Los niños con parálisis cerebral mejoran con toxina botulínica
Salud viernes 3, Nov 2017Cápsulas de la salud
Elsa Rodríguez Osorio
- Nuevo tratamiento que cura casos de hepatitis C crónica
Los niños con parálisis cerebral mejoran al recibir tratamiento con toxina botulínica, que les permite mejorar actividades como caminar, moverse o interactuar con el medio en el que se encuentran. Esta terapia consiste en administrar de 3 a 5 dosis en promedio, de acuerdo con la edad y el peso del paciente, explicó Rodrigo Pérez Rico, encargado de la Clínica de Toxina Botulínica del IMSS. La toxina botulínica se aplica mediante inyección intramuscular en la zona afectada para mejorar sus funciones motoras y musculares. Sus beneficios pueden durar de cuatro a seis meses, según la movilidad del menor. En la clínica, ubicada en el norte de la Ciudad México, reciben atención niños de 2 a 17 años de edad. Los candidatos son valorados en consulta externa, donde les realizan una historia clínica que incluye revisión neurológica de las funciones motora, muscular o la rigidez articular que presenten. En el servicio de Ortopedia Pediátrica se aplica la toxina botulínica desde hace más de 10 años y en el 2015 se formó la Clínica de Toxina Botulínica, donde se han atendido hasta mil pacientes con diversos niveles de daño muscular, desde una hasta cuatro extremidades. El paciente que presenta una afección menor tiene mejor pronóstico, por lo que alrededor de la segunda o tercera aplicación, no necesita más tratamiento. Aquellos que tienen mayor daño, porque se involucran más grupos musculares, se les apoya con otras terapias físicas en los Centros de Rehabilitación del IMSS. A ellos se les ofrece electroestimulación, que ha demostrado aumentar los efectos de la toxina botulínica, así como hidroterapia que mejora los signos vitales y la función motora directa, reduce el dolor y la rigidez muscular y/o articular. Los menores con parálisis cerebral que se atienden a temprana edad tienen más posibilidad de recuperar sus funciones, pues los trastornos de marcha, movimiento y habla son consecuencia de una lesión en el cerebro inmaduro. Sobre los efectos secundarios, los más comunes son: dolor en el sitio de la inyección, debilidad muscular, posible diarrea, incontinencia urinaria, alteración al caminar o lesiones por el riesgo de la caída debido a la debilidad muscular.
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Uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030 de la Organización Mundial de la Salud, es reducir en 90% los casos de hepatitis, y México avanza en este compromiso al contar con un nuevo tratamiento que cura a la gran mayoría de los casos de hepatitis C crónica. Datos de la Secretaría de Salud indican que en el país aproximadamente 1.6 millones de personas tienen infección de hepatitis C, de los cuales sólo el 10% han sido tratados con éxito y cada año se detectan alrededor de 20 mil nuevos casos. El descubrimiento de los antivirales de acción directa para hepatitis C es uno de los avances en medicina más significativos del siglo XXI, señala Erik Musalem, director general de la biofarmaféutica Gilead México. Con el nuevo medicamento el paciente sólo toma una tableta al día durante 12 semanas y funciona en todos los genotipos del virus de la hepatitis C. Además, es compatible con los regímenes antirretrovirales para pacientes co-infectados con VHC y VIH. Por su parte, Ruby Chirino, directora médica de Gilead México, afirma que esta infección se transmite por el contacto con sangre contaminada, ya sea a través de transfusiones de productos sanguíneos, agujas utilizadas en tatuajes, de madre a hijo durante el embarazo o por medio de relaciones sexuales sin protección con personas portadoras del virus. Cuando no es tratada puede desencadenar padecimientos como cirrosis hepática y cáncer, lo que equivaldría a aproximadamente 700 mil muertes anuales en todo el mundo. Este tratamiento es llamado pangenotípico ya que permite tratar, con el mismo esquema a todos los pacientes con hepatitis C independientemente del genotipo. “Para Gilead es sumamente importante continuar desarrollando medicamentos que inhiban el virus de la hepatitis C y B, razón por la cual continuamos introduciendo en México tratamientos innovadores a base de componentes como el sofosbuvir/ velpatasvir que mejoren la calidad de vida del paciente y sobretodo, sean una cura definitiva con el fin de erradicar este padecimiento,- apuntó Erik Musalem. Sin embargo, el primer paso para llevar a la erradicación del virus es la detección, por ello es importante buscar la atención de un médico especializado y someterse a una sencilla prueba de sangre que detecta la presencia de anticuerpos contra VHC que pueda ayudarnos a confirmar el diagnóstico e iniciar el camino hacia una curación definitiva”.