Un mundo sin periodistas
Alberto Vieyra G. miércoles 18, Oct 2017De pe a pa
Alberto Vieyra G.
¿Qué sería de México y el mundo sin periodistas valientes, críticos y honestos? Viviríamos en sociedades plenamente dominadas y ultrajadas por un cínico y despótico poder público.
Allá por el año 59 A.C., cuando Julio César era el cónsul romano, se colocaban periódicamente en el foro y en otros lugares visibles, la denominada Acta Diurna, en la que se daba cuenta a la población del rumbo y de las actividades en el gobierno. Ese sería el primer antecedente de la prensa en el mundo, aunque en el siglo VII, los chinos divulgaban, en hojas de papiro, noticias de interés público.
Ya en la Edad Media, se empleaban los llamados pregoneros, que llevaban por las principales plazas, una perorata informando tal o cual cosa a los pueblos. Pero no sería sino hasta el año 1622, y ya con el surgimiento de la imprenta, cuando, en Londres, aparecería el primer periódico de nombre Weekley News of London. Sería toda una sensación en la sociedad inglesa, a pesar de que sólo contenía 10 páginas.
En México, la prensa, se remonta también a la época colonial en la que, de igual manera, serían empleados los pregoneros para llevar a todas las plazas, sucesos que cantaban en lo que hoy se conoce como corridos, y en los cuales se hablaba de diversos sucesos.
Pero el primer periódico del que se tiene memoria en México, sería El Diario de México, aparecido en 1805.
Desde entonces, la prensa ha jugado un papel determinante en México y el mundo, como un auténtico contrapeso del poder público, aunque en muchos casos, también ha servido como una forma de control social.
Se creía que con el nacimiento del Internet, los periódicos pasarían a mejor vida, pero no. La sociedad le sigue dando a cada medio de comunicación su peso específico, dependiendo del alcance y la relevancia de los temas de que traten.
Alguna vez, la señora Rosario Robles, una variopinta política mexicana, que ha sabido lucrar con el poder en la partidocracia, dijo absurdamente que los periódicos sólo sirven para matar moscas y limpiar vidrios, aunque otros han dicho también que sólo sirven para envolver la carne y las papayas, pero, que yo sepa, los periódicos han sido la tumba política de muchos hombres del poder, como Richard M. Nixon cuyo escándalo del Watergate, denotado por “The Washington Post”, lo llevó a dimitir como presidente de los Estados Unidos.
En nuestros días, el jerarca nacional del PAN, Ricardo Anaya, apodado El niño chillón y canalla, sería ventaneado en 22 primeras páginas por el periódico “El Universal”, sacándole un pestilente garrerío al sol, con actos de corrupción en torno a su fortuna de más de 300 millones de pesos amasada en su corta vida como político. El panista creyó que, enfrentar a un periódico, era cosa de quitarle un dulce a un niño, y hoy su osadía lo tiene al borde de su tumba política. El mundo se le viene encima.
Y a otro politicastro que el mundo se le viene encima es al ex gobernador de Oaxaca, Gabino Cué Monteagudo, postulado por la prostituta alianza PAN-PRD. El semanario “El Correo de Oaxaca”, dirigido por mi colega Don Carlos Velasco, publicó el fin de semana un amplio reportaje en el que se exhiben los pelos de la burra, y también la burra, sobre el indiscriminado saqueo cometido por Gabino Cué, y de entrada, le documenta más de 7 mil 500 millones de pesos depositados en tres bancos a cargo del prestanombres del ex gobernador, Jorge Enrique Martínez Díaz. El periodista documenta que de los más de 300 mil 500 millones de pesos que recibió en 6 años de aberrante gobierno, Gabino Cué pudo haber sustraído más de la mitad, toda vez que la obra pública brilló por su ausencia y, por si fuera poco, elevó la deuda pública a más de 45 mil millones de pesos, aunque reconoce que sólo fueron 16 mil millones. No hay duda, las pruebas que exhibe “El Correo de Oaxaca” llevarán muy pronto a la cárcel a otro sátrapa de la partidocracia.
El escándalo denotado por “El Correo de Oaxaca” será la tumba política de la prostituta alianza PAN-PRD.