Los 5 objetivos de la Presidencia de Peña Nieto
Roberto Vizcaíno jueves 18, Nov 2010Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
“México no puede ni debe seguir improvisando su futuro… es hora de construir las bases de un Estado eficaz (porque) los gobiernos no pueden funcionar con ocurrencias ni acciones improvisadas”, afirmó ayer Enrique Peña Nieto.
Y, para quienes dentro y fuera del PRI piensan que el gobernador del Estado de México y puntero por mucho en la carrera presidencial del 2012 es apenas una buena imagen mediática producto de la TV , sin contenido ni ideas, adelantó lo que seguramente serán los 5 puntos centrales de su propuesta de gobierno a la Nación , y que prefiguran su idea de país y sociedad, lo que hasta ahora no ha hecho ningún otro de los aspirantes en serio a ocupar Los Pinos:
– La primera gran meta es lograr una democracia de resultados. Esa donde se faciliten los acuerdos y la construcción de mayorías, que hagan factibles las transformaciones institucionales que exige México. Sólo dejando atrás la polarización se construirán los consensos que demanda la renovación del país.
– La segunda es que nuestra economía crezca a su verdadero potencial. Únicamente con un crecimiento económico elevado y con equidad, será posible crear oportunidades y desarrollo para todos… sólo con una visión pragmática que alinie los esfuerzos públicos y privados se podrá detonar mayor infraestructura, aprovechar nuestra vocación turística natural y estimular el desarrollo económico del país. Para lograrlo tenemos que construir nuevas reglas, que fomenten mayor competencia económica a favor de los consumidores; relaciones laborales que eleven la productividad, así como una banca de desarrollo especializada particularmente en créditos para la innovación, para que el gobierno comparta con los emprendedores los riesgos inherentes a esta actividad, promoviéndose además el desarrollo regional y logrando que el campo sea más productivo, con subsidios progresivos y mejores tecnologías.
– La tercera meta es construir una sociedad del conocimiento, a través de elevar la cobertura y calidad del sistema educativo, con jornadas de tiempo completo, para que nuestros estudiantes puedan competir en la globalidad. Alcanzar esta meta requiere triplicar la inversión en ciencia y tecnología. Es necesario que nuestro sistema de educación superior detone la innovación y llegue a más mexicanos, a partir de lo que proponemos, como la Universidad Digital. Con estas acciones, se podrán aumentar los salarios y valor agregado de la producción nacional.
– La cuarta meta pretende alcanzar condiciones para una efectiva seguridad pública y garantizar el acceso a la justicia de manera eficaz. Se requieren policías especializados en el combate al crimen organizado, para pasar del simple uso de la fuerza, al uso de mayor inteligencia. También se requieren de Ministerios Públicos profesionales que aumenten la eficacia en la procuración de justicia, y lograr que el sistema penitenciario no forme, sino reforme, criminales. Es indispensable inhibir con eficacia la impunidad. Igual que impulsar la recuperación de espacios públicos para que las calles y parques sean puertas de salida y no de entrada a la delincuencia. Las instituciones de seguridad y justicia deben ser apartidistas y tutelar plenamente los derechos humanos. Con base en la Ley , es indispensable recuperar la paz y la tranquilidad que añoran todos los mexicanos.
– La quinta gran meta es la de reducir, por lo menos, a la mitad la pobreza multidimensional. Eso significa garantizar a la población el pleno ejercicio de sus derechos sociales. Destaca en este marco la creación de un sistema de seguridad social universal, que proteja a todos los mexicanos con servicios de salud, seguro contra accidentes y una pensión durante la vejez.
Habrá quienes vean en estas cinco metas un catálogo de retórica electoral, imposible de cumplir, pero resulta que otros lo han logrado. El más reciente fue Luiz Inacio Lula da Silva, quien no sólo incorporó 40 millones de pobres a las clases medias, sino que lanzó al Brasil a ser el líder indudable del continente y a un proceso de industrialización sin precedente.
Ayer Peña Nieto fue a más. Al entregar las conclusiones de los Foros Compromiso por México realizados a lo largo del año y al que acudieron en Toluca personajes nacionales y del extranjero de todos los sectores, incluidos varios Premios Nobel y el ex presidente de los Estados Unidos Al Gore, agregó:
“Estas grandes metas nacionales deben lograrse bajo un enfoque de desarrollo sustentable y con finanzas públicas sanas. Necesitamos lograr la sustentabilidad a través de una economía baja en carbono, para mitigar el cambio climático, donde al agua de lluvia sea un recurso, en lugar de una amenaza; en la que la basura se convierta en energía.
