Fox y AMLO, coincidencias
Ramón Zurita Sahagún jueves 30, Nov 2017De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Son varios los políticos que sufren desmemoria o amnesia y que escupen hacia el cielo, sin temor a que les caiga en la cara.
Los señalamientos de Vicente Fox Quesada sobre el populismo de Andrés Manuel López Obrador hacen recordar la campaña del guanajuatense, basada en dichos, ocurrencias y propuestas populistas que animaban a la gente a votar por él.
Una de las principales frases se refería a sacar al PRI a patadas de Los Pinos, lo que entusiasmó a la clientela electoral.
Otra más dirigida a los mismos priístas establecía que él podía ser acusado de todo, grosero, lépero y más, menos de ratero.
Escuchando los dichos de AMLO se asemejan mucho. Yo no soy ratero, dice el tabasqueño y acusa a la mafia del poder de todo, de corrupción y muchas cosas más.
El populismo de derecha impulsado por Fox Quesada fue similar a lo que denuncia que promueve AMLO y al guanajuatense le fue muy rentable, por lo que no existe razón para que al tabasqueño no le sea eficaz.
Uno de los principales enemigos políticos del entonces candidato del PAN (2000) era Carlos Salinas de Gortari, quien representa lo mismo para López Obrador.
El tabasqueño acusa a los priístas y a los colaboradores de éstos (Meade, entre otros) como parte de la mafia del poder.
Fox los señalaba como tepocatas, víboras prietas y otras lindezas.
Fox se comprometió a sanear las finanzas y hasta prometía terminar el conflicto de Chiapas en 15e minutos, no lo hizo, y el conflicto siguió y hasta una caravana del EZLN paseó por territorio nacional.
La historia de ambos se cruza por muchos lados. Andrés Manuel López Obrador fue candidato al gobierno de Tabasco en 1988 y perdió los comicios ante el priísta Salvador Neme Castillo, por lo que argumentó fraude electoral, sin conseguir mucho, ya que el triunfo del priísta fue reconocido y él quedó como cabeza de un movimiento opositor.
En 1991 encabezó el frente opositor, que denunció fraude en los comicios locales y que pedía el reconocimiento de los triunfos eventualmente alcanzados en los ayuntamientos de Cárdenas, Macuspana y Nacajuca, lo que no fue validado por las autoridades electorales.
Vicente Fox compitió en ese mismo año de 1991 por el gobierno de Guanajuato y el triunfo le fue otorgado al priísta Ramón Aguirre Velázquez, con amplio margen en la votación.
La queja de fraude electoral promovida por Fox Quesada fue apoyada por Porfirio Muñoz Ledo, candidato de la izquierda encabezada por el PRD.
No le fue atendida su demanda, pero sí logró que Aguirre Velázquez no se presentara a su toma de posesión como gobernador, por lo que se designó un interino, que gobernó por cuatro años, un panista, Carlos Medina Plascencia. Aquí vino una de las pocas diferencias entre uno y otro, ya que AMLO compitió en 1994 nuevamente por el gobierno de Tabasco y fue vencido en las urnas por el priísta, Roberto Madrazo Pintado, por lo que nuevamente manifestó ser víctima de un fraude electoral.
No se pudo comprobar el fraude, aunque sí el exceso de gasto en la campaña de Madrazo Pintado, lo que entonces no estaba considerado en la ley electoral.
Al año siguiente, Vicente Fox se presentó nuevamente como candidato del PAN al gobierno de Guanajuato y ganó al priísta Ignacio Vázquez Torres, por un margen cercano al dos por uno. En esta ocasión, Porfirio Muñoz Ledo desistió de ser el candidato del PRD.
Desde el gobierno de Guanajuato, Fox Quesada dedicó tiempo y esfuerzo a buscar la nominación presidencial, sin estar de fijo como gobernante, ya que con un celular se podía gobernar, expresó algunas veces.
Guanajuatense y tabasqueño coincidieron nuevamente en 1999 y se presentaron como candidatos en el proceso electoral del año 2000. Vicente Fox Quesada, como abanderado del PAN, consiguió ganar con buena ventaja la Presidencia de la República al priísta Francisco Labastida Ochoa. Andrés Manuel López Obrador compitió como perredista por el gobierno del Distrito Federal y también obtuvo la victoria, aunque por un pequeño margen sobre el panista Santiago Creel Miranda.
Presidente de la República y jefe de gobierno del Distrito Federal convivieron en forma más o menos tranquila cerca de cuatro años, hasta que llegó el momento crítico, con la decisión de desaforar al tabasqueño y convertirlo en víctima del sistema político mexicano, lo que le permitió el crecimiento político y convertirse en el favorito de los comicios presidenciales del 2006.
Los resultados de ese proceso electoral son ampliamente conocidos, con el reconocimiento del triunfo de Felipe Calderón Hinojosa por la mínima ventaja de 0.5 punto porcentual, lo que provocó inconformidad entre diversos sectores de la población, especialmente por la forma en que se realizó el recuento de votos.
Con el triunfo del panista Calderón Hinojosa, Fox Quesada, que se había quedado sin candidato presidencial, ya que Santiago Creel Miranda perdió la interna en Acción Nacional, debió buscar otros horizontes.
Para el año 2012, Vicente encontró en Enrique Peña Nieto la veta que buscaba y promovió el voto a su favor, sin importar su militancia panista, de la que se distanció, ni mucho menos que la candidata panista era la que fue su secretaria de Desarrollo Social, una de las “joyas” encontradas por sus Hed Hunters.
Ahora, Vicente Fox ya definió su apoyo al candidato del PRI, José Antonio Meade, sin importar que su ex partido (PAN) promueva un frente opositor, donde reanuda sus ataques contra AMLO, que inicia nuevamente como favorito.