“Dedazo” o elección abierta
¬ Augusto Corro martes 21, Nov 2017Punto por punto
Augusto Corro
Una vez que va sobre rieles la coalición del Frente Ciudadano por México (FCM) queda por saber cómo elegirán a su candidato a la Presidencia de la República.
¿“Dedazo” o elección abierta? La primera manera de decidir beneficiaría directamente a Ricardo Anaya, líder del Partido Acción Nacional (PAN). La segunda sería más democrática y participarían con más posibilidades el jefe de gobierno de la Ciudad de México (CDMX), Miguel Ángel Mancera y el ex gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle.
Se supone que Anaya manejó la situación para conseguir, sin obstáculos, ser el abanderado del llamado FCM. Sin embargo, aún falta que se establezca el método para escoger al aspirante frentista a la contienda electoral del 2018.
Y son precisamente Miguel Ángel Mancera y Moreno Valle, quienes pugnan por una elección abierta. Es aquí donde se presentará el verdadero problema. Ambos políticos se siente con la fortaleza necesaria para competir con Anaya; pero si nos atenemos a la lógica, tendría que ser un panista el candidato presidencial.
La razón es que el PAN es el partido con más fuerza, menos dividido en su interior y con la estructura política más sólida. En el PRD el otro instituto político del FCM pasa por momentos difíciles, en todos los renglones. Se trata de una organización política con tribus que no se encuentran conformes con el destino decidido por su dirigente Alejandra Barrales.
Perredistas y panistas, pertenecientes a unas supuestas corrientes políticas de izquierda y derecha, no alcanzan a entender bien de que se trata el tema de la coalición. Los líderes de las tribus quizás sí sepan que unidos sí pueden vencer al enemigo común, aunque tengan que sacrificar ideología y principios.
Empero, esa acción a la larga les beneficiará, en caso de ganar, con mejores negocios, y mayor enriquecimiento explicable o inexplicable. Es lo de menos la manera de ganar dinero. Lo importante es vivir con los beneficios del presupuesto.
A estas alturas de la competencia, parece que lleva la delantera para ganar la candidatura el joven líder panista Anaya, quien también tendrá que enfrentar a blanquiazules inconformes. Aquellos que le deben favores al ex presidente Felipe Calderón y que ahora tendrán que pagar.
Uno de los calderonistas es Ernesto Cordero, el frustrado aspirante a la Presidencia de la República en las elecciones pasadas. En una de las batallas libradas recientemente, el “delfín” de Calderón alcanzó a conseguir la presidencia de la Cámara de Senadores en una acción traicionera al dirigente de su partido, Ricardo Anaya.
Así pues, amigos y enemigos de Anaya esperan el desenlace de la nominación del aspirante a la Presidencia de la República. Por ejemplo, el jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera, dijo que una vez avalado el Frente por el PAN, PRD y Movimiento Ciudadano (MC), lo que urge ahora es que se defina el método de selección del candidato presidencial, el cual dijo, debe ser abierto, transparente y democrático.
También advirtió que si el Frente elige a su candidato por imposición o “dedazo” no estaría dispuesto a participar. Esta declaración del citado Mancera seguramente llevará a reflexionar a los dirigentes frentistas cuando tengan que decidir la manera de escoger a su abanderado para la justa electoral del 2018.
Por su parte, los dirigentes del FCM afirmaron que el proceso para elegir a los candidatos de esa alianza será a través de un consenso y de manera democrática. Ya veremos en que termina esta historia política llena de claroscuros y grietas profundas. En término generales, el futuro del FCM sigue en la incertidumbre.
SIN POSIBILIDADES
Los amarillos, Graco Ramírez y Silvano Aureoles Conejo, ambos gobernadores de Morelos y Michoacán, respectivamente, se quedaron con las ganas de que los tomaran en cuenta en la próxima elección o dedazo de candidatos del FCM. Ambos manifestaron su ilusión de participar como candidatos en las presidenciales del 2018.
Graco Ramírez es uno de los aspirantes con menos posibilidades de competir por la silla presidencial. Su gobierno es un desastre. Para empezar tiene enfrentamientos con la sociedad morelense debido a un sinnúmero de conflictos. Entre otros, el de no brindar seguridad a sus gobernados, víctimas de la espiral de violencia. Hace más de tres sexenios, el terror llegó a Morelos y nadie pudo erradicarlo.
El mandatario, Aureoles Conejo, tampoco pudo llevar tranquilidad a Michoacán. Sus deseos de participar como candidato a presidente de la República no tenían fundamento alguno. A su ilusión no la apoyó ningún mérito.