Las batallas del “Frente”
¬ Augusto Corro miércoles 29, Nov 2017Punto por punto
Augusto Corro
En el Frente Ciudadano por México (FCM) hace varios días que iniciaron sus batallas internas por las definiciones de candidaturas y el reparto de posiciones.
Nos referimos a los cargos de elección popular que incluyen senadurías, diputaciones, presidencias municipales, etc. Y por supuesto, la elección del aspirante a la candidatura presidencial.
Quizás la lucha a nivel local no represente mayor problema. El conflicto se agudizará cuando surja la inconformidad natural con la designación del abanderado del FCM que compita para ganar la Presidencia de la República.
Como ya planteamos en este espacio, de los tres partidos que participan en la alianza, Acción Nacional es el fuerte. El Partido de la Revolución Democrática (PRD) atraviesa por momentos difíciles. El Movimiento Ciudadano (MC) es una organización en franca supervivencia. Uno de los principales interesados en conseguir la candidatura presidencial es el jefe del gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, quien no acepta el “dedazo” para designar al candidato presidencial del FCM. El funcionario se inclina por un proceso abierto y por voto ciudadano.
Esa pugna podría terminar con la unidad del FCM, pues Mancera sería el aspirante del PRD, aunque con una imagen política muy debilitada.
Ante la necedad de Ricardo Anaya, líder del PAN, de postularse como candidato del FCM, la alianza amenaza con dividirse y desaparecer. O por lo menos, no cumplir con los fines de participar con dignidad en el proceso electoral del 2018.
ESPIRAL DE VIOLENCIA
El lunes en la mañana fue asesinada Yendi Torres Castellanos, fiscal Especializada en Delitos Sexuales y Contra la Familia. El hecho ocurrió en Veracruz, una entidad con un índice delictivo incontrolable. Las autoridades de los tres niveles fueron superadas por los criminales. Los asesinatos se registran en todo el país. Las víctimas son alcaldes, periodistas, defensores de los derechos humanos, etc.
Aparte se anotan las acciones delincuenciales como extorsiones, secuestros y asesinatos. En esa entidad, la semana pasada fueron ultimados dos presidentes municipales.
En Baja California Sur fue asesinado Silvestre Toba Camacho, presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), y su hijo. Resultaron lesionadas la esposa y la hija del funcionario.
En Veracruz, la espiral de violencia se aceleró durante el gobierno del panista-perredista, Miguel Ángel Yunes Linares. No se ve qué o quién pudiera detenerla. Los delincuentes disfrutan de la impunidad total.
Claro, lo mismo que ocurre en la entidad mencionada se repite en Guerrero. El gobernador Héctor Astudillo Flores dijo que “no hay recursos en Guerrero para el tamaño de la violencia que sufre”. O sea, que se deben interpretar las palabras del mandatario como de impotencia total ante el embate de la criminalidad y la violencia.
Lo grave de la situación es que nadie se esmera en devolverle la seguridad y tranquilidad a una sociedad harta de innumerables muertes, con hechos cada vez más aterradores.
FEMINICIDIOS
De 2007 a 2016 fueron asesinadas 22 mil 482 mujeres en México, según estadísticas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Las cifras tienen detrás dolor y lágrimas de los familiares de perdieron a sus seres queridos. Las razones por las que murieron las mujeres son diferentes, aunque tienen un eje común, la fuerza que contra ellas aplican los sujetos deshumanizados.
Las autoridades se dan por enteradas del índice de víctimas y nada más. Las organizaciones no gubernamentales toman nota e intensifican sus acciones para proteger a las mujeres, con resultados insuficientes. El tema viene a cuento porque el 25 de noviembre es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
En ese renglón México nada tiene que opinar. Las autoridades fueron rebasadas hace varios años y el machismo no cede. Cada día nos informamos de acciones criminales contra las mujeres de todas las edades.
En las ciudades convertidas en selvas, la ley del más abusivo es la que predomina. No se trata de señalar a tal o cual estado, los feminicidios se convirtieron en una plaga nacional e internacional. Nadie se escapa.
Las agresiones contra la mujer se dan en otros países. La violencia es variada. A veces depende de las costumbres tribales, religiosas, etc., pero al fin y al cabo denigrantes para los seres humanos. ¿Algún día terminará la ola de feminicidios? Aquí en México es la gran interrogante.