El Ponchis
¬ Augusto Corro miércoles 17, Nov 2010Punto x Punto
Augusto Corro
Realmente impactó conocer la existencia de un sicario de 12 años de edad. Se trata de “El Ponchis”, quien es buscado por la fuerza pública en el estado de Morelos. La guerra contra el crimen organizado descubre poco a poco hechos difíciles de imaginar. Sin embargo, ahí están presentes y no se trata nada más de un menor entregado a la delincuencia, sino de su capacidad de delincuente sanguinario.
Narcos jóvenes capturados en Jiutepec, Morelos, dijeron que, efectivamente, “El Ponchis” es quien cumplía o cumple con la tarea de decapitar a sus víctimas. Así aparece “El Ponchis” en un narcovideo en plena acción criminal. Dicho asesino y los jóvenes forman parte del Cártel del Pacífico Sur.
El caso de “El Ponchis” es el botón de muestra de lo que ocurre en la sociedad mexicana, donde se pierde el control de la situación. Por ejemplo, en el diario “Excelsior”, del que tomamos algunas cifras, se informa que hasta 35 mil menores se encuentran relacionados con el narcotráfico.
Los niños y adolescentes participan en la cadena de producción y distribución de los estupefacientes por una simple y sencilla razón: no existen leyes para castigarlos. Su edad les evita ser juzgados como adultos.
Y como los niños participan en la guerra como elementos activos, también pagan con su vida su osadía. De tal manera que entre diciembre de 2006 a octubre de 2010 murieron mil 200 menores. Y desde 2009 a la fecha se incrementó el número de adolescentes detenidos por delitos relacionados con la delincuencia organizada.
Es muy grave lo que ocurre en la niñez, adolescencia y juventud mexicanas, porque se perdió el control de una sociedad sometida a la indiferencia de las autoridades. Los jóvenes que ni trabajan ni estudian se multiplican día con día. Este problema se agudizó hace algunos días y no se notó el interés de ningún gobierno para atender las inquietudes de los “ninis” desamparados.
Además, el gobierno federal inició una guerra contra el narcotráfico sin estrategia alguna, sin contemplar los efectos desoladores que ocasionan esas acciones, en las que se quiera o no, se involucran a todos los sectores de la sociedad.
En el caso concreto, la lucha contra la narcodelincuencia llega cuando el crimen organizado se encuentra fuerte y en casi todo el territorio mexicano con la situación gravísimma de que cuenta en sus filas con niños, adolescentes y jóvenes.
De ahí que “El Ponchis” sea el botón de muestra de lo que ocurre en nuestra sociedad amenazada con mayor violencia.
ASPIRANTES PANISTAS
Algo les ocurre a los panistas que parece que viven en otro país o en otra realidad, en mundos fantásticos, donde sus líderes políticos son lo máximo: gobernantes ejemplares, diputados y funcionarios inmaculados y sabios. Gente con posibilidades de llegar a la silla presidencial mexicana.
El ciudadano común no tiene ni la menor idea de esos próceres de la patria que se mueven en las grandes ligas de la política. A veces se acuerda de sus representantes populares, porque en alguna ocasión le regalaron una torta a cambio de un voto.
¿Cómo se llega a participar como candidato político a un cargo en la administración pública? Pues, la tradición señala que es en la cúpula de las jerarquías políticas donde se designa a aquél o aquellos que deben participar en las contiendas electorales.
Por eso, no es una sorpresa que uno de los candidatos a ocupar la dirigencia del Partido Acción Nacional (PAN), Roberto Gil Zuarth, vea a cinco panistas como los posibles aspirantes a la candidatura presidencial blanquiazul. Tres de ellos son gobernadores yunquistas, es decir, militantes políticos de la ultraderecha.
Mencionó a la diputada Josefina Vázquez Mota, aquella del libro “Dios mío hazme viuda por favor”. En el sexenio de Fox se desempeñó como secretaria de Desarrollo Social. No alcanzó buenas calificaciones. Después ocupó el cargo de secretaria de Educación. Está demás decirle como le fue. En la Cámara de Diputados desempeña un papel muy gris. Sólo en los sueños de su empleado Gil Zuarth aparece como posible candidata presidencial. Es más, la diputada ni siquiera llena los requisitos para ser aspirante a la gubernatura del Estado de México.
El otro aspirante señalado por Gil Zuarth es el secretario de Educación Pública, Alonso Lujambio que, por ahora, se encuentra en un callejón sin salida por los problemas que surgieron en torno a los festejos del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución. Su jefe le dio los medios para lucirse, pero su ineptitud se lo impidió. Para empezar, no le cuadran las cuentas de los gastos de la pólvora que se acabó en infiernitos.
Los otros tres candidatos son gobernadores que tienen problemas en sus estados: Marco Antonio Adame, de Morelos, en su entidad el narco llegó para quedarse. La corrupción es galopante y la violencia se desató y nadie puede controlarla. El ex capo Arturo Beltrán Leyva se sentía como en casa, con la protección de la policía. La sociedad morelense vive aterrorizada.
En Jalisco, la desafortunada actuación de Emilio Gónzález Márquez, lo mantiene en constante enfrentamiento con la sociedad. Sus pronunciamientos políticos sirven de chascarrillos que circulan en las redes sociales. Y finalmente, el guanajuatense, Juan Manuel Oliva, plenamente identificado con el pensamiento medieval. Sus imitaciones de Torquemada moderno lo ubican como un mandatario de extrema derecha.
Extrañamente, el diputado Gil Zuarth no mencionó al único blanquiazul que se encuentra mejor posicionado: Santiago Creel Miranda. En fin, la manera muy particular de los panistas de ver el mundo, los lleva a emitir juicios y opiniones irreflexivas. O tal vez, sus puntos de vista van cargados de la mejor mala leche. De los cinco aspirantes, como se dice coloquialmente, no se hace uno.
Sin embargo, en la cúpula del poder los nombres de esos panistas egregios ya se escuchan como posibles candidatos a la Presidencia de la República en el 2012. Como se dice en los corrillos políticos, la caballada está muy flaca, pero a Gil Zuarth le parece la mejor del mundo. Por algo será.