Morir por ser escort
¬ José Antonio López Sosa viernes 24, Nov 2017Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Deleznable lo ocurrido a la ciudadana venezolana Génesis Ullyannis Gibson Jaimes, vivimos en un país donde una mujer de 24 años es asesinada impunemente.
Sí, todo indica que esta joven se dedicaba a ser escort (es decir, acompañante, prostituta de alto nivel); sin embargo, su oficio no justifica bajo ninguna circunstancia el que uno de sus clientes le haya quitado la vida.
Este hecho que nos avergüenza como sociedad y como país, trate a colación un tema que ha quedado rezagado en la legislación mexicana y es el referente a la prostitución.
De acuerdo a la ley, el ejercicio de este oficio constituye un delito; sin embargo, es una actividad que no ha desaparecido por una decisión jurídica, por el contrario, se ha extendido muchas veces de la mano de la delincuenca organizada, sobre todo en el rubro de trata de personas.
El crimen contra Gibson Jaimes, es prueba del riesgo que tienen las mujeres en México que se dedican a ello.
Activistas contra la trata de personas insisten en que la prostitución debe permanecer en la ilegalidad; sin embargo, cuando una mujer decide por sí misma dedicarse a ello, debieran existir garantías legales para el ejercicio de su oficio, cosa impensable mientras no haya un cambio en la legislación y que puede traer consencuencias tan lamentables como el asesinato de esta joven, por el simple hecho de estar en las sombras de forma permanente.
En México, además de todas las causas que pueden llevar a un ciudadano a la muerte, el ser escort representa ahora también una amenaza latente.
No faltará la mente obtusa que intuya o plantee que el oficio de Gibson Jaimes fue el motivo de su asesinato, como fin y no como crimen artero.
Mientras sigamos como sociedad y en el Congreso como legisladores volteando hacia otro lado, la putrefacción social seguirá en escalada, no por el número de prostitutas como pudieran pensar algunos, sino por el riesgo que conlleva vivir a diario en este país, independientemente del oficio o profesión al que cada quien se dedique.