El pragmatismo de Fidel
Ramón Zurita Sahagún jueves 18, Nov 2010De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Promoverse personalmente se está convirtiendo en un método recurrente de los políticos mexicanos aspiracionales, los que buscan de esta forma alcanzar sus objetivos. Humberto Moreira Valdés lo hizo en su intentona por la presidencia nacional del PRI y ahora Fidel Herrera Beltrán hace lo propio, en su incesante búsqueda por alcanzar una extensión de una carrera política que abarca las cuatro décadas.
Si algo tiene el todavía gobernador de Veracruz (le quedan 13 días), Fidel Herrera Beltrán, es su arrojo político y su decisión por alcanzar las metas fijadas que unido a su estilo pragmático, lo convierten en una aliado fundamental para la sucesión presidencial.
Sabedor de que la disputa por la candidatura presidencial se encuentra lejana de su alcance, el priísta lanzó su arenga promotora de competir por la máxima gema de los cargos de elección popular.
Lo hizo con el afán de jalar reflectores, pasar lista de presente y buscar la negociación con los punteros de la disputa partidista.
Fidel es un personaje que puede ser calificado como astuto, pícaro, con una impecable formación política, conocedor del sistema político mexicano, de sus cañerías, mañoso, pero versátil, lo que le permitió ser cuatro veces diputado federal una más senador y dirigente del PRI en varias ocasiones, tanto en la ciudad de México como en Veracruz.
En cuestiones electorales Fidel es experto como da cuenta la elección del pasado 4 de julio en el estado que gobierna, donde fue el artífice del triunfo de Javier Duarte de Ochoa, con todo y que se enfrentó a un personaje con las mismas habilidades que él.
Por eso, el habilidoso Fidel aprovechó su VI y último informe de gobierno para amagar con su proyección nacional y la búsqueda de una lejana candidatura presidencial.
Sin embargo, dejó abierta la posibilidad de apoyar a quien resulte candidato, si es que él no es electo para esa posición.
Fidel sabe que esa posibilidad está sumamente distante, ya que lo aventajan dentro de su partido Enrique Peña Nieto y Manlio Fabio Beltrones, pero después se sitúa él mismo y cualquier cosa podría suceder.
El todavía gobernador de Veracruz es consciente de que la política es una rueda de la fortuna y que las oportunidades hay que tomarlas cuando se presentan, provocando las condiciones para ello.
Dos hechos pintan a Fidel y su colmillo político.
En 1991, Fidel Herrera fue propuesto diputado a la LV legislatura de la Cámara de Diputados y buscó la presidencia de la entonces Gran Comisión. Su intentona contó con unas declaraciones estridentes, en la que señalaba que los priístas habían propuesto puros “cuartos bates”, en una metáfora beisbolera, deporte del que es aficionado.
Y como sentenció Fidel, eran puros cuartos bates, por lo que no tuvo oportunidad alguna de competir por la presidencia, aunque le encargaron la presidencia de una comisión importante.
En 2004, dos priístas, diputados ambos, se situaban por encima de Fidel en la carrera por la candidatura de ese partido al gobierno de Veracruz. Miguel Ángel Yunes Linares y Tomás Ruiz González, los dos consentidos de la profesora Elba Esther Gordillo, para entonces coordinadora de la diputación del partido tricolor.
Fidel se movió como pez en el agua, buscó los respaldos necesarios, amagó con irse a la oposición y consiguió su propósito de ser candidato al gobierno de Veracruz, el que ganó en forma muy cerrada.
La candidatura de Fidel provocó un soberano berrinche de Yunes y de Ruiz, los que al poco tiempo renunciaron al PRI.
Yunes Linares buscó la candidatura por otro partido y el PAN lo nominó seis años después y se escenificó otra batalla cerrada, donde nuevamente la experiencia de Fidel sacó a flote el proceso electoral.
Esa habilidad política innata le permitió al hoy aspirante presidencial, jalar para su rebaño dos cartas que antes fueron furibundos adversarios, el panista Gerardo Buganza Salmerón (candidato derrotado en 2004) y Tomás Ruiz González, adversario interno hace seis años, los que se sumaron a la campaña del priista Duarte de Ochoa.
Con esas cartas credenciales es que Fidel pretende enfrentaren una interna a Enrique Peña Nieto y Manlio Fabio Beltrones, aclarando que si no es elegido, será el aliado del elegido en su tránsito a Los Pinos, con lo que muestra su pragmatismo y deseo de negociar su respaldo a cambio de una posición de importancia dentro del eventual gabinete o del Congreso de la Unión en la LXII legislatura.
*Con un saldo altamente negativo y una evaluación en los suelos concluye Ulises Ruiz Ortiz con su gobierno de seis años en Oaxaca.
El martes rindió su VI informe de gobierno, de una administración sumamente desastrosa que provocó problemas al por mayor en un estado de suyo atrasado.
El conflicto del 2006 será recordado durante mucho tiempo, por el número de víctimas mortales ocasionado y por el bloqueo de la capital del estado que generó pérdidas millonarias y desalentó al turismo, una de las principales fuentes generadoras de ingresos en el estado.
Ulises se va en trece días con una gran carga negativa, la que frenó su ascendente carrera y habrá de marginarlo por un tiempo.
Sabedor de eso Ulises busca restañar las heridas dejadas, aunque algunas de ellas tardarán en sanar y las alianzas del pasado difícilmente podrán reconstruirse.
*Agotado el tema del Presupuesto de Egresos de la Federación para el año próximo, los diputados federales entrarán a la rebatinga de nombrar a los tres nuevos consejeros del IFE.
Como sucede con estas designaciones, el reparto habrá de ser equitativo, con todo y que la equidad no se da en esa forma en la Cámara de Diputados.