Entre calificativos de paleros y traidores aprueban la convocatoria
Roberto Vizcaíno viernes 17, Nov 2017Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
Con 64 votos a favor y 33 en contra, una abstención y 31 senadores ausentes, el Senado aprobó ayer la Convocatoria para iniciar el procedimiento de designación de un nuevo Fiscal Electoral.
Eso se logró por apenas un voto para obtener mayoría calificada, es decir las dos terceras partes más uno de los senadores presentes en el pleno, que ayer eran 97.
La convocatoria aprobada dejó fuera de su texto y exigencias originales el numeral 6 que la hacía inconstitucional, porque exigía que los aspirantes al cargo no hubieran desempeñado puesto de dirección o representación en ningún nivel de ningún partido político en ninguna parte del país.
Pedían que tampoco deberían haber sido candidatos a ningún cargo de elección en los 6 años anteriores.
Ambas exigencias contravenían los derechos humanos y políticos establecidos en la Constitución y en varios tratados internacionales firmados por México, lo que cualquier ciudadano que hubiera sido designado dentro de esas exigencias hubiera quedado inhabilitado inmediatamente por la Suprema Corte de Justicia.
La oposición integrada por la mayoría de los senadores de las bancadas del PT y de Morena, a quienes se unieron otros del PAN que son aliados de Ricardo Anaya, exigían no hacer caso de la Constitución y mantener las exigencias del numeral 6 del proyecto inicial de la Convocatoria para evitar designar a un fiscal con afiliación partidista.
La aprobación de la convocatoria por parte del Senado da el paso esperado por sectores interesados de la sociedad, medios informativos, y de partidos políticos, que criticaron duramente a lo largo de mes y medio el cese del fiscal electoral Santiago Nieto.
Mucho se habló de que no habría en el proceso electoral de 2018, considerado desde ahora como el más complejo y grande realizado nunca antes en México, un fiscal que pudiera sancionar conductas fraudulentas.
A este debate que provocó parálisis legislativa en el Senado durante casi 10 días, se sumaron organizaciones y dirigencias partidarias acusando al presidente Enrique Peña Nieto de haber sido quien ordenó la defenestración de Nieto.
El fiscal depuesto fue despedido luego de hacer una declaración al diario Reforma en la que daba datos de una investigación abierta en contra del ex director de Pemex, Emilio Lozoya por supuestamente haber recibido 10 millones de dólares de directivos de la empresa internacional de la construcción Odebrecht que se abrían aplicado a la campaña presidencial de Peña Nieto.
Las revelaciones periodísticas de Nieto, a juicio del titular interino de la PGR el subprocurador Alberto Elías Beltrán, ponían en riesgo el debido proceso de la investigación iniciada por el caso Odebrecht y merecían no sólo el cese del fiscal lenguaraz sino el inicio de un proceso judicial.
Y lo corrió.
Ya a fines de 2015, año en que en febrero fue designado titular de la Fepade por la mayoría de los senadores, Santiago Nieto fue exhibido como un defraudador contumaz porque se descubrió que había trabajado como asesor durante más de 2 años del senador Miguel Barbosa, entonces presidente del Senado y coordinador de la bancada del PRD.
En términos legales eso lo debería haber inhabilitado para participar en la búsqueda de ese cargo.
Interrogado de por qué no informó en su oportunidad que había trabajado para Barbosa, Nieto dijo que “no lo consideré importante”.
Ni Barbosa ni Nieto informaron al resto de los senadores que habían mantenido esa relación por la cual Nieto había ingresado casi 3 millones de pesos en forma nominal, y una cantidad no declarada en otras bonificaciones.
Nieto estaba comprometido hasta el cuello con Babosa, quien ahora es uno de los más aguerridos críticos del proceso de designación de un nuevo fiscal electoral.
Barbosa sube una y otra vez a tribuna, y organiza cuanta conferencia de prensa se le ocurra, para acusar hoy al PRI, a Peña Nieto y a los otros senadores que votaron por la Convocatoria, de buscar un fiscal electoral a modo, algo que él hizo antes al impulsar desde la presidencia del Senado a su asesor Santiago Nieto.
Traidores y trasgresores
Unidos hasta hace poco en un férreo Frente Legislativo Opositor en defensa de la reposición de Santiago Nieto, los coordinadores del PT Manuel Bartlett y su escudero Miguel Barbosa, junto con el perredista Luis Sánchez, terminaron ayer tirándose las cazuelas a la cabeza.
El tercer coordinador de aquel frente, el panista Fernando Herrera, usualmente explosivo, se mantuvo ayer al margen del debate entre sus ex aliados, pero expectante desde su escaño, tan sólo enviando a los suyos a expresarse en contra de rasurar la Convocatoria.
De la misma bancada blanquiazul los aliados de Ernesto Cordero, presidente en turno del Senado, los senadores Roberto Gil Zuarth y Javier Lozano —considerados como los rebeldes antianayistas del PAN-, pidieron la palabra para dar clase de Derecho Constitucional y refutar con argumentos a los otros de su mismo grupo, y en especial a Bartlett y Barbosa.
A Gil y Lozano se unió el coordinador de los verdes, Carlos Alberto Puente, quien arremetió igualmente contra Bartlett, Barbosa y los panistas de Anaya, para indicarles que “ya estamos como cuando las comadres se pelean que es cuando salen las verdades”.
Y es que en el transcurso del debate Bartlett, coordinador de la crecida bancada del PT-Morena había acusado a sus ex aliados Luis Sánchez, coordinador de la mini bancada del PRD, y a Fernando Herrera del PAN, de haber tranzado con Emilio Gamboa para aprobar la Convocatoria “rasurada” para poder designar a un fiscal proveniente de las filas de un partido político que él supone será del PRI.
Herrera dejó pasar el señalamiento, pero Luis Sánchez, caliente, pidió la palabra para alusiones y reveló que Bartlett había perdido su confianza desde hace semanas porque él sí había traicionado acuerdos realizados con Herrera del PAN, y con él.
Ni Bartlett ni Barbosa volvieron a intervenir. En su intervención Carlos Alberto Puente remató:
“Quienes perdieron un fiscal a modo fueron ustedes (dijo a Bartlett y a Barbosa)… lo tenían (a Nieto) en la nómina y hoy quieren mandar al diablo a las instituciones (en abierta referencia a que tanto Bartlett como Barbosa responden dentro del Senado a los intereses y dictados de Andrés Manuel López Obrador) pretendiendo violentar la Ley y la Constitución…
“Quieren paralizar al Senado como tienen paralizada a la Asamblea capitalina, igual que hicieron al paralizar Paseo de la Reforma (cuando AMLO mantuvo un plantón en esa avenida luego de perder las elecciones presidenciales de 2006)… porque no saben hacer otra cosa”.
Previamente, en su intervención en tribuna, Bartlett había calificado a los senadores que votarían a favor de la Convocatoria reformada de “paleros” y “de vende-votos”.
No fue lejos por la respuesta, el panista poblano Javier Lozano dijo que él también había consultado al diccionario y encontró que a Bartlett le correspondían en todo caso las acepciones de hipócrita y amnésico.
Fue el tono del debate que al final derivó en la votación indicada al inicio: 64 a favor y 33 en contra. Y pasó la Convocatoria. Ahora habrá que ver si dentro de este trato y ambiente legislativo logran designar a un nuevo fiscal electoral antes de que concluyan los comicios del 1 de julio de 2018.
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