Morbo
Alberto Vieyra G. miércoles 29, Nov 2017De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Pero ¿Qué es el morbo? El tumbaburros de la real academia, define que, morbo, es una contagiosa enfermedad de la salud mental, y también se le conoce como una obsesión que atrae a la gente y que puede despertar sensaciones desagradables para unos o agradables para otros, crueles o prohibidas o que va contra la moral establecida.
Y ese morbo por el PRI, es muchas veces alimentado por los jilgueros del gobierno, a través de los llamados “medios nacionales de comunicación social” que acostumbran jugar con ese morbo, haciéndole segunda o tercera a los personeros del gobierno, o los hombres y mujeres poderosos de la partidocracia, y de las poderosas oligarquías empresariales.
Se ha dicho, que, entre esos poderosos medios de comunicación, comenzando por las televisoras privadas y los periódicos principales, el gobierno reparte, anualmente, más de 27 mil millones de pesos.
Así que, ¿quién estará dispuesto a matar a la gallina de los huevos de oro? Obviamente que aquél comunicador que no esté de acuerdo con esa política al servicio de los poderes fácticos. Tendrá que irse a la rechintola.
Bueno, pues, Luis Videgaray destapó al tapado de Peña Nieto, José Antonio Meade, y el presidente tuvo que “redestaparlo” porque el mundo se le venía encima, pero, para echarle morbo al asunto, fustigaría a Videgaray diciendo:
“Andan todos bien despistados. El candidato del PRI no se elige por elogios y aplausos”. Y ya se vio que, al Presidente, lo madrugaron. Pero, una vez más, una regla de oro no escrita del sistema político mexicano, es el morbo que despierta el PRI y el Presidente de la República, para elegir por dedazo, y destapar a su tapado.
Ese morbo es parte de la cultura priísta. ¿Por qué, casi todos sus enemigos políticos esperan a que, el presidente de la República agote el morbo en favor de los gallos y las gallinas priístas?
Porque todos velan armas, y afilan los chuchillos para degollar al nuevo “Tlatoani” para que no llegue a la silla presidencial, o llegue con tranquizas de perro bailarín para que puedan negociar la gobernabilidad del país y, para ello, tendrá que dar, a sus enemigos, inconfesables prebendas políticas y económicas.
Ese morbo obsesivo, quiérase o no, es porque el PRI es el partido de la gran experiencia en el manejo del gran poder político en México, pero también, ni duda cabe, que es el partido con todos los vicios que han sido reproducidos por sus opositores en las últimas 3 décadas. Así de sencillo. Por eso, todo México está pendiente de lo que ocurra en el PRI para ver si saldrá o no saldrá de Palacio Nacional.
Por desgracia, ese morbo no se acabará hasta la noche del 1 de julio del 2018, cuando el blandengue árbitro electoral de México adelante su conteo rápido y se despeje la incógnita sobre quién cobrará, en México, como presidente de la República, que no es lo mismo que gobernar, porque, cuando hay gobierno, el estado sirve, las mafias que imperan en un país como México tienen que aceptar los nuevos códigos que imponga el gobernante, y los adversarios políticos tienen que irse cada chango a su mecate.