Alcaldes en peligro
¬ Augusto Corro lunes 23, Oct 2017Punto por punto
Augusto Corro
En el presente mes tres alcaldes fueron asesinados. Desempeñar ese cargo representa ya un riesgo. De 2006 a la fecha 82 presidentes y ex presidentes municipales pagaron con su vida. ¿Los motivos? Muy variados. Van desde las agresiones de la delincuencia organizada, líos políticos o venganzas personales.
El crecimiento del crimen regional provocó que los munícipes se colocaran en el ojo del huracán.
Los grupos de pandilleros o de narcos que se formaron a raíz de la pulverización de cárteles de la droga, centraron sus actividades delincuenciales en los municipios.
Las bandas de pillos no se concretaron al narcotráfico, también ampliaron sus acciones a los asaltos, secuestros y crímenes. También a las extorsiones.
¿Qué puede hacer un presidente municipal ante la agresión de sujetos que tienen el poder de las armas? ¿De individuos que practican las peores crímenes? De antemano se sabe que los policías municipales no son capaces de contrarrestar los ataques de los enemigos de la sociedad. ¿Cómo hacerlo sin el armamento adecuado? ¿Sin el entrenamiento necesario?
Los resultados se encuentran a la vista. ¿Cómo contrarrestar la violencia en regiones donde desarrollan sus actividades los huachicoleros o los sembradores de amapola? ¿Cómo proteger a las autoridades de los pueblos que están en el camino de los narcos?
Al presidente municipal de Ixtlahuacán, Colima, Crispín Gutiérrez Moreno, lo mataron a tiros cuando viajaba en la autopista Manzanillo, Guadalajara. Esto ocurrió el viernes 20 de octubre.
El martes 10 de octubre, Manuel Hernández Pasión, alcalde de Huitzilan de Serdan, Puebla, fue asesinado con su escolta. Fueron emboscados por hombres armados. El hecho se registró el martes 10 de octubre.
Dias antes, Stalin Sánchez González, municípe de Paracho, Michoacán, también fue asesinado a balazos, el viernes 6 de octubre.
La repartición del hueso
En el Frente Ciudadano por México (FCM) todo es alegría: una fiesta en la que todos se sienten realizados. ¿Cuánto les durará el gusto?
Para alguno de los políticos no tendrán con qué pagar los beneficios. Para otros llevarán la amargura para siempre. En cuestiones de grilla no hay nada escrito. Lo que ahora le parece a los dirigentes su salvación si el frente llega a cuajar, para otros significará la ruina. Porque la política ahora es un negocio que rinde utilidades y a nadie le gustará estar en el papel de perdedor.
Lo anterior viene a cuento porque el Partido Acción Nacional (PAN) se ajustará al método de elección de candidatos que decida el mencionado frente. Como se sabe en esa coalición participan el PAN, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano (MC).
Hasta el momento, todo bien. Los enfrentamientos surgirán cuando empiecen los pleitos por las candidaturas. Si empezamos por la más importante, la presidencial, habría que preguntarse qué tan tranquilos quedarán los aspirantes eliminados.
¿Quiénes podrían estar en la lista de los candidatos que buscan la nominación más importante? ¿Miguel Ángel Mancera, jefe de gobierno de la Ciudad de México? ¿Rafael Moreno Valle, ex gobernador de Puebla? ¿Ricardo Anaya, líder del PAN? ¿Algún perredista? ¿Silvano Aureoles Conejo, gobernador de Michoacán? ¿El impresentable Graco Ramírez, gobernador de Morelos?
En las listas chicas estarán los que ambicionan alguna gubernatura. Y de ahí seguirán legisladores y alcaldes, etc. El pastel es muy grande. Alcanzará para todos, pero no todos se conformarán con el hueso que les toque.
Surgirán las pugnas y las divisiones. Los perredistas y los militantes del MC tendrán que manejar las situaciones con cautela, porque sus partidos se encuentran en vías de extinción y tendrán que aceptar la limosna que les arrojen. Saben muy bien, de acuerdo con la máxima aquella, que vivir fuera del presupuesto es un error. Hay que esperar, pues, la temporada de lucha libre o box que correrá a cargo de los políticos en busca del “hueso”.
¿Y los corruptos?
Tras un mes del terremoto del 19 de septiembre, sigue lenta la justicia. No se sabe de castigos a aquellos que, con su irresponsabilidad, hicieron más doloroso el desastre del sismo.
Nada se sabe de ingenieros, arquitectos, constructoras, autoridades, propietarios de inmuebles relacionados con la caída de edificios que se derrumbaron porque algo estuvo mal y no se corrigió a tiempo, o no se tomaron las medidas preventivas para evitar los daños. ¿En estos casos habrá borrón y cuenta nueva al estilo mexicano? Ojalá y no.