Novelas que no dejarás de leer
Cultura martes 10, Oct 2017En la ruta de las letras
Patricia Correa
“Sueños”, de Robert L. Anderson
- Oz Editorial
Con “Sueños”, su novela debut, Robert L. Anderson introduce un innovador e intrigante mundo en el que la frontera entre los sueños y la realidad queda desdibujada. Su seductora narrativa ha recibido las alabanzas y el favor del público juvenil y la crítica literaria.
Anderson, un trotamundos empedernido que ha vivido en más de 12 países, se inspira en su amor por los viajes y lo desconocido para crear el personaje de Dea, una joven que tiene la habilidad de adentrarse en los sueños de las personas. Al igual que su madre, Dea necesita los sueños para poder sobrevivir. Sin embargo, en sus aventuras por aquellos difusos mundos siempre debe seguir tres normas: nunca debe interferir en lo que ocurre en el sueño, no tiene que ser vista ni debe visitar un sueño en el que ya ha estado. De lo contrario, los monstruos irán a por ella. Un día, conoce a un joven atractivo y enigmático del que rápidamente se enamorará. La joven comienza entonces a visitar con mucha frecuencia el mundo de los sueños de Connor, hasta que descubre que los monstruos de los que el muchacho se esconde van ahora a por ella y sus seres queridos. Tensión y suspenso van en aumento, y Dea se ve obligada a adentrarse en las tinieblas más oscuras de la mente para salvarse, un lugar en el que descubrirá secretos inquietantes.
“Sueños” es una innovadora historia de amor, que se desarrolla principalmente en los recovecos de la durmiente mente de Connor. Sus secretos ocultos y los oníricos mundos descritos harán reflexionar al lector sobre sus propios miedos y sus sueños más oscuros. Sin duda, esta obra narrativa, caracterizada por un estilo fresco, un ritmo vivaz, la impecable unión de romance, fantasía y suspenso, y una multitud de giros narrativos, atrapará al lector, que no podrá cerrar el libro hasta conocer todos los secretos de los protagonistas.
“La posada de Manhuiol”, de Ion Luca Caragiale
- Ediciones Traspiés
Dotados de un sutil sentido del humor, los relatos de Caragiale muestran por un lado una fuerte raíz popular, y por otro suponen una muestra de los inicios de la literatura del absurdo, y por tanto son el antecedente de la mejor narrativa centroeuropea del siglo XX. Un fermento literario del que surgirán posteriormente las obras de autores tan importantes como Franz Kafka, Samuel Beckett o Eugene Ionesco.
Los personajes de estos relatos de Caragiale andan perdidos en la burocracia o las costumbres sociales, y se preguntan sobre sus verdaderas razones e intereses (por ejemplo, “El amigo X”). No obstante, Caragiale se asoma al sinsentido del mundo moderno con un sutil sentido del humor y un cierto deje de melancolía. Viajeros atrapados por los encantos de una hermosa posadera, amigos que son víctima de favores imprecisos, contrabandistas que demuestran un extraño sentido de la justicia o aficionados a la música capaces de dejarse apalear antes de cambiar de opinión, los protagonistas de estos relatos son seres que luchan por escapar de alguna contradicción. Quizás como el mismo Caragiale, que a lo largo de su vida fluctuó desde posiciones políticas y literarias en principio contradictorias, sus personajes luchan por establecer su verdadera entidad (como en “Ion”). Las situaciones de sus cuentos, absurdas, pero al mismo tiempo veraces, poseen sus propias normas internas, y nos recuerdan a las situaciones kafkianas que unas décadas más tarde irrumpirán en la literatura europea cambiándola para siempre. La ironía política asoma también en relatos como “El fueblooo”, cuyo sentido profundo, una crítica a la Revolución tomada como mecanismo de poder sin verdadera renovación, continúa estando plenamente vigente en nuestra época.