Corrupción en autoridades judiciales, causa de la impunidad
¬ Yolanda Montalvo lunes 16, Oct 2017Derecho de réplica
Yolanda Montalvo
Como dice el dicho: “con dinero baila el perro”, así bailan al son que le toquen el que suelte el billete las autoridades encargadas de investigar los actos delictivos. Eso quedó claro con el caso de las pesquisas contra el ex secretario general del Ayuntamiento de Othón. P. Blanco, Jorge Aguilar Cheluja, el nene consentido de otro prófugo, el ex alcalde Eduardo Elías Espinosa Abuxapqui.
Como se lo comenté en este espacio, trascendió que los funcionarios de Averiguaciones Previas y Acusaciones, J. C. P. R. y la Ministerio Público Reyna “N”, fueron quienes recibieron 50 millones de pesos por frenar la investigación en contra del ex secretario general del Ayuntamiento de Othón P. Blanco, acusado de peculado y enriquecimiento ilícito, lo que resulta en una traición contra los ciudadanos que pagan su sueldo y que exigen justicia contra malos funcionarios que llegan a los puestos sólo para llenarse las manos de dinero. ¡Finísimas personas!
De gato a tigre
Por medio del tráfico de influencias, Jorge Aguilar Cheluja realizó sus negocios, pues según la síndico municipal Marcela Rojas, los negocios al amparo del poder, así como la malversación y el peculado propiciaron que un simple asistente personal de 2011 a 2016 amasara una importante fortuna, con la capacidad de construir, amueblar y poner en renta departamentos de lujo frente al Instituto Tecnológico de Chetumal, ahí, sobre la calle Juan José Isidora.
Tanto a la funcionaria municipal, como desde dentro de la propia Fiscalía General no quedaron conformes con el dictamen de los funcionarios de Averiguaciones Previas y Acusaciones, J. C. P. R. y la Ministerio Público Reyna “N”, por lo que se inició una investigación interna.
Lo descuadrado
Para empezar, según el informe que rinde Miriam Flores Espejel, ex funcionaria municipal, donde detalló que Aguilar Cheluja obtuvo en el 2013, ingresos por un millón 57 mil pesos a razón de 125 mil pesos mensuales, es un insulto a la inteligencia de los chetumaleños, pues el ex secretario en ese año inició en el cargo el 29 de septiembre, por lo que obtuvo 375 mil pesos, monto de por si excesivo, pero lejos de lo que sus cuentas bancarias recibieron en realidad.
Otra inconsistencia es que dos testigos, ex funcionarias públicas municipales -la ex recaudadora, Julia Marilú Martínez Sandoval y Karen Sinahí Santín López- interrogadas por el fiscal del Ministerio Público y secretarios auxiliares de la Dirección de Delitos Patrimoniales, informaron que en 2015, Aguilar Cheluja percibió 5 millones 981 mil pesos de sueldo, a razón de un salario mensual de 498 mil 416. 66 pesos. Como dice el Peje: ¡eso ni Obama lo gana!
¿Por qué esos sueldos?
Cómo es que un secretario del Ayuntamiento de Othón P. Blanco, municipio con muchas carencias en obra pública, con cenotes en las calles -porque a eso no se le puede llamar baches-, con un basurero que tiene problemas graves de contaminación del subsuelo e incendios, puede tener un sueldo de casi medio millón de pesos mensuales.
Eso, es otro aspecto que está en el limbo de las investigaciones, pues no se indagó bajo que acuerdo de Cabildo o disposición firmada por el propio padrino de Jorge Aguilar Cheluja, Eduardo Espinosa Abuxapqui se le subió el sueldo al secretario general de 125 mil pesos en 2013 a 498 mil 416 pesos en 2015….uyyyy, ¿pues que otros servicios prestaba además de ser secretario de Gobierno?….no me diga, no me diga.
Con ese reporte de ingresos tan elevados, los funcionarios de la Fiscalía, ahora bajo la lupa emitieron su dictamen de la no acción penal, pues con sólo cuatro meses de sueldo, Jorge Aguilar Cheluja compró cinco propiedades valuadas en 2 millones de pesos e inició la construcción de un edificio con diversos departamentos amueblados, que en su parte de abajo son locales comerciales y ahora vive de sus rentas…esto me recuerda lo que dice Paquita la del Barrio, quien por cierto estará en Holbox muy pronto, en una de sus memorables canciones: “Rata de dos patas”, jijijijiji.
