Lavarse la cara con la pobreza
Francisco Rodríguez lunes 25, Sep 2017Índice político
Francisco Rodríguez
Cuenta la historia medieval que no hay escándalo, orgía, hijos ilegítimos, incestos, fratricidios, misteriosos venenos que no dejan huella, cadáveres flotando en el Tíber y en el Arno, trapicheos y corruptelas de todos los calibres que no se le hayan atribuido a la familia Borgia.
Pero los Borgia tenían algo de lo que carecían otros clanes como los Habsburgos, los Austrias, los Hohenlohe, Kennedy o Grimaldi: un cabeza de familia que no era un padre cualquiera, sino el Santo Padre, el portador del Báculo de Pedro, ejemplo moral y guía indiscutible de toda la cristiandad y del inmenso poder financiero del Vaticano.
Gracias a su mediación financiera y política, Fernando de Aragón e Isabel de Castilla expulsan a moros y judíos de Granada y Toledo, y propicia el descubrimiento de América, tomando en sus manos decretar la famosa Bula Alejandrina que permite a los portugueses conquistar Brasil y dejar todo lo demás a los vasallos del Imperio español.
Rodrigo Borgia, como Papa —llamado Alejandro VI— es el ejemplo emblemático de todo monarca absoluto y de todo padrino o pezzonovante que se respete. A pesar de haber casado a Lucrecia, su hija, con un financiero milanés de la casa Sforza, el Papa hizo una jugada maestra.
Y es que cuando Lucrecia se encontraba encinta de seis meses, su padre logra que el tribunal que conocía del caso de la separación eclesiástica declarara que Lucrecia jamás había sido tocada por mano de hombre, pues también logró que Sforza se declarara impotente, o sea, se trataba de un sorprendente caso de Virgo Intactus, o sea una virgen que, sin perder el himen, había sido preñada sobrenaturalmente.
Algo así como el Espíritu Santo que, de acuerdo al Nuevo Testamento, escogió a María de Jerusalén llegó hasta la alcoba de Lucrecia Borgia.
La verdad es que su hijo era de espermas de un criado seducido, cuyo cadáver apareció después flotando en el Tíber, para que no hubiera marcha atrás en la decisión judicial florentina.
Así la seductora y apetitosa Lucrecia Borgia pudo contraer nupcias con el nuevo príncipe de Nápoles, un tal Alfonso de Aragón, lo que permitió a Alejandro VI ser dueño del mundo conocido, incluyendo América, hasta que la malaria acabó con su vida, no sin antes poner a su hijo César como el modelo de El Príncipe, de Nicolás Maquiavelo.
Virgo intactus fue sin duda la referencia más utilizada por monarcas absolutos, señores feudales, empresarios financieros del Mediterráneo para justificar todas susdecisiones tratándose de asuntos de familia. Lástima que ahora, que todo se pervierte, el concepto se aplique para un barrido y trapeado de poca monta y baja estofa.
Para cualquier gobernante de tercer talón, basta declarar que han desaparecido todos los males, plagas, enfermedades, azotes y corrupciones para lavarse la cara frente a teleprompters que sólo certifican la ignorancia y la inconsciencia de quien esgrime argumentos que los titiriteros tras el trono ordenan repetir cómo retintines de chachalacas.
Hace unos meses se declaró con bombo y platillo que se había logrado desaparecer la pobreza de los mexicanos. De inmediato, los estudiosos de la materia le reclamaron su insolencia recordándole que en México existían ciento un millones de pobres y de personas al borde del hambre.
El terremoto que acaba de devastar en un minuto el sureste mexicano desmiente las ligerezas declarativas del presidentito. Han aflorado necesidades que en Los Pinos ni sabían que existían. Al visitar la zona de Tonalá, en Chiapas, y ofrecer que sus habitantes serían atendidos por los centros de salud, los damnificados le contestaron: aquí no existe eso.
Los gobernadores se montan sobre las desgracias de los que se quedaron sin techo y sin cama de hospital prometiendo el oro y el moro, y derrochando en publicidad quizá lo único que tengan para ofrecer agua, medicina y víveres. Inmediatamente ponen sus nombres a las campañas de resarcimiento: Yunes y Velasco, en plena campaña electoral.
Copiando a su marido, la primera dama chiapaneca, que dudo conozca la Floresta, aparece desmelenada, sin maquillaje ni capas de pintura sobre el rostro, ufanándose de estar ahí antes de que los damnificados le pidan que baile o cante para ellos. Una improvisada y oportunista de tercer huarache. Lo que logra es muy sencillo de deducir:
Le piden en sus narices y ante los medios acreditados, que ella y su marido devuelvan todo el dinero robado de las arcas chiapanecas; que se aclaren los desvíos de recursos para desastres naturales que desde hace cuatro meses desaparecieron.
Que el supuesto cónyuge, Manuel Velasco Coello devuelva todo el dinero tirado en una campaña multimillonaria que provocó asco y repudio.
La podredumbre salta a la vista, la de ustedes como políticos rapaces haciendo circo del dolor que ha provocado esta tragedia.
Estúpida sin neuronas, le dicen a Anahí, no nos interesa si estás o no peinada o arreglada… tú, mejor sigue haciendo lo que sí sabes y por lo que te contrataron: actuar ser la esposa del gobernador de Chiapas… ve a tu tocador y que te maquillan para que no le falles al serrallo más grande de los políticos, Televisa.
Y rematan los damnificados chiapanecos: ¡Basta de burlas al pueblo!
En México no hay escándalo, asesinato, complicidad con las corruptelas, hijos ilegítimos, incestos, fratricidios, cadáveres destazados y previamente torturados, masacres genocidas, levantones, secuestros, extorsiones, arreglos gubernamentales con el narcotráfico, que no se atribuyan a esta nueva versión de los Borgia de huarache.
Y aunque Rodrigo Borgia, el Papa Alejandro VI, siempre puso por delante de todas sus macabras intrigas la integridad y el pasmoso Imperio del Vaticano, los funcionarios trabajan para el triunfo de sus aliados, los esquizoides gabachos repudiados en todo el mundo.
Aquí sólo se sigue la voz del amo, pues es la que deja dividendos mayores, ya que los locales de huarache no saben hacer nada, ni se les ocurre nada en beneficio de un país hambriento, desplazado, deportado y perseguido. Hasta la fecha no logran entender que sus principales aliados serían los pobres, ésos que han asesinado y de los que se han burlado.
Se les ha dicho hasta la saciedad que van en el barco equivocado, pues al triunfar los intereses yanquis, ellos serán los primeros traidores llamados a cuentas por los que con toda seguridad se sienten traicionados por su ambición.
No falta mucho para que acaben de entregar un país saqueado y burlado hasta límites escandalosos que horrorizan al mundo civilizado. Nuestro nivel de desarrollo sólo es comparable a los países africanos del Subsahara… a Zimbabue.
Pero como no hay peor sordo que el que no quiere oír, allá ellos. Que después no se llamen a engañados. Nacieron para perder ganando.
Están capicúa desde que iniciaron a rematar la soberanía nacional y a rendir pleitesía a los peores verdugos de nuestro pueblo. La ignorancia y la rapiña cobran muy caras sus facturas.¿Usted qué haría?, pregunta quien sabe que está perdido y no sabe qué camino lo trajo hasta aquí.
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