Dependientes e independientes
Alberto Vieyra G. miércoles 11, Oct 2017De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Más de una docena de candidatos independientes y otros dependientes consumaremos nuestro registro ante el INE el próximo sábado 14. La cantidad de aspirantes sin partido a la silla presidencial pareciera decirnos que se trata de un problema de desempleo, que hay hambre y hartas ganas de comer. No, el asunto no es tan simple y merece ser analizado con la mayor responsabilidad y rigor.
Sí, hay hambre y sed por un cambio genuinamente democrático en el rumbo de la nación, pues la partidocracia lo ha llevado al despeñadero.
Se acusa, hoy con inusitada ligereza a los candidatos independientes de fragmentar el voto de los mexicanos. No, no, no, que no nos metan en ese costal, porque ha sido la ponzoñosa partidocracia la que ha fragmentado el voto, toda vez que hay desconfianza y hartazgo ciudadano contra nos partidos políticos que se han convertido en lacras sociales, pues, de entrada, han metido a la nación a una crisis de institucionalidad, comenzando por los propios partidos, pues recuérdese que los partidos son instituciones de interés público, que se han ganado a pulso el repudio ciudadano. Así que no quieran dormir al velador con el cuento de que los candidatos independientes vamos a fraccionar el voto ciudadano.
La suprema voluntad de los mexicanos ya fue fragmentada por la partidocracia, y por un señor que lleva tres sexenios en campaña, como el nuevo Nicolás Zúñiga y Miranda del siglo XXI, llamado Andrés Manuel López Obrador, cuya encomienda fundamental es fragmentar el voto en contra del PRI para favorecer a la derecha, concretamente al PAN.
Pero vamos por partes en eso de los candidatos independientes y dependientes: Hasta hoy, el periodista Pedro Ferriz de Con; el académico mexiquense Edgar Ulises Portillo, Alfredo Pérez Mata, Wendolie Gutiérrez, María de Jesús Patricio, Francisco Becerra, Roque López, y este átomo de la comunicación que concretará su registro el sábado 14 de octubre, somos los aspirantes genuinamente independientes, a diferencia del senador Armando Ríos Piter, pupilo del aprendiz de canciller Luis Videgaray, o Jaime Eliodoro Rodríguez Calderón, gallo de importantes grupos económicos y políticos de Nuevo León y sin faltar Jorge Kahwagi, quienes fueron sus padrinos que lo pusieron en la gubernatura de Nuevo León.
Y Margarita Zavala, esposa de Felipe Calderón se cuece aparte. Importantísimos grupos políticos y económicos de dentro y fuera del país convencieron a la alta jerarquía nacional del PRI y al que quita y pone en Los Pinos de la necesidad de fragmentar al PAN y, con ello, al masacote ese llamado Frente Ciudadano por México para que el PRI repita sin despeinarse en Los Pinos.
La señora Zavala, buscará, en primer lugar, como candidata dependiente de esas poderosas oligarquías, concretar la reelección presidencial de su marido para convertirse en los Kirshner mexicanos.
De “El Bronco” no hay de qué preocuparse. Desde ahora está chiras pelas. En los dos años que lleva cobrando como gobernador de Nuevo León, ha demostrado ser un politicastro inepto que desconoce de ciencia política y menos conoce lo que es la sensibilidad humana para responder a las necesidades populares. Digamos que a “El Bronco” se lo chupó la bruja en el poder por no poder, pero, las poderosas oligarquías del dinero buscarán sentarlo en la silla presidencial.
La señora Zavala no hará mucho, a pesar de que el PRI hará todo para que ella logre por los más de 860 mil votos que se requieren para la candidatura. A ella le pesará haber sido la primera dama de Los Pinos y haber apoyado contrareformas tan impopulares como la laboral, que convirtió a los trabajadores de México en los nuevos esclavos del capitalismo.
Ahora, el INE, tiene que echarse un trompo a la uña para hacer que candidatos dependientes y los genuinamente independientes a la Presidencia de México tengamos acceso igualitario como los partidos políticos a los medios de comunicación y no sólo que éstos estén al servicio de los Kirshner mexicanos, “El Bronco”, los Kahwagi y de Ríos Piter, del aprendiz de canciller.
Sí, o todos hijos o todos entenados; o todos coludos o todos rabones.