Pensiones millonarias
¬ Augusto Corro viernes 10, Nov 2017Punto por punto
Augusto Corro
Cada año es el mismo problema que se plantea en la Cámara de Diputados. Y cada año ocurre lo mismo: la mayoría de legisladores se niegan a cancelar las pensiones vitalicias de millones de pesos a los ex presidentes de México.
Esa pesadilla se repite cada vez que se somete a consideración de los diputados la aprobación del Presupuesto anual. Se incluyen los gastos para los ex mandatarios, que son considerados, por propios y extraños, como abusivos.
Siempre se apeló al criterio de los beneficiarios para que, con un poco de vergüenza, rechazaran esos beneficios que nos hablan de una injusticia total. Por un lado, los empleados privilegiados que con sólo seis años de servicio son jubilados con pensiones millonarias.
No ocurre lo mismo con un burócrata que después de decenas de años de trabajo consigue raquíticas sumas para su jubilación. Cantidades miserables para el retiro.
Los ex presidentes de la República reciben una pensión de 205 mil 122 pesos mensuales. También tienen otras prestaciones, como el de contar con elementos de seguridad, personal administrativo, así como un seguro de vida y gastos médicos.
Los ex mandatarios vivos son: Luis Echeverría (PRI), Carlos Salinas (PRI), Ernesto Zedillo (PRI), Vicente Fox (PAN) y Felipe Calderón (PAN). Según se informó que Salinas y Zedillo renunciaron a recibir su pensión. Eso sí, continúan con sus decenas de guardias y administradores.
Como señalamos al principio, en San Lázaro se volverá tocar el tema de esa injusticia; pero igual que en otras ocasiones, los flamantes legisladores aceptarán que se beneficie con millones de pesos a esos políticos privilegiados.
¿Qué le parece estimado lector que ese dinero que se da a los ex mandatarios se canalice a la construcción de casas para las damnificados de los terremotos? Los diputados tienen la última palabra. Algo tendrán que hacer, ¿no cree usted?
ELECCIONES EN EL PRD
En el Partido de la Revolución Democrática (PRD) se avecinan nuevos conflictos. Resulta que viene la sucesión en la presidencia nacional y no encuentran al personaje idóneo que sustituya a Alejandra Barrales.
Entre los jerarcas guardan silencio. No quieren encargarse de la dirección del partido, porque quien dirija el proceso electoral de los amarillos, “no puede ser candidato a nada, por ninguna vía”. Se cancela pues, para los ambiciosos la posibilidad de alcanzar alguna senaduría o diputación.
Por otra parte, las tribus que conforman al PRD no tienen al líder idóneo que los represente. Hace varios años que escasean. Por ejemplo, el antecesor de Alejandra Barrales que dirigió al partido era un extraño a la militancia amarilla, que llegó con la intención de conciliar intereses, pero no logró. Nos referimos a Agustín Basave, quien renunció al cargo, porque no logró controlar a los “grillos” de las fracciones partidistas. Se fue muy desilusionado.
Entre los posibles candidatos al cargo de presidente nacional del PRD suena Juan Zepeda, quien participó como candidato amarillo a la gubernatura del Estado de México. ¿Deseará este político dirigir a un partido en vías de extinción?
El próximo líder perredista tendrá que enfrentar todo el conflicto derivado de la alianza PAN-PRD-MC del Frente Ciudadano por México (FCM). Es decir, que contará con boleto seguro para la rifa del tigre.
GUERRERO, ¿DEJADO A SU SUERTE?
Son innumerables las denuncias de los guerrerenses debido a la violencia desatada en su entidad.
Las extorsiones, secuestros, asesinatos, etc., ocurren a diario desde hace varios años ante la impotencia de las autoridades. Ningún plan de seguridad funcionó. Así lo reconocieron las propias autoridades.
El problema creció y en el presente y el problema se volvió mayúsculo.
Trabajadores de la educación decidieron no reanudar clases en esta semana en más de 600 centros escolares de nivel básico, medio y superior en la región centro de Guerrero.
¿La razón o el motivo? La ola de violencia que no cesa en los municipios indígenas de Chilapa, Zitlala, José Joaquín de Herrera y Ahuacuotzingo.
Alrededor de 62 mil estudiantes y más de 3 mil docentes no asisten a clases. Los profesores decidieron no ir a las aulas ante la falta de garantías de seguridad por la disputa que mantienen bandas delincuenciales para controlar la ruta del opio, en esa franja del estado.
En fin, la violencia continuará, lo mismo que la impotencia de las autoridades para erradicarla.