se decanta por los debates multilaterales como en la recién concluida cumbre de Nagoya (Japón) sobre la Diversidad Biológica.
“En Cancún se debería de llegar a alguna resolución sobre cómo continuar con el protocolo de Kioto, ya que ello afecta claramente los compromisos de los países que están bajo ese tratado”, señaló la costarricense. El protocolo de Kioto (1997) entró en vigor en 2005 y expira en 2012, y se espera que para esa fecha los países hayan logrado un acuerdo sobre el nuevo tratado internacional que lo sustituya.
En este punto las brechas son amplias, pues mientras que hay naciones como Estados Unidos que nunca ratificaron Kioto, otros -en especial las economías en desarrollo- buscan que se amplíe su vigencia y otros quieren un nuevo tratado. Por el momento, la mayoría sigue en desacuerdo sobre principios básicos para avanzar en la negociación como serían los porcentajes mínimos de emisiones de gases contaminantes que se comprometen a reducir en la práctica.
También hay diferencias sobre el futuro del protocolo de Kioto y sobre cómo contabilizar y vigilar los compromisos de los países a nivel nacional para reducir esas emisiones, que en algunos de ellos ya se han plasmado en la legislación o en políticas nacionales. En ese sentido, se espera que Estados Unidos explique en la reunión de México cómo ejecutará su promesa de Copenhague de reducir la emisión de esos gases contaminantes en el 17% para 2020. Sobre la reunión de Cancún y los compromisos que de allí puedan surgir planea la crisis económica y financiera internacional y el impacto que tiene en la adopción de políticas nacionales en momentos de alto desempleo en todo el mundo.
ESCASAS EXPECTATIVAS
Hasta donde se sabe, Latinoamérica acudirá a la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático en Cancún con pocas expectativas de alcanzar un convenio vinculante sobre reducción de emisiones, pero con la confianza de cerrar importantes acuerdos parciales. El presidente Felipe Calderón aseguró que se adoptarán “decisiones sin precedentes” y acuerdos “inéditos” contra el cambio climático, mientras que otros ven con marcado escepticismo este encuentro.
México confía en lograr un acuerdo sobre mecanismos para reducir las emisiones de deforestación y degradación (REDD+ por sus siglas en inglés) que se calcula son el 20% de las emisiones globales de efecto invernadero. Y también espera acuerdos en materia de transferencia de tecnología y financiación, con la creación del “fondo verde” que apoyan la mayoría de países de la región. En América Latina hay unanimidad sobre la necesidad de que los países más ricos transfieran tecnología a las naciones en desarrollo para ayudarlas a combatir el cambio climático. Los países de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) anunciaron que adoptarán una postura común bajo la propuesta ecuatoriana de “Emisiones Netas Evitadas”, con la que Quito ha solicitado fondos a cambio de no explotar la gran reserva petrolera del parque amazónico de Yasuní.
Brasil considera difícil que pueda haber acuerdos en Cancún si Estados Unidos no asume un compromiso claro sobre su aportación para combatir el cambio climático, según el canciller Celso Amorim.
Este país apoya el llamado “fondo verde” e incluso se ha comprometido a aportar dinero para la iniciativa, aunque sin dar cifras. Venezuela, que junto a Nicaragua, Cuba y Bolivia no suscribió el acuerdo no vinculante alcanzado en Copenhague el pasado año, abogará por la continuidad del Protocolo de Kioto y defenderá el cumplimiento de ese convenio.
Bolivia quiere que los países desarrollados paguen su “deuda climática” y propone que aporten a los pobres el equivalente a al menos el 6% de su Producto Nacional Bruto (PNB), además de exigirles que reduzcan sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 50% antes de 2020.
Y Cuba califica las acciones para frenar los efectos del cambio climático como “urgentes” ante la vulnerabilidad de su territorio por ser insular y tropical.
El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, instó a lograr una “mayor compromiso de la comunidad internacional sobre la reducción de gases” y aseguró que los países de la región deberán demostrar que son capaces de asumir un verdadero compromiso para combatir el cambio climático. Por su parte, el gobierno chileno admitió que en Cancún probablemente “no se logrará un acuerdo global vinculante” sobre la reducción de emisiones de dióxido de carbono, por lo que apostó por prolongar el actual protocolo de Kioto a partir de 2012. En Perú tampoco hay grandes esperanzas de sellar acuerdos. “Hoy está bastante más relajada la postura” y no se quiere caer en el exceso de expectativas que hubo en Copenhague el año pasado, dijo Eduardo Durand, director general de Cambio Clímático en el Ministerio del Ambiente. Panamá cree que Cancún servirá para generar algunos acuerdos en temas más avanzados y no un compromiso vinculante de reducción de emisiones.
También la viceministra salvadoreña de Medio Ambiente, Lina Pohl, se declaró poco optimista y lamentó que los intereses nacionales prevalezcan sobre los mundiales.
Por su parte, la posición de Guatemala será impulsar una “alianza para el desarrollo común”, una propuesta consensuada con los diferentes sectores sociales. En cuanto a la República Dominicana, considera que se han reducido considerablemente las expectativas para un acuerdo legalmente vinculante pero apuesta por “poner todo el esfuerzo” para lograrlo en un “futuro cercano”. Por su parte, Uruguay será flexible a la hora de buscar un nuevo acuerdo vinculante sobre la reducción de emisiones de CO2, siempre que sea más beneficioso. En cualquier caso, para este país cualquier acuerdo en este sentido deberá ser de obligatorio cumplimiento.
Costa Rica espera que en Cancún se adopten decisiones políticas y operativas en financiación, adaptación y cooperación tecnológica con el fin de establecer una sólida base para un acuerdo global ambicioso y legalmente vinculante a medio plazo.
NO PRENDE, CAMPAÑA DE AÑORVE
Cada vez arropan más al candidato del PRI al gobierno del estado de Guerrero, Manuel Añorve Baños, esta vez por el dirigente de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares, Emilio Gamboa Patrón. Beatriz Paredes lo hizo antes, al elogiar la trayectoria del candidato priísta, por encima de quienes lo critican. Ahora es Gamboa Patrón quien apoya la campaña de Añorve, que ya “siente pasos” con su pariente Ángel Aguirre Rivero.