Claudia Sheinbaum y el reto antes de querer ser candidata a la CDMX
Jorge Luis Galicia Palacios lunes 2, Oct 2017Como veo, doy
Jorge Luis Galicia Palacios
- ¿Corrupción en los colegios colapsados en Tlalpan?
- Higinio Chávez y Maricela Contreras, entre la negligencia, la omisión y las mordidas
Después del sismo, el debate que tiene que darse es sobre el tema del desarrollo urbano y los sistemas de protección civil, pues en muchos casos donde hubo muertos a partir de que edificios y casas se colapsaron lo que está saliendo a relucir a la opinión pública es que en algunos casos los protocolos de protección civil se relajaron; las obras no cumplían con las normas de calidad y seguridad que requieren las nuevas construcciones o que las autoridades fueron omisas, negligentes o corruptas ante la expedición de diversos proyectos de construcción.
Pasó el susto, no obstante muchas familias hacen esfuerzos por resignarse ante los temblores de los días 7 y 19-s.
Algunas perdieron familiares o amigos, otras más perdieron patrimonio y trabajo, pero en general las poblaciones de la entidades afectadas, como son los casos de los estados de México, Oaxaca, Puebla, Morelos, Chiapas, y, principalmente, la ciudad de México, viven aún con miedo, con estrés y pesadillas, y estos síntomas son conocidos como trastorno de estrés postraumático (TEPT), y sus secuelas está generado una “emergencia psicológica” en la ciudadanía.
Dependiendo de la persona, se dice que el TEPT comienza en momentos diferentes, y a decir de los especialistas los síntomas de trastorno pueden empezar inmediatamente después del evento traumático y permanecer. Otras personas desarrollan síntomas nuevos y más serios meses o hasta años más tarde. El trastorno de estrés postraumático le puede afectar a cualquiera.
Es precisamente este tipo de afectaciones psicológicas las que en mayor o menor medida irán apareciendo al paso de los días luego del suceso trágico, y una vez que la población, la que aún permanece en campamento o albergue como damnificados, vea que el patrimonio inmobiliario perdido no reunía las características que con tanta ilusión compraron, ya que ni eran seguras, ni contaban con los permisos de construcción correspondientes; no tenían el usos de suelo para oficinas o casas habitación; y muchas otras anomalías que seguramente aparecerán en materia de obras y desarrollo urbano.
Ejemplo hay muchos, pero solo basta saber que los colegios Enrique Rébsamen y el Tecnológico de Monterrey, donde hubo muertos de varios alumnos, además de personal docente y de intendencia, sus edificaciones no contaban con los permisos de ley y al parecer se construyeron con la complacencia de las autoridades de la delegación Tlalpan, al grado de que la Jefa delegacional, Claudia Shainbaum, ya levantó una denuncia contra quién o quienes resulten responsables.
Aún no se conoce a detalle las características de las obras colapsadas, pero en principio el colegio Rébsamen tiene evidencias de anomalías que en ninguna circunstancia debieron tolerar las autoridades de la jefatura delegacional, porque por encima de las aulas se construyó el departamento donde vivía la dueña del inmueble, violando no solo la norma en materia de desarrollo urbano sino también la educativa.
En el Tec de Monterrey lo que colapsó fueron los puentes que interconectaban a los edificios, y nos dicen que estas construcciones no eran nuevas pero sí se construyeron algunos años posterior al sismo de 1985, lo que necesariamente debió regirse bajo rigurosos estándares de calidad y una estricta supervisión de especialistas conocidos como DRO (Directores Responsables de Obra).
¿Qué pasó?, ¿por qué colapsaron esas obras y su alrededores permanecieron incólumes?, son preguntas que las autoridades correspondientes, sean de la Ciudad de México o de la delegación de Tlalpan, tendrán que dar respuesta porque en ambos casos estamos hablando de que pudo haber omisiones de tipo administrativo y estas pudieran estar acompañadas por casos de corrupción, pero aunque no hubiera corrupción, lo cual se duda mucho, la negligencia también debe castigarse y eso debe sentar un precedente para futuras obras nuevas.
Hasta donde sabemos una licencia de construcción (obra nueva, modificación o remodelación) se obtiene una vez que la autoridad da el visto bueno, y los propietarios o solicitantes deben presentar proyectos arquitectónicos, diseño estructural, uso de suelo, y algunos otros requisitos, pero cuando se trata de obras importantes en general el aval lo da un DRO, y en el caso tlalpense los primeros datos señalan que esos trámites o no se cumplieron a cabalidad, se falsificaron, o de plano la autoridad en turno se hizo de la vista gorda y, por una módica cantidad (mordida) dejó pasar el trámite sin el más mínimo análisis o supervisión.
Lo que sea, si en verdad la actual delegada de Tlalpan, Claudia Sheinbaum Pardo, quiere ser candidata a la Jefatura del Gobierno de la Ciudad de México, antes que pensar en una campaña, como al parecer ya dedicaba tiempo en su agenda, primero tiene que explicar lo que pasó en las construcciones que colapsaron el 19-s y en este caso ningún doliente, por mínima que sea su pena, estará dispuesto o dispuesta a evasiones de responsabilidades, porque de que hay culpables las hay y esa pudiera ser la corrupción que se ha dado de manera sistemática en algunas administraciones delegaciones, y de eso se habló mucho en los tiempos de Higinio Chávez y Maricela Contreras, ex titulares en Tlalpan, por cierto dos personajes recién incorporadas a las filas de Morena.
Queda claro, si no hay capacidad para transparentar y deslindar responsabilidad en este asunto antes de que inicien las campañas políticas en la Ciudad de México, tampoco habrá posibilidad de que Claudia Sheinbaum, Higinio Chávez, Maricela Contreras, o cualquier otro servidor público o ex servidor público, que tenga que ver con los edificios colapsados en Tlalpan, sea considerado su nombre para aparecer en las boletas electorales y si lo hacen el desplome del partido al que representen será brutal.