¿Crímenes políticos o mensajes?
Ramón Zurita Sahagún martes 23, Nov 2010De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
En México -el gobierno federal- se duda todavía sobre los sectores en los que se encuentra involucrado el crimen organizado y el grado de penetración que esto alcanza. La inseguridad prevaleciente en el país es el temor más grande que tiene la población en general y está plenamente comprobado que no importan el número de elementos de seguridad con que cuenten políticos, empresarios o ciudadanos comunes, cuando se trata de perpetrar un atentado en contra de ellos.
El alcance de la delincuencia es patente, con todo y las frecuentes declaraciones optimistas que emiten las autoridades contrarias a la presencia de estos personajes.
Con todo y ello, surgen con frecuencia los avisos de la delincuencia sobre su presencia en cada rincón del país y muestran que con todo y la guerra declarada en su contra, el territorio les pertenece.
El pesar es grande entre los ciudadanos de a pie con los frecuentes avisos de los sitios, supuestamente inaccesibles, a los que pueden llegar.
Durante los últimos años han caído candidatos presidenciales, a gobernadores, ex gobernadores, alcaldes en función y ex, directores y secretarios de Seguridad Pública, estatales y municipales, diputados federales y locales.
En esta ocasión, otro ex gobernador fue tocado por el brazo ejecutor de la delincuencia.
El asesinato a mansalva de Jesús Silverio Cavazos Ceballos, ex gobernador de Colima, no sorprende ya en el contexto nacional, por la frecuencia con que estos crímenes se presentan.
Lo hace porque de él no existían indicios de haber sido amenazado y porque el estado que gobernó no es siquiera uno de los convulsionados por la presencia de los cárteles de la droga o asediado por la delincuencia organizada.
Es cierto que en esa entidad se ubica el puerto de Manzanillo, donde se han realizado grandes decomisos de drogas, pero no le corresponde al gobierno estatal su operación.
Con el asesinato del ex gobernador las estadísticas crecen en el ámbito político, donde el crimen más representativo sigue siendo el del entonces candidato presidencial Luis Donaldo Colosio, marcado como el favorito en las encuestas.
Las causas del mismo se desconocen todavía, a 16 años de sucedido, como también las del crimen de Rodolfo Torre Cantú, virtual ganador de los comicios para gobernador en Tamaulipas, donde doblaba las preferencias a su principal adversario, pero ejecutado dos semanas antes de los comicios. José Francisco Ruiz Massieu, ex gobernador de Guerrero y Alberto Alvarado Arámburu, ex gobernador de Baja California Sur, habían caído antes.
El de Guerrero fue considerado como un asesinato preparado por rencillas familiares, sin que se probaran las mismas. El de Baja california Sur fue abatido en un asalto, supuestamente.
Por simple coincidencia, tal vez, los cuatro personajes mencionados arriba y el ex gobernador asesinado el domingo guardaban la misma filiación política, el PRI, partido al que ya habían representado en otras tareas.
Hasta ahora, es el PRI el partido más afectado con los asesinatos de políticos prominentes, mientras que en el caso de autoridades de otro tipo, la situación está más diversificada.
Diputados locales, ex diputados, alcaldes y ex alcaldes, han caído de unos y otros partidos, sin importar ideologías, izquierda, derecha y centro, han tenido sus bajas.
En el caso de procuradores, subprocuradores, secretarios y directores de Seguridad Pública en funciones o ex, el reparto es similar al de los presidentes municipales, tocándole por igual, en bajas más comprensibles, por tratarse de los personajes que encabezan la lucha contra el crimen y la delincuencia organizada.
De los crímenes en los que se han visto involucrados personajes de corte político, pocos son los resueltos y menos todavía los que se conocen las causas que llevaron a cometerlos.
En aquellos en los que se encontraron motivos, fue tan malo el procedimiento de investigación y conformación de los expedientes que las dudas quedaron sembradas para siempre.
Sin embargo, de lo que no hay duda es que con todo y los guardias de seguridad con que cuentan estos personajes, el brazo ejecutor de la delincuencia es todavía más grande que los blindajes que puedan tener los políticos o empresarios que con cazados por los miembros de la delincuencia que buscan justificar su accionar, dejando constancia de su presencia.
*Cuál será el mensaje que se pretendió dejar con el asesinato del ex gobernador de Colima, Jesús Silverio Cavazos Ceballos.
Esa entidad, una de las más pequeñas del país, tiene una gran tradición política.
Un nativo del estado fue Presidente de la República en fechas recientes. Miguel de la Madrid Hurtado gobernó México del uno de diciembre de 1982 al 30 de noviembre de 1988 y se distinguió porque en su período se inició la etapa de neoliberalismo.
Fue también en el sexenio de De La Madrid cuando vino el detonante de los cárteles de la droga, se descubrieron las primeras grandes extensiones sembradas de enervantes y se supo de los primeros grandes capos, algunos de ellos detenidos todavía.
También en el estado de Colima se produjo el ascenso de la primera mujer al gobierno estatal, Griselda Álvarez, la que como todos los personajes señalados por nombre en este espacio pertenecía a la corriente priísta.
La maestra Griselda, como era conocida, ni siquiera era nativa del estado, pero mantenía una estrecha relación con el mismo y fue la pionera de esos cargos de elección popular.
*Con la entrega de la presidencia de la Conago, Fidel Herrera Beltrán, gobernador de Veracruz, cierra el ciclo de despedidas, del que ya había dado un adelanto en ocasión de su sexto y último informe de gobierno que congregó a un importante número de políticos en activo y en receso.
En la entrega de la Conago hoy se espera la asistencia de un importante número de gobernadores y pronunciamientos fuertes.