Crisis profunda en el “Frente Ciudadano”
¬ Augusto Corro lunes 27, Nov 2017Punto por punto
Augusto Corro
El Frente Ciudadano por México (FCM) ¿Nació muerto? ¿Hay posibilidades de revivirlo? Las preguntas surgieron este fin de semana, tras una serie de hechos que auguran un rompimiento entre las corrientes que buscan unirse para participar en las elecciones del próximo año.
El nacimiento del FCM estuvo promovido por el líder del Partido de Acción Nacional (PAN), Ricardo Anaya y Alejandra Barrales, dirigente del Partido de la Revolución Democrática (PRD). Una crisis profunda los amenaza.
La idea de la coalición partidista (PAN-PRD-MC) desde un principio fue criticada por propios y extraños debido a su composición. ¿Cómo juntas a perredistas (izquierda) con panistas (derecha)? Ambas corrientes partidistas son diametralmente opuestas.
Sin embargo, parecía que superado el conflicto ideológico todo marcharía sobre ruedas para ellos. No fue así. La misma ambición política de Ricardo Anaya y Alejandra Barrales sembró la discordia derivada de la elección de cargos.
Ambos dirigentes con el poder en sus manos optaron por manejar la situación para sus beneficios personales. Anaya sería (o será) si sigue con vida el FCM el candidato presidencial, y Barrales, la aspirante a jefa del gobierno de la Ciudad de México (CDMX).
La actitud casi dictatorial de los dos líderes no cayó bien en las filas de los perredistas, menos en Miguel Ángel Mancera, quien no es amarillo, pero que simpatiza con el PRD, que, de hecho, lo hicieran a un lado.
El mandatario local quería ser candidato por el FCM. No tendría ninguna oportunidad. El método para elegir al abanderado de la alianza será por “dedazo”. Mancera pretendía que se eligiera de manera transparente y democrática. Imposible.
El gobernante capitalino advirtió que si se trataba de una elección por “dedazo” el no participaría. Y parece que va a cumplir su palabra. Para empezar, ya se dio el primer paso de lo que podría interpretarse el principio del fin de la alianza panista perredista.
Resulta que el fin de semana, “las corrientes perredistas de “Los Chuchos”, “Los Galilelos” y “Vanguardia Progresista” se reunieron con Mancera para manifestarle su apoyo e impulsarlo como candidato del FCM a la Presidencia de la República”.
Ya sabrán cómo les cayó a Anaya y a Barrales ese movimiento de solidaridad de las tribus hacia el jefe del gobierno capitalino, pues se trata de un gesto de inconformidad y rebeldía contra la forma en que actúan los dirigentes del PAN y del PRD.
Se abrirán grietas de considerables dimensiones entre los aliancistas, porque éstos vieron una actitud abusiva y prepotente de Anaya y Barrales, que aprovecharon la importancia de sus cargos para quedarse con la mejor parte del “pastel” político, como apropiarse de las principales candidaturas. No les interesó que participaran otros aspirantes como el exgobernador poblano Rafael Moreno Valle y otros mandatarios panistas o perredistas con los mismos derechos.
Una vez que apareció la manzana de la discordia y el “agandalle”, automáticamente desapareció el sentido de alianza sostenido por hilos muy delgados. Los errores de Anaya y Barrales surgieron y se quedaron como manchas indelebles. Durante la primera etapa de la tradicional “guerra sucia”, sus adversarios políticos los acusaron de poseer propiedades inmuebles valuadas en millones de pesos, conseguidas durante sus cargos públicos. Se trata del franco enriquecimiento inexplicable. Delito muy común en la clase política.
¿Qué sigue? Pues se multiplicarán los apoyos de los perredistas a favor de Mancera. La cargada será determinante para que los amarillos participen con su candidato propio en las elecciones presidenciales en el próximo año. Ese aspirante, como se ve la situación, no es otro que el actual jefe de gobierno.
Aunque se le complica la situación a Barrales, quien no quiso ceder la oportunidad a Ricardo Monreal de ser el abanderado del FCM. A la dirigente no le interesó que el delegado en Cuauhtémoc, mejor posicionado en las preferencias electorales, llegara a fortalecer la alianza del PAN-PRD-Movimiento Ciudadano.
La intentona de Monreal de irse al FCM terminó en fracaso, porque ni será candidato para el gobierno de la CDMX y continuará en el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), cuyo dueño es Andrés Manuel López Obrador. Una mala jugada de la cúpula frentista.
Mientras, se realizan las negociaciones para la repartición de candidaturas para los cargos de elección popular, en las que la última palabra será del triunvirato Anaya, Barrales y Delgado. Actitud que cae bien en la enrarecida democracia a la mexicana, llena de políticos ambiciosos y demagogos. En México, las coaliciones partidistas nunca dejaron buenos resultados. No funcionó la mezcla del agua con el aceite.