Impunidad
¬ Augusto Corro viernes 17, Nov 2017Punto por punto
Augusto Corro
El asesinato del periodista Javier Valdez Cárdenas podría sumarse a la lista de casos sin resolver. No es nuevo. En México, durante los últimos diez años, más de cien comunicadores fueron ultimados y a sus verdugos nunca los llevaron ante la justicia. En algunos casos ni siquiera existió el menor intento de las autoridades por aclarar esos homicidios.
El 15 de mayo pasado, varios sujetos mataron a Valdez Cárdenas. El fiscal general de Sinaloa, prometió resolver el crimen en seis meses. Ya transcurrió el tiempo y nada se sabe de las pesquisas, menos de los homicidas. Al rato se olvida el asunto y se cae en la impunidad.
¿Alguien sabe algo sobre la línea de investigación que siguen las autoridades? No. Ni ellas la tienen. Todo mundo sabe que en aquella entidad existe una presencia determinante de la narcodelincuencia, que hace más compleja la lucha contra la violencia y la corrupción.
Los periodistas son una amenaza para los proyectos de los narcos; también para los aprendices de dictador porque no les agrada que publiquen sus verdades.
La lista de comunicadores asesinados es larga y la justicia no llega. Por ahí andan grupos de defensores de periodistas, que mejor sería que no intervinieran. Nadie los toma en cuenta.
Los asesinatos de los representantes de los medios ocurren en diferentes estados. En todos ellos la conducta de las autoridades es la misma: indiferencia total en las investigaciones.
¿A alguien le importa que México sea calificado entre los primeros lugares como un país muy peligroso para el ejercicio del periodismo? ¿Usted qué opina amable lector?
MUEVE A RISA
En la plataforma electoral 2018 del Frente Ciudadano por México (FCM) se planteará la “muerte civil” para funcionarios y empresarios corruptos, según trascendió.
Ya explicado, entendemos que “los funcionarios públicos y empresas privadas que hayan sido condenadas por actos de corrupción sean inhabilitadas para desempeñar cargos públicos o para participar en la contratación de compras y de obras gubernamentales, esto mediante un Registro Público de Funcionarios y Empresarios Sancionados e Inhabilitados”.
Suena muy bonito ese proyecto de los frentistas. Sólo que de aplicarse, unos cuantos sobrevivirán a esa acción civil. El que esté limpio de culpa que arroje la primera piedra. ¿Podrán hacerlo los dirigentes del PAN y del PRD, Ricardo Anaya y Alejandra Barrales? Porque en últimas fechas, sus nombres estuvieron relacionados con el tema del enriquecimiento inexplicable. Al primero hasta le aplicaron el sobrenombre de “El Nopal”, porque cada vez se le encuentran más propiedades.
Sus adversarios políticos, señalaron que Anaya se volvió un hombre rico cuando llegó a la política. Ahora es propietario de bienes inmuebles por varios millones de pesos; además de llevar una vida sin restricciones económicas, con posibilidades de tener varias casas, una en Estados Unidos y otras en México.
Lo mismo se dijo de Alejandra Barrales, la mujer que empezó su carrera política con un sentido profundo del ahorro, que le permitió comprar un departamento en Miami y una casa en la zona residencial de Las Lomas de Chapultepec.
Anaya y Barrales son los ejes del FCM que buscará la “muerte civil” de los corruptos. ¿A ellos quien los juzgará y dictaminará sobre sus riquezas”. El hecho es que la citada plataforma política estará llena de promesas, que para empezar, los interesados tienen que ganar las elecciones y sentarse en la silla del poder.
ENVIDIA
Los senadores, esos esforzados patriotas, continúan con sus puentes. Esta vez se irán de descanso a partir de hoy viernes y regresarán el 21 de noviembre. Podrán realizar sin agobios las compras de “El Buen Fin”. Porque es seguro que no se acordarán de festejar el inicio de la llamada Revolución Mexicana.
Lo anterior, viene a cuento, porque los legisladores de la también llamada Cámara alta dejarán pendientes “el nombramiento del titular de la Fiscalía Especializada para la Atención de los Delitos Electorales (Fepade), del fiscal general de la República y del fiscal Anticorrupción”.
Esa actitud de los senadores es una práctica común. Si bien es cierto que tienen una carga de trabajo durante el año, es en los dos últimos meses cuando, presionados por el tiempo, aprueban las leyes al vapor, sobre las rodillas.
No es raro pues, que en cuento regresen los legisladores, las sesiones terminen a altas horas de la noche con el signo propio de la rapidez y del “ahí se va”.
Feliz fin de semana.