Nuevo reglamento de construcción para la Ciudad de México
Elsa Rodríguez Osorio, Salud viernes 29, Sep 2017Cápsulas de la salud
Elsa Rodríguez Osorio
- 21,343 personas están en espera de un trasplante
El sismo de magnitud 7.1 del 19 de septiembre, dejó nuevos datos que servirán para revisar la pertinencia de elaborar un reglamento de construcción para la Ciudad de México, sostuvo Juan Manuel Espinosa Aranda, director del Centro de Instrumentación y Registro Sísmico (CIRES), en entrevista para la Academia Mexicana de Ciencias.
Señaló que el fenómeno geológico “generó los registros de aceleración más importantes que habíamos podido medir hasta ahora, por lo que se tiene información valiosa para revisar las normas de construcción o en su caso modificarlas, ya que las pérdidas materiales pueden estar vinculadas a la calidad de la construcción.
La tragedia que vive la Ciudad de México, obedece a un sismo extraordinario, no habíamos tenido información de este tipo de frecuencias altas que evidenciaron defectos de construcción que se pudieron haber normado oportunamente”.
El CIRES es una asociación civil no lucrativa fundada en1986 para promover la investigación y desarrollo de tecnología aplicada a la instrumentación sísmica, como medio útil para mitigar posibles desastres sísmicos.
El gobierno de la Ciudad de México ha patrocinado, desde 1987, el diseño y desarrollo de la actual Red Acelerográfica.
Este recurso tecnológico a cargo del CIRES ha permitido obtener información para comprender y adecuar eventualmente los factores de diseño sísmico del Reglamento de Construcción de la Ciudad, el cual, con los últimos dos sismos tendrá que revisarse para determinar su actualización o adecuación.
La Red cuenta con 80 acelerógrafos, donados por la Fundación ICA, el Conacyt y el gobierno de la Ciudad de México. De estos acelerógrafos 72 son de superficie y 8 de pozo (a 60, 40 y 12 metros de profundidad para registrar el efecto sísmico en estratos duros que subyacen a la superficie del Valle de México).
El sitio de instalación se encuentra en el Valle de México, según el criterio de expertos en mecánica de suelos e ingeniería sísmica.
Luego de los recientes hechos podría ampliarse la instrumentación o reubicar algún aparato. Las mediciones que hacen son para estudiar cómo se comportan las diferentes capas de la Tierra, como si fuera un edificio, donde lo más alto es la superficie. “Un sismo llega por los estratos duros que al moverse generan en los terrenos suaves o muy cargados de agua una especie de oleaje en la superficie donde están los edificios.
“Dependiendo del espesor de los estratos, se pueden esperar reacciones de diferentes frecuencias, muy lentas donde el espesor es más profundo y muy rápidas donde el suelo es suave o cargado de agua o de poca profundidad”.
De acuerdo con estas características, desde 1985 se pidió que se colocaran medidores de pozo que pudieran captar el efecto del sismo en capas duras bajo algunos terrenos del Valle de México como: la Central de Abastos, Xola y avenida Universidad, San Ángel, Sierra Poniente del Valle de México, y algunos otros lugares.
“Es conveniente que cada ciudad con antecedentes de sismos, cuente con una Red para que pueda adecuar su propio reglamento de construcción con las características propias. Además, cada construcción debería tener un estudio geológico del subsuelo y su calidad de dureza con el objeto de saber qué peso tolera y establecer los requerimientos para edificar “ –señaló.
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En México cada año se pierden miles de vidas ante una creciente demanda de trasplantes asociada, entre otros factores, a la epidemia de obesidad y el aumento de las patologías crónicas como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y las dislipidemias, y al aumento de sus complicaciones como la insuficiencia renal crónica y las enfermedades hepáticas.
El doctor Carlos Iván Basilio de Leo, urólogo y trasplantólogo del Hospital Sedna, afirma que a pesar que de que las donaciones de órganos y tejidos han ido en aumento, también la demanda crece, el día de hoy existen 21,343 personas en espera de algún órgano que les permita mejorar sus condiciones de vida o salvarla.
La insuficiencia renal terminal sólo se puede remediar mediante un trasplante renal, de lo contrario el paciente morirá o estará obligado a someterse a diálisis durante años. También para algunas afecciones hepáticas, tales como la cirrosis o el cáncer de hígado Igual que para varias afecciones cardiacas graves, por lo que es importante que la población se sume a la labor altruista, como se ha visto con los sismos y obtenga su credencial como donador de órganos y tejidos.