Bancos malcriados
Alberto Vieyra G. miércoles 15, Nov 2017De pe a pa
Alberto Vieyra G.
¿Usted sabe qué es un código de ética? Eso preguntan mis 3 lectores o radioescuchas, que muy probablemente ya suman 4. Ahí le va: un código de ética es una combinación de signos que fija normas y que regulan los comportamientos de las personas dentro de una empresa o nación. Los códigos de ética suponen una normativa interna de cumplimiento obligatorio para toda la sociedad, como pueden ser: no divulgar información confidencial, no discriminar a los clientes o los compañeros de trabajo por motivos de raza, nacionalidad o religión y no aceptar sobornos, por ejemplo, son algunos de los postulados que suelen estar incluidos en los códigos de ética actuales.
Y recordaré también, que, la ética del latín ethicus, o del griego ethikos, es la rama de la filosofía que estudia lo correcto o equivocado del comportamiento humano, la moral, la virtud, el deber, la felicidad y el buen vivir.
Este tema toral en la vida de los seres humanos viene al caso porque la Secretaría de Hacienda, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores y el Banco de México, acaban de imponer a bancos malcriados o malvivientes, un código de ética, para que ya no se salgan del huacal e incurran en prácticas monopólicas y de agandalle de capitales y para que al público no lo sigan tratando con la punta del pie.
Tras una larga investigación que abrió la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) por posibles prácticas monopólicas en el mercado de intermediación de títulos de deuda emitidos por el gobierno federal, las autoridades financieras y participantes del mercado crearon el “Código de Conducta del Mercado de Dinero y Renta Fija en México”, que, a partir de ahora, tendrán que acatar los bancos con capital nacional y la voraz banca trasnacional integrada por Banamex, Banco JP Morgan, Banco Nacional de México, Banco Santander México, Bank of America, Barclays Bank Mexico, HSBC México y BBVA Bancomer.
Entre 1991 y 1993, y bajo el pretexto de que la banca estatizada era corrupta, Carlos Salinas la vendió a poderosos capitales extranjeros, a los que exentó del pago de impuestos que hasta hoy siguen gozando. La privatizada banca entregada al imperio capitalista del mal, se convertiría en un error histórico. Hoy, tenemos una banca lisiada, usurera y mafiosa que lava y plancha dinero sucio, como ha quedado evidenciado con HSBC. La usurera banca cobra por todo, y dentro de sus instalaciones, sólo sus chicharrones truenan y los derechos humanos son violentados flagrantemente. El Estado mexicano no hace nada. ¿Lo hará ahora con ese código de ética impuesto a los bancos mal portados?
¿Sabrá Hacienda y la Comisión Nacional Bancaria que, el corporativo Bancomer, anunció el pasado 8 de noviembre que su sucursal, la número 6801 con 40 años de antigüedad en Madera, Chihuahua, anunció que se va con su música a otra parte, y que ahora los usuarios tendrán que viajar una hora a otras ciudades para realizar operaciones bancarias? ¿Llegarán con su dinero y sus vidas en un México en el que la delincuencia ha sentado sus reales? En Madera sólo existe esa sucursal bancaria, y la población está como agua para chocolate, pero desgraciadamente nadie les hace caso. En situaciones como ésta, el gobierno de la República, aprovechando ese código de ética, debería de imponer fuertes sanciones, trátese de capitales del Vaticano, de Wall Street, o de cualquier otra latitud del mundo.
En fin, veremos si el código de ética impuesto por el gobierno mexicano a la malcriada y malviviente banca nacional y extranjera, acaba con corruptelas y mete al aro a esa maldita banca, o será como los llamados a misa.