La paz interior de los partidos
¬ Augusto Corro miércoles 22, Nov 2017Punto por punto
Augusto Corro
No es ningún secreto el saber que en el interior de los partidos políticos la lucha por el poder es libre, sorda y sin límite de tiempo.
Los liderazgos en las alturas de la partidocracia dieron por hecho que las bases aceptarán sin mayor problema las decisiones cupulares.
¿Será posible? La problemática surge porque en el Frente Ciudadano por México (FCM) participan corrientes políticas antagónicas: izquierda y derecha.
La primera, como se dice coloquialmente, es “progre” y a la segunda se le tacha de “conservadora”.
Para los dirigentes de esas organizaciones políticas las ideas no cuentan. Por ejemplo, las cúpulas del Partido de la Revolución Democrática (PRD) se encuentran más preocupadas por el destino de su partido que por sus ideales o principios.
A los amarillos les interesa mantener viva a su organización política aunque se conserven en los últimos lugares de las preferencias electorales. No les importa aliarse con los enemigos para lograr sus fines. Lo que urge es la sobrevivencia.
Las tribus que integran el PRD guardan un extraño silencio. Saben que con gritos estridentes de protesta podrían causar más conflictos a su partido. ¿Pero están de acuerdo con el manipuleo de la situación por parte de sus líderes?
Quizá la elección del candidato presidencial que ocurrirá en el Frente les despierte su rebeldía, que por ahora parece que duerme tranquila, sin sobresaltos.
Dijo la presidenta del PRD, Alejandra Barrales, que por ningún motivo su partido va a cambiar principios ni la visión social del país. ¿Usted lo cree?
Si el PAN pretende aliarse con el PRD tendrá que avalar el denominado matrimonio gay. Además apoyar temas como la legalización del aborto.
Y los perredistas deberán olvidar que Acción Nacional les “robo la Presidencia de la República en el 2006”.
De los tres partidos que integran la coalición del Frente Amplio por México como son el PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, este último es el que menos problemas representa, pues como cola de león, su papel el de aceptar con sumisión y cumplir las órdenes de sus jefes. Lo que busca es la sobrevivencia política, con más angustia que los perredistas.
La pregunta obligada: ¿La supuesta tranquilidad en el interior de los partidos es temporal? ¿Van a protestar los inconformes? La respuesta la tendremos una vez que se conozcan los nombres de los candidatos a la presidencia de la República.
La lucha apenas empieza. ¿La supuesta tranquilidad de los frentistas es la calma que precede a la tempestad?
¿Será el líder Ricardo Anaya el ganador del premio mayor? ¿Y si así sucede cual será la respuesta de Miguel Angel Mancera y del ex gobernador Rafael Moreno Valle si los descartan? Estos dos últimos quieren juego limpio. Es decir, una elección abierta. ¿Se logrará?
¿De veras ya tiene asegurada la candidatura Anaya? En caso de que así ocurriera, ¿Cómo resolverá la pugna en el interior de su partido? Para nadie es un secreto que son pocos los gobernadores panistas que lo apoyan. No olvidar que los mandatarios estatales tienen las posibilidades de influir en la balanza electoral.
¿Los virreyes, como se llama a los gobernadores, cerrarán filas con Margarita Zavala, la candidata independiente, que también busca la presidencia de la República? La exprimera dama abandonó a los panistas, tras darse cuenta que en el partido blanquiazul no tenía futuro alguno.
Todos los delitos
En México, la corrupción y la impunidad permitieron el establecimiento de grupos criminales dedicados a todo tipo de delitos.
Y si no son esas organizaciones delincuenciales, sobran quienes se dedican a asaltar, secuestrar y matar.
De acuerdo con las estadísticas, en octubre pasado se registraron 2 mil 371 homicidios dolosos. La cifra mensual más alta en el país.
Estamos informados, pues, que ahí se encuentra un problema social muy grave. ¿Alguien me puede decir qué se hace para erradicarlo?
La realidad es que no se hace nada. Vivimos experiencias muy complejas porque la delincuencia sabe que goza de privilegios.
En los municipios ya la policía local nunca funcionó para proteger a la sociedad. Los uniformados prefirieron aliarse a los delincuentes, que les ofrecían algo más de dinero por sus servicios.
En algunos estados, los representantes de la ley quizá si están decididos a combatir la delincuencia, pero cada día son más los asaltantes, secuestradores y sicarios.
Ante la amenaza de plata o plomo, las autoridades, lo más lógico es que se opte por seguir vivo.
La pregunta: ¿algún día viviremos sin la angustia de ser víctimas de la delincuencia?