De supositorios
Alberto Vieyra G. jueves 19, Oct 2017De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Al iniciarse la cuarta ronda de negociaciones para la renovación del Tratado de Libre Comercio con Norteamérica (TLCAN), la más escabrosa de las 7 etapas, los economistas, politólogos, observadores internacionales sin quehacer, empresarios esclavistas, brujos con bola de cristal, hechiceros de magia blanca y negra, hacían supositorios de que México se levantaría de la mesa ante las absurdas intransigencias del güero loco de Norteamérica, Donald Trump.
Sí, todo mundo suponía que la bestia trumpiana daría por terminado el TLC con México y Canadá y no faltaban los catastrofistas amantes del neoliberalismo capitalista que hacían supositorios o supongandos o supuestos cuando hablaban de que México se acabaría sin TLC. Lo más absurdo, hacían supositorios a lo loco. Es decir, suponían que Trump agarraría sus canicas y ya no jugaría más al comercio con sus vecinos del norte y el sur, y entonces el mundo se acabaría, y no hay tal. El mundo seguirá rodado.
¿Por qué habría de acabarse el mundo, si precisamente, mundo es lo que a México le sobra para comerciar? y no sólo con la bestia capitalista del mal de las barras y las estrellas de la que, por desgracia dependemos alimentariamente, igual que de los cárteles de granos de Inglaterra. Ya lo dijo mi colega don Ángel Trejo: “el mundo es más ancho, diverso y benigno que el TLCAN”.
¿Qué ocurriría entonces si se acaba el TLC? Bueno, primero, tienen que pasar seis meses para que el Congreso norteamericano y la Corte de por aquellos barrios decidan si el Trump tiene atribuciones o no para terminar con la negociación que les ha dado carretadas de ganancias a poderosas empresas trasnacionales norteamericanas.
En segundo, efectivamente habría algunas consecuencias que ya estamos viendo, pero de las cuales jamás el gobierno de la República nos va a decir ni pío. Ya veremos, por ejemplo, que el dólar se está tragando al peso y ya rasguña los 20 pesos. Claro, los especuladores del dinero en las bolsas están nerviosos, porque se truenan los dedos al saber que tienen que ser prudentes en sus inversiones, y acuérdese usted que el valor del dólar se lo dan sus poseedores. Así que ellos están haciendo negocio.
¿En qué otro rubro nos perjudicaría el fin del TLCAN? Habría incremento de los precios de artículos de manufactura Made in USA, porque se aplicarían impuestos a esos productos.
Entre esos productos que aumentarían de precios están el maíz, frijol, trigo, arroz, cárnicos, aparatos electrónicos y electrodomésticos, pero, según sabemos, el gobierno mexicano tomó ya providencias para no depender alimentariamente de los gringos, lo cual es muy peligroso. Y gracias a que la bestia trumpiana ha estado con el cuento de que ahí viene el lobo, con el fin del TLC, México ya comenzó a realizar importaciones de granos de Argentina, la India y China.
Bueno, aumentarían posiblemente los medicamentos de manufactura norteamericana, principalmente de las llamadas trasnacionales farmacéuticas de la muerte y entre esos medicamentos lógicamente que están también los supositorios. ¿Cómo la beisbol?