Innovación del periodismo en LA
Mauricio Conde Olivares miércoles 15, Nov 2017“Hora 14”
Mauricio Conde Olivares
El informe mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación y la Cultura (UNESCO) 2017-2018 sobre las tendencias de la Libertad de Expresión y Desarrollo de los Medios indica que existen en la materia grandes oportunidades pero también grandes desafíos.
Todo ello plantea graves riesgos para la industria de los medios de comunicación, que sigue siendo la principal fuente de noticias e información en el nuevo ecosistema informativo.
Estos riesgos son incluso mayores para ciudadanos de todo el mundo, hombres y mujeres, que dependen del periodismo profesional para abrirse camino durante el desarrollo y la transformación de sus sociedades.
En estos momentos estamos asistiendo al auge de las “noticias falsas”, que esconden la verdad y enturbian la información. Los algoritmos de medios sociales están contribuyendo a la creación de “cámaras de resonancia” virtuales, reflejando y exacerbando la polarización política. Hay gobiernos que han suprimido el acceso a Internet, sobre todo antes de la celebración de elecciones. Hay periodistas que sufren ataques de gran alcance, y tienen que hacer frente a una escalada de la violencia.
Recordemos que el próximo año se conmemora el 70º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, cuyo artículo 19 establece lo siguiente:
“Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”.
La era digital ha creado oportunidades para la aparición nuevas formas de pluralismo democrático, las periodistas pueden desarrollar una presencia en línea, liberadas de las jerarquías de las salas de prensa, y ciudadanos periodistas y activistas tienen acceso a modos de comunicación de masa que antes eran impensables.
Por eso, al hablar de la innovación del periodismo tanto en México como en América Latina, tenemos que considerar que hay dos situaciones relacionadas con lo que podríamos llamar “el periodismo sobre periodismo”: el llamado metaperiodismo.
La primera situación, es que cuando hablamos de innovación en el periodismo, de tendencias o acciones rupturistas y experimentales, miramos con devoción —especialmente en Latinoamérica— lo que se está haciendo en medios estadounidenses o europeos.
Consultar publicaciones como el Nieman Lab o las tendencia de internet de Mary Meeker son actos confesionales o peregrinaciones digitales incuestionables.
La segunda situación es que cuando hablamos de innovación periodística existe el riesgo de centrar todo en los medios de comunicación —en los medios como una estructura, infraestructura y cultura de trabajo que debe ser revolucionada—, y no en otras formas e iniciativas periodísticas que son más líquidas, inestables, flexibles, efímeras. Que aún son indefinibles.
Así como desde la misma BBC nos invitan a pensar más allá de los artículos de 800 palabras, también pensemos el periodismo más allá de los medios.
Si bien, el tema nos encamina a referir nuevos medios, es indudable que existen excelentes directorios, de actualización permanente en la región latinoamericana, en SembraMedia y Los Nuevos Medios, por ejemplo.
Pero qué significa innovar en el periodismo que se hace en México y otras partes de Latinoamérica.
Tenemos por ejemplo, en el directorio de “En malos pasos”, una iniciativa que recorre los siete países más crudamente violentos de América Latina. Para eso piden ayuda para que desde la comunidad les envíen historias, aporten datos, contextualicen o simplemente reaccionen al trabajo que están llevando a cabo el español José Luis Pardo y la mexicana Alejandra Sánchez Inzunza, líderes del proyecto.
#WeAreClimate, en cambios, es un proyecto que combina periodismo y meteorología para hablar sobre el cambio climático. Eri Sánchez y Enzo Campetella, argentinos, habían cosechado una exitosa experiencia con TiempoPatagónico.com, un sitio de pronósticos que recibe 250 mil visitas mensuales. Con #WeAreClimate apuestan por una cobertura global, en inglés, y a través de uno de los canales de distribución de moda.
Está también la obsesiva experimentación de UNO, medio argentino pensado en millenials que no se despegan de sus teléfonos. Ezequiel Apesteguia, el Product Manager de UNO, logró un crecimiento explosivo y, fundamentalmente, qué hicieron para conectar con su audiencia: “La voz de UNO —explicó Ezequiel— es una voz joven, informal e irreverente. Y no es la misma siempre: esa voz se adapta al lenguaje de cada plataforma”. Esa ductilidad innovadora fue premiada el 10 de octubre, cuando recibieron dos reconocimientos en los World Digital Awards 2017.
