Circo, maroma y teatro
¬ Augusto Corro viernes 24, Nov 2017Punto por punto
Augusto Corro
En el Frente Ciudadano por México (PAN, PRD, MC) sus líderes comenzarán a trabajar el método para elegir candidatos.
Claro, el principal es el aspirante a la Presidencia de la República. Y es en este renglón, donde se presentará el problema más complejo.
Son dos los políticos con más poder, quienes buscan la representación frentista: Ricardo Anaya, líder nacional de Acción Nacional; y Miguel Angel Mancera, sin militancia alguna, pero identificado plenamente con los amarillos. Un tercero podría ser el ex gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, pero sin posibilidades de que lo tomen en cuenta.
Faltan pocos días para conocer cómo surgirá el candidato presidencial: ¿por “dedazo” o elección abierta? Anaya se inclina por lo primero; Mancera por la segunda: Este último ya amenazó con ser candidato presidencial del PRD, si no le satisface la manera de cómo se hacen las cosas entre la dirigencia frentista.
Inclusive el jefe del gobierno capitalino propuso la aplicación del polígrafo y la declaración de bienes a todos aquellos que se interesen por alguna candidatura.
El saco le quedó a Anaya, quien en los últimos días fue exhibido en los medios de comunicación como un político enriquecido inexplicablemente.
El líder panista no contestó. Dejó correr el tema. El hecho es que Anaya tiene una cola muy larga que le pisen. Durante la campaña, si resulta el elegido, ¿soportará los embates de la guerra sucia que serán devastadores?
En el caso del mencionado Frente está claro que el partido más fuerte es el PAN y eso le permite tener mayoría para inclinar la balanza a su favor. Se deduce, pues, que Anaya será el candidato de esa coalición, si es que convencen a Mancera de aceptar esa medida lógica.
De otra manera, el PRD dejaría la coalición. A Mancera no se le ve muy contento como empezó a plantearse la elección del candidato en el Frente.
La situación de los aliancistas parece incierta. Aún faltan algunos ajustes que les permitan consolidar su idea, superar sus ambiciones y prepararse para la guerra electoral.
Si la coalición sufre un rompimiento, los tres partidos que la integran por sí solos no tienen posibilidades de hacer un buen papel en las elecciones del 2018. PAN y PRD tienen divisiones internas que los debilitaron. En el blanquiazul, un sinnúmero de militantes se fue con Margarita Zavala, la esposa del ex presidente Felipe Calderón, para acompañarla en su infructuosa lucha como candidata presidencial independiente. En el caso de los amarillos, hubo desbandada de perredistas que terminó en Morena y la historia continuará.
En el nivel de la Ciudad de México, parece que el Frente tendrá menos problemas para la elección del candidato o de la candidata.
La aún dirigente nacional del PRD, Alejandra Barrales, marcha a la cabeza de los aspirantes: es la única. No tiene a alguien que le haga sombra. De acuerdo con la coalición, Anaya sería el candidato presidencial y Barrales la aspirante al gobierno de la Ciudad de México (CDMX). ¿No tomaron en cuenta a Miguel Angel Mancera? ¿A este último que le disgustó que empezó a rebelarse? ¿Qué sigue? Pues más circo, maroma y teatro.
Monreal, el “sacrificado”
El delegado en Cuauhtémoc, Ricardo Monreal, anunció que el próximo mes de diciembre dejará el cargo.
Dijo sentirse tranquilo, “consciente de que puedo ir a la banca, a lo mejor es hora de un receso”.
El “affaire” Monreal fue interesante porque se puso a prueba al nuevo partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), cuyo dueño es Andrés Manuel López Obrador.
Desde que llegó a gobernar la demarcación, el morenista dijo que su meta era ganar el gobierno de la Ciudad de México (CDMX). Todo iba viento en popa, hasta que apareció Claudia Sheinbaum, como la principal opositora dentro de su partido, y se le cayó su proyecto.
Tras aparecer en las encuestas como el candidato mejor posicionado para gobernar la CDMX, de la noche a la mañana la delegada de Tlalpan, Sheinbaum hizo a un lado a su colega.
Monreal no aceptó la derrota y amenazó con dejar las filas morenistas. Una plática con López Obrador lo convenció de continuar en Morena, donde seguirá, según sus propias palabras.
¿Y qué opinión mereció el trató que se dio a Monreal en su partido Morena? Pues la acción fue señalada como muy negativa. Volvió a imponerse la voluntad del más fuerte. López Obrador apoyó y favoreció a Claudia Sheinbaum, a pesar de que el delegado se mostró leal a su partido. Morena y su dirigente mostraron que en materia política siguen los mismos pasos que en otros partidos, donde mandan los aprendices de dictadorzuelos.
Feliz fin de semana.