La polémica Yeidckol
Ramón Zurita Sahagún lunes 22, Nov 2010De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Desde siempre, Yeidckol Polevnsky ha sido una mujer que genera polémica en todos los estratos en los que se desenvuelve, sin importar el tamaño de la misma.
Es actualmente senadora de la República, por el voto mayoritario de los mexiquenses, el que buscará nuevamente en las urnas, con todo y que ahora no irá arropada, aparentemente, por la gran coalición de la izquierda que la hizo ganar. Seguidora del movimiento que encabeza Andrés Manuel López Obrador y proveniente del mundo empresarial, Polevnsky aterrizó en la actividad política por la vía de las cámaras empresariales, con tan buena estrella que pronto fue designada candidata al gobierno del Estado de México.
En aquel entonces, la actual senadora cayó hasta el tercer sitio de al contienda, muy lejana del ganador Enrique Peña Nieto y del entonces panista Rubén Mendoza Ayala.
Yeidckol venía de uno de sus primeros escándalos mediáticos, cuando se supo de su cambio de nombre y de las complicaciones de una vida sumamente agitada.
Proveniente de la Canacintra, donde se convirtió en una de las escasas mujeres en presidir una de las agrupaciones empresariales que forman el núcleo importante del país en ese terreno, la actual senadora fue objeto de múltiples ataques, al develarse parte de su pasado.
Catalogada como una mujer de lucha y tesón, tejió sus alianzas desde la cúpula empresarial con el entonces jefe de gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, quien le dio su aval para contender por el gobierno mexiquense en su primera experiencia en la política electoral.
Su participación fue solamente testimonial, sin tener jamás posibilidades de triunfo, ante el surgimiento de esa gran figura carismática en que se convirtió Peña Nieto.
Sin embargo, avalada por su mentor y arropada por el movimiento que este encabeza, Polevnsky se convirtió en todo un acontecimiento y cobijada por la campaña presidencial de López Obrador ganó, sin grandes complicaciones, la senaduría de mayoría del estado en que un año antes había sido desplazada hasta el tercer lugar de la contienda electoral.
De esa forma, Yeidckol pudo realizar una campaña electoral por todo el estado y darse a conocer por los ciudadanos que en julio próximo podrán votar nuevamente por ella como en 2006 o rechazarla como ya lo hicieron en 2005. La decisión será de ellos nuevamente.
Y es que la senadora Polevnsky fue ungida nuevamente por su padrino político (AMLO) como la candidata al gobierno mexiquense, sin que mediara el respaldo de encuestas como había prometido el tabasqueño.
Sumido en una abierta confrontación con el grupo (los Chuchos) que controla la dirigencia del PRD y opuesto a la construcción de una alianza entre los partidos de derecha e izquierda, para avalar una candidatura común en el estado de México, López Obrador se adelantó a todos y designó a la senadora como la candidata que presentará su movimiento, respaldado por los partidos Convergencia y del Trabajo, además de los seguidores del tabasqueño en la intentona por arrebatar al PRI el control del estado más poblado del país y el que cuenta con el presupuesto de egresos más altos de todos.
En esta ocasión, hasta el momento, la senadora Polevnsky no contaría –hasta el momento- con el aval del Partido de la Revolución Democrática en su propósito electoral, aunque algunos cuadros de este partido respaldarían su propósito y el de seguidores.
Y es que en el Estado de México se dará una de las grandes batallas electorales, la más importante antes de la contienda presidencial, por lo que todos los prospectos partidistas saben que se juegan carta importantes que pueden contribuir en gran forma a su ascenso o descenso en las preferencias electorales.
Es por eso que la decisión de AMLO para contender por esa posición recayó en la polémica Yeidckol, una mujer que sabe explorar y explotar el gran potencial político con que cuenta.
Sabe que la lucha es mediática, principalmente, y que en ese terreno rebasa a sus posibles adversarios y que además cuenta con el tiempo suficiente para posicionar su nombre y de sus aliados, ya que saca ventajas con su designación anticipada.
Priístas, panistas y perredistas -estos dos últimos podrían ir en alianza- se tomarán todavía su tiempo para elegir de entre una larga lista de nombres al que encabezará sus esfuerzos electorales.
De ahí que el madruguete con Yeidckol hubiese generado una serie de especulaciones y ataques entre los contendientes electorales, principalmente de los que provienen de la misma rama.
Esta será, sin duda, una más de las batallas que provoca la personalidad polémica de Yeidckol Polevnsky, la que se sitúa en medio de escándalos y conflictos desde su incursión en la actividad política.
Como presidenta de Canacintra, Yeidckol no fue una dirigente ortodoxa, por el contrario atrajo miradas curiosas por lo estrambótico de sus posicionamientos. Luego surgieron versiones del cambio de nombre y de la no legalización del cambio del mismo, con historias fantasiosas de todo tipo.
Su primera incursión como candidata al gobierno del estado de México fue vista, por algunos, con sorna y los resultados electorales parecieron darles la razón. Su nueva candidatura, ahora como senadora, provocó más comentarios malsanos y fue ahí donde dejó constancia de que con un buen respaldo contaba con las herramientas necesarias para ganar.
Su desempeño como senadora, también motivó polémica, por sus posicionamientos en algunos temas, pero estalló el escándalo cuando votó en contra del aumento de impuestos al tabaco y se supo que su hija trabaja en una de las principales empresas tabacaleras.
Con su nueva designación como candidata al gobierno del estado de México, Yeidckol deja constancia de que su nombre es motivo de polémica, algunas de ellas generadas por ella misma y otras por sus aliados.