Bullying presidencial
Alberto Vieyra G. lunes 20, Nov 2017De pe a pa
Alberto Vieyra G.
¿Bullying contra las instituciones de la República? Pero… ¿Qué significa esa palabreja que, por cierto, no figura en el tumbaburros?
Se trata de un término gringo que se emplea para hacer referencia al escarnio, mofa, cera y pabilo, de alumnos e incluso maestros. Enrique Peña Nieto utilizó esa palabreja para defender a los cuerpos policiacos que parecen estar pintados en mochila de indio, mientras, como él mismo lo reconoce, hay una escandalosa alza “en la violencia”.
Hace menos de un mes, tuvimos el dato del propio gobierno federal, que da cuenta de que, en el último año, han sido asesinados en el país, más de 21 mil mexicanos, catástrofe, más de 20 veces superior, a la provocada por los terremotos del 7 y 19 de septiembre pasados.
¿Por qué esa catástrofe no asombra a nadie? ¿Por qué hablar bien de un Estado que no está cumpliendo con su función de garantizar las vidas y el patrimonio de todos los mexicanos, sean del color o credo que sean? ¿Cómo hablar bien de una policía que, junto con los politicastros en México, han sido señalados en el plano internacional y han dado sobradas muestras ante los mexicanos de ineptitud, corrupción, desconfianza e inmoralidad? ¿Cómo aprobar el trabajo de unos cuerpos policíacos mal pagados, al servicio de alcaldes, gobernadores y sus familias, en lugar de andar en la calle garantizando la integridad física y la vida de los ciudadanos? ¿Usted, acaso, tiene confianza en los policías y en los políticos? ¿Eso es bullying?
Me parece que el término usado obedece más bien a la impotencia por no poder con el paquete.
Durante la clausura del Sexto Foro Nacional Sumemos Causas, organizado por la Asociación Causa en Común, que dirige María Elena Morera, por cierto, víctima de las cifras que han causado mella a las instituciones del país en materia de inseguridad pública, el Presidente escuchó una cascada de cifras que dejan mal paradas a las policías y a las instituciones del gobierno federal.
Es cierto, estamos ante un Estado fallido, unas instituciones erosionadas, a razón de la falta de oficio de unos gobernantes que no han entendido que una nación, con instituciones sólidas, fuertes y creíbles son la garantía para que impere el estado de Derecho, que los ciudadanos gocen de tranquilidad y paz social, sin la cual no hay ninguna nación que pueda desarrollarse y alcanzar metas que la distingan de las demás.
¿Ejemplos de esas instituciones erosionadas?
En primer lugar, el Senado, que no ata ni desata y ha dañado otras instituciones, como es el caso del fiscal Anticorrupción, el general de la República, el electoral y otros que están acéfalos y que tienen que ver con el proceso electoral, que está encima.
Por desgracia, todo camina mal. La clase política no sabe qué hacer, y por desgracia, todo está sujeto a la sucesión presidencial.
¿Ha fallado la clase política y ha derrumbado a las instituciones? No se pierda el próximo capítulo.