Desmantelar gobierno
Ramón Zurita Sahagún lunes 27, Nov 2017De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Durante décadas de dominio absoluto en los procesos electorales del PRI acostumbró a la población a desmantelar al gobierno federal en el momento mismo en que se conocía el nombre del candidato presidencial del tricolor.
Sucedió una y otra vez en esa etapa de partido único y a los Presidentes de la República no les importaba si funcionaban o no esos personajes en los cargos de gobierno en que se encontraban.
En algunos casos, simplemente fueron segundones los movidos, pero con un gran peso político, como fue el caso de Emilio Gamboa Patrón al incorporarse a la tambaleante campaña presidencial de Francisco Labastida Ochoa.
Regularmente los dirigentes priistas que irían como presidentes del partido durante la campaña presidencial surgían del gabinete presidencial como fueron los casos de Pedro Ojeda Paullada, Porfirio Muñoz Ledo y otros más que frustraron sus aspiraciones presidenciales por ser quienes condujeran al partido tricolor en la campaña de quien les quitó esa posibilidad.
De esa manera, los dirigentes partidistas tenían la oportunidad segura (era los tiempos de partido único) de enrolarse en el gabinete en el siguiente gobierno y alargar sus oportunidades.
Porfirio Muñoz Ledo competía con José López Portillo y desde la presidencia del partido logró neutralizar el eventual triunfo conseguido por Alejandro Gascón Mercado en Nayarit y que reconocieran los dirigentes del PPS el supuesto triunfo de Rogelio Flores Curiel. Claro para ello cedió una senaduría para el dirigente pepinosocialista Jorge Cruickshanck García.
Muñoz Ledo logró colarse en el gabinete de JOLOPO, recibiendo en pago por sus servicios partidistas la titularidad de la secretaría de Educación Pública, en la que duró poco.
Pedro Ojeda Paullada fue sacado de la secretaría del Trabajo, después de que su partido no lo postulara como candidato presidencial y decidiera que el abanderados ería Miguel de la Madrid Hurtado. Como dirigente del partido, Ojeda Paullada no fue considerado en demasía, ya que Manuel Bartlett Díaz, desde la secretaría general del partido movía todos los hilos del poder, aunque sí logró ser compensado como secretario de Pesca en el siguiente gobierno.
Jorge de la Vega Domínguez fue dejado como dirigente partidista en el tricolor en la campaña de Carlos Salinas de Gortari, aunque en realidad el que movía la campaña era Manuel Camacho Solís desde la secretaría general. Ni siquiera el coordinador general de la campaña, Luis Donaldo Colosio, tenía tanta injerencia como quien después protagonizó uno de los grandes berrinches al no ser considerado candidato presidencial.
Con todo y los problemas originados por la “caída” del sistema y de que los 20 millones de votos ofrecidos por Jorge de la Vega Domínguez quedaron reducidos a la mitad, el chiapaneco fue incrustado como secretario de Agricultura.
Ignacio Pichardo Pagaza fue habilitado como dirigente priista a la muerte de Luis Donaldo Colosio y con un nuevo candidato en la persona de Ernesto Zedillo Ponce de León. Su trabajo fue anodino, pero logró ser secretario de Energía al asumir Zedillo la Presidencia de la República.
Con todo y los problemas generados por el desbocamiento del candidato presidencial, Luis Echeverría Álvarez, el presidente nacional del PRI en la campaña presidencial. Alfonso Martínez Domínguez fue habilitado como Regente del Distrito Federal, aunque después obligado a renunciar por los acontecimientos del 10 de junio de 1971.
El general Alfonso Corona del Rosal fue el dirigente nacional del PRI en la campaña presidencial de Gustavo Díaz Ordaz y fue enviado primero como secretario del Patrimonio Nacional y después Regente del Distrito Federal en la misma administración. Al general hidalguense le tocó ser el gobernante capitalino en los acontecimientos del 2 de octubre de 1968.
Otro general Agustín Olachea Avilés presidió el tricolor en tiempos de campaña presidencial, la de Adolfo López Mateos y logró insertarse al siguiente sexenio como secretario de la Defensa Nacional.
El general Rodolfo Sánchez Taboada fue presidente del PRI en la campaña presidencial de Adolfo Ruiz Cortines y como tal aseguró un espacio en el gabinete federal al triunfo de su candidato. Él fungió como secretario de Marina en la administración sexenal del veracruzano.
A Rafael Pascasio Gamboa le tocó ser presidente del CEN del PRI en la campaña presidencial de Miguel Alemán Valdés y como tal aseguró un espacio como secretario de Salubridad y Asistencia en el sexenio siguiente.
Otro general Heriberto Jara Corona fungió como dirigente priista en la campaña presidencial del general Manuel Ávila Camacho y como tal alcanzó la secretaría de Marina al triunfo del poblano.
Los dirigentes nacionales priistas en campaña presidencial siempre han sido compensado al triunfo de su candidato, lo que no lograron Dulce María Sauri Riancho, ya que su candidato Francisco Labastida Ochoa fracasó, ni Mariano Palacios Alcocer, con su candidato Roberto Madrazo Pintado.
Con el destape del candidato presidencial del PRI se manejan varios nombres para sustituir a Enrique Ochoa Reza en la dirigencia nacional del partido. Es tan grande el desgaste de Ochoa Reza como dirigente partidista que se mencionan varios nombres para conducir los destinos del candidato presidencial, aunque ello no significa el apartar lugar para la siguiente administración, ya que el triunfo del candidato priista no es automático como en el pasado.
Con todo y ello se mencionan varios nombres para asumir ese eventual liderazgo partidista, aunque dependiendo de quién sea el candidato, se involucran los nombres de Miguel Ángel Osorio Chong, Aurelio Nuño Mayer y el gobernador de Campeche, Alejandro Moreno Cárdenas.
Dentro de los eventuales cambios en el gabinete se mencionan los de José Antonio Meade Kuribreña, José Ramón Narro Robles incluidos los de Osorio y Nuño, dependiendo cuál de ellos resulta ser el candidato presidencial.