Que de ésta no se salva
La síndico, Marcela Rojas, presentó más denuncias por peculado y malversación de dinero público contra Jorge Aguilar Cheluja y otros funcionarios públicos del trienio que encabezó Espinosa Abuxapqui, además de un recurso de inconformidad contra el veredicto dictado por la Fiscalía General “la liberación del no ejercicio de la acción penal contra el ahora ex funcionario”, por lo que es de esperar que el proceso contra el continúe, ahora de manera honesta, pese a la secrecía que de forma obligada debe llevar la Fiscalía del estado….si, si…pues como no.
Asimismo, trascendió que el fiscal general del estado, Miguel Ángel Pech Cen, al verse sorprendido por la determinación de sus subordinados -que aduce, no le fue consultada antes de ser emitida como una resolución oficial- se dice que mandó a acordonar el área de las seis mesas del Ministerio Público que participaron en dicha investigación….o será que ¿no le dieron su tajada de los 50 millones?…. uyyyyy, así como están las cosas, ya no se puede creer ni en Santa Claus….jijijiji.
Sin alianzas
En la contienda política del año pasado, el PRI, PVEM y PANAL fueron en alianza, donde los más beneficiados no fueron los priístas, sino sus amigos los tucanes y los turquesa. Al tricolor le dejaron cuatro presidencias municipales: Isla Mujeres, Tulum, José María Morelos y Felipe Carrillo Puerto, pura chiquillada; mientras los tucanes tomaron la joya de la corona, Benito Juárez y Puerto Morelos; empero, los más ganones fueron los de Nueva Alianza, pues recibieron tan pocos votos que perdieron el registro estatal, pero, gracias a su unión con el Revolucionario, obtuvieron dos ayuntamientos, Bacalar, con Manuel Alexander Zetina Aguiluz, y Lázaro Cárdenas con Emilio “La Pájara” Jiménez Ancona.
Por ello, dentro del PRI se forma una corriente contra-aliancista, en el sur con Cora Amalia Castilla Madrid y en el norte con José Luis “El Pitoniso” Ross Chalé, este último en plena campaña rumbo a la candidatura a la presidencia municipal de Benito Juárez; para las pulgas de su dirigente estatal, el beliceño Raymundo King de la Rosa, de quien dice el runrún, junto con la dirigencia nacional de Enrique “El Pinocho” Ochoa Reza, ya plancharon ir en alianza con el PVEM y dejar de nueva cuenta a Remberto Estrada como alcalde en Cancún.
La muestra
Por si las dudas y pese a que no cuentan con registro estatal, pero si nacional, los del Partido Nueva Alianza en la entidad ya resguarda en sus instalaciones diversos artículos para armar despensas y tener algo qué ofrecer a sus electores.
Como aprendieron las malas costumbres, por sus alianzas con el PRI, los del partido turquesa ya se preparan para cooptar el voto y el viernes pasado un vehículo de tres toneladas, fue visto estacionado a las afueras de las oficinas del PANAL, ubicadas en la avenida Javier Rojo Gómez entre la Bugambilias y la calle Justo Sierra (ahí puede usted pasar por su despensa, jijijiji), de donde personal que labora en ese partido bajaron diversos artículos y cajas y las introducían a la oficina.
Dice el runrún que armarán la estrategia de entregar despensas a la voz de ya, pues -al igual que un perro chihuahua- se sienten grandes y en el PANAL se ha envalentonado, al tener a sus dos presidentes municipales en Bacalar y Lázaro Cárdenas y un diputado local, que por cierto, pese a haber llegado a la curul por los votos del PRI, les dio la espalda.
¿Con qué dinero?
Según su dirigente, Armando Palomo, el partido turquesa ha decido ir solo en esta contienda electoral, ya que pretende lanzar sus candidatos a senador, diputados federales y en sus 11 presidencias municipales, buscando la ratificación de Alexander Zetina Aguiluz en Bacalar y de Emilio Jiménez Ancona en Lázaro Cárdenas, donde, dicen las malas lenguas, sacarán el billete para las campañas electorales.
Si usted piensa que eso podría ser un desvío de recursos municipales, está en lo correcto, pero ya sabe usted, como se lo comenté en las primeras líneas, que los funcionarios, a golpe de billete, salen bien librados de cualquier acusación, por más obvia que ésta sea. ¿Qué’ ¿No?…Tantán.
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