“Para financiar todo esto, tenemos que construir un nuevo sistema fiscal que elimine exenciones y privilegios, distribuya mejor la riqueza y estimule la inversión (es decir, la tan anunciada Reforma Hacendaria y Fiscal).
“El resultado de alcanzar estas cinco grandes metas nacionales será que México recupere su prestigio y liderazgo como actor internacional”.
Y remató:
“No sólo son buenos deseos. Son metas plenamente alcanzables en el mediano plazo; todas son posibles y requieren de la aportación de todos”.
Previamente el gobernador mexiquense indicó lo que muchos, millones piensan en México:
Que México llegó a su bicentenario sin consensos para mirar al futuro…que esta conmemoración, que debió haber sido la oportunidad para romper inercias, replantear paradigmas y pensar en grande, no estuvo a la altura de las expectativas de los mexicanos… que si bien es cierto que en un año no se cambia un país, sí se puede reorientar su destino.
Por todo eso, afirmó, es urgente replantear el rumbo del país. Necesitamos construir consensos y sentar las bases de la democracia del siglo XXI, pero sobre todo ver las cosas con realismo:
– Que los derechos individuales y sociales que consagra la Constitución siguen sin ser una realidad cotidiana para la mayoría de los mexicanos. Es decir, hoy como hace 100 años cuando inició la Revolución , siguen siendo una ficción:
– Que el derecho a la justicia se diluye cuando más del 95 por ciento de los delitos quedan impunes.
– Que el derecho a la salud se ve limitado cuando la mitad de la población no tiene seguridad social.
– Que el derecho a la educación es incompleto, cuando sólo tres de cada 10 jóvenes pueden acceder a la Universidad.
– Que el derecho al trabajo no es una realidad, si la tercera parte de la población labora en la informalidad.
– Que el derecho a la alimentación se ve restringido cuando 20 millones de mexicanos siguen viviendo en condiciones de pobreza extrema.
En fin, que esta realidad nos dice que el México luego de 10 años de gobiernos panistas no está en el lugar que merece.
– Que la pobreza y la desigualdad, males endémicos de nuestra Historia, se han agravado por la violencia, la inseguridad, corrupción e impunidad que abruman al país.
– Que la economía mexicana tiene una década creciendo por debajo del 2 por ciento anual, y ha perdido competitividad casi bajo cualquier indicador con que se mida.
El resultado no sólo es la enorme pobreza, sino la desesperanza que lo invade todo.
“Seis de cada 10 mexicanos piensan que el país va por el rumbo equivocado, y sólo tres de cada 10 están satisfechos con la democracia”, agregó.
De acuerdo a su visión y propuesta, los mexicanos “no tenemos por qué resignarnos a vivir por siempre en estas condiciones; tampoco conformarnos con cambios marginales, ni esperar a que pase algo drástico para reaccionar.
“Requerimos cambios profundos y estructurales, que sólo habrán de concretarse si hay visión, voluntad y unidad de propósitos”, insistió.
Es por eso que su gobierno convocó a delinear qué tipo de nación queremos ser en el siglo XXI, y a establecer las acciones a seguir.
“Los Foros Reflexión Compromiso por México, contaron con la participación de muchos de ustedes: académicos, expertos, líderes de opinión y la sociedad en general, quienes analizaron aspectos relevantes de política, economía y desarrollo, educación y cultura, desarrollo sostenible, así como de calidad de vida.
“Este ejercicio reflejó que somos una sociedad plural y diversa, capaz de discutir con libertad y civilidad cualquier tema de la realidad nacional.
“También nos mostró que si no hay claridad en las metas, menos habrá acuerdos sobre los métodos. No se pueden debatir los “cómos”, sin antes habernos puesto de acuerdo en los “qués”. De ahí que estemos entrampados discutiendo o evitando discutir las reformas política, fiscal, laboral, energética y educativa, entre otras. A fin de superar este escenario, primero debemos plantearnos grandes metas nacionales, que sirvan como orientaciones estratégicas para tener un país con una economía competitiva, mayor movilidad social, una clase media creciente y condiciones de paz y tranquilidad.
“Es hora de construir las bases de un Estado eficaz, que vincule a todos los sectores y actores nacionales; que concilie diferencias y construya acuerdos a favor del país. México requiere cambios, pero cambios con rumbo. Debemos tener un Estado eficaz, capaz de concretar en principio las cinco grandes metas nacionales de carácter transexenal expuestas anteriormente”, concluyó.
Ahora debiera venir el debate sobre si es o no procedente lo propuesto por Peña Nieto, aunque conociendo la pequeñez y lo deleznable de nuestra clase política y mediática, editorial y de análisis, lo más seguro es que surgirán de nuevo los adjetivos y la descalificación.