Y está también el caso de posdata.club, un proyecto que pretende contar la realidad cubana a través del periodismo de datos y que, con menos de un año de vida, fueron nominados a los Data Journalism Awards, junto a medios como Five Thirty Eight y La Nación de Costa Rica. Es decir, la élite de esta división del periodismo.
Pero hay más. Desde propuestas formativas hasta nuevas narrativas, experimentos sonoros e intervenciones que son compartidas por redes sociales.
Nina Weingrill impulsa el trabajo formativo de Énois, una escuela presencial/virtual de periodismo que trabaja en las periferias de São Paulo (Brasil) y busca la reinserción de jóvenes en los medios, para hacerlos más complejos y diversos. Desde México, Isela Carrasco se esfuerza sobre la necesidad de innovar en la formación universitaria de periodistas frente a los casos de extrema violencia que afectan a la profesión. “La universidad debe responder a sus compromisos y brindar una respuesta al conflicto preparando a sus estudiantes para el contexto violento”, relató en su más reciente columna.
Nelly Luna y Fabiola Torres, dos de las fundadoras de Ojo Público de Perú —un excelente medio de periodismo de investigación y nuevas narrativas—,tienen dos proyectos que exploran la interactividad y la potencialidad en el relato. Nelly liderea el de “La guerra por el agua”, un comic interactivo, inspirado en el trabajo del gran ilustrador maltés Joe Sacco, que cuenta el conflicto por el agua en la zona de Cocachacra, al sur del Perú. Fabiola impulsa The Big Pharma Project, una investigación transnacional sobre los métodos de las farmacéuticas para preservar sus monopolios en América Latina. Fue liderada por Ojo Público junto a periodistas México, Colombia, Argentina, Guatemala y Venezuela.
Desde Venezuela dos proyectos buscan combatir la desinformación y la censura. Laura Helena Castillo es una de las creadoras de El Bus TV, un noticiero que se realiza al interior de los camiones que recorren ciudades como Caracas, Valencia y Mérida, y que utiliza un marco de cartón que imita la pantalla de televisión. Se distribuye, en forma de video y tarjetas informativas, a través de Twitter, Instagram y YouTube, y se apoya en las grabaciones de los pasajeros de camiones que también comparten sus experiencias en sus redes.
Katherine Pennacchio tiene a Vendata, una plataforma online que pone al alcance de los venezolanos diversos contenidos de información pública, en formatos reutilizables. Se trata de la única fuente de datos abiertos en Venezuela, un país que no cuenta con una ley de transparencia y que rara vez respeta los artículos de la constitución que velan por el acceso a la información.
Una de las propuestas más atractivas en uso de tecnología es “Vivas nos queremos”, una aplicación desarrollada por la Universidad de Buenos Aires (UBA) que propone visibilizar la violencia contra las mujeres a través de la georreferenciación de audios, testimonios y postales sonoras. Al activar la aplicación, el usuario inicia una marcha por las calles de la ciudad y a medida que se acerca a lugares icónicos se reproducen los audios para sensibilizar sobre la violencia de género.
Es de destacar que según el informe “Punto de inflexión”, elaborado por SembraMedia con apoyo de Omidyar Network, en Latinoamérica casi un 40 por ciento de los medios nativos digitales más recientes han sido fundados por mujeres.
Otras iniciativas son de medios hiper-locales, plataformas que informan por ejemplo, desde Venezuela a través de YouTube, hay medios que cubren la cosmogonía mexicana, blogs de deportes, un sitio de noticias positivas “que hacen bien”, una web que cubre el fútbol femenino mediante el periodismo narrativo o una interfaz que adapta sus noticias al lugar donde se está mostrando, como propone Super Graph en Argentina.
Entonces, como dicen los clásicos “el cielo es el límite” para el periodismo latinoamericano que busca hacerlo todo, aunque no siempre se cuenten con los recursos, los equipos, la infraestructura o las garantías legales e institucionales para lograrlo; pero lo anterior será motivo de posterior análisis en otra entrega de Hora 14.