Reconocimiento a la sociedad civil
Luis Muñoz jueves 21, Sep 2017Segunda vuelta
Luis Muñoz
En los momentos de enviar nuestra colaboración, cuando aún no han transcurrido ni 24 horas de los sismos, el saldo es grave, pero no de las dimensiones de lo sucedido el 19 de septiembre de 1985.
Las escenas de hoy, son similares a las de hace 32 años: el ulular constante de las ambulancias, de los carros de bomberos, de las unidades de rescate, de la policía y el paso constante en el aire de helicópteros de la policía y de medios informativos.
“Ríos” de gente caminando por las grandes avenidas (Insurgentes sur, Reforma, Tlalpan, etc.) en busca de un medio de transporte que los trasladase a su destino.
Pese a que el temblor fue de 7.1 grados en la escala de Ritchter, menor al del 85, que fue de 8.1, se sintió con mayor potencia y el temor de la gente no se podía ocultar.
Una persona a salir del World Trade Center reconoció lo que muchos: “Podía ver mi miedo reflejado en el rostro de los demás”, dijo con voz entrecortada.
Eran las 13:14 horas del martes, apenas dos horas después de un gran simulacro que tuvo lugar en la CDMX. Nadie, nadie en esos momentos podía imaginar que vendría una sacudida tal que tumbó edificios sepultando, en algunos casos a sus moradores, o planteles escolares dejando bajo escombros a numerosos niños y niñas.
Para fortuna de todos, los jóvenes han cobrado consciencia sobre lo que significan estas tragedias y es cierto. Apenas unos minutos después del temblor, en las calles donde hubo daños se concentraron brigadas para ayudar a sus semejantes en desgracia.
Recolectaron alimentos y agua embotellada para los rescatistas, que desde el primer instante se dedicaron a remover escombros con las manos. No se empleó maquinaria pesada para no ocasionar derrumbes.
Los brigadistas, algunos con chaleco, orientaron a la gente en su peregrinar por las avenidas. “Bájense de las banquetas; aún se desprenden pedazos de vidrio y de concreto de algunas edificaciones dañadas”, decían.
También recomendaban que en las zonas donde se reportaban fugas de gas, no fueran a prender cerillos ni fumar; a otros les pedían que en zonas como esas apagaran los motores de sus motocicletas para evitar cualquier chispazo.
En el World Trade Center, escenario de la ExpoCan, reinó el desconcierto. Con el sonido de la alarma, las lámparas chocando entre sí, las luces parpadeando y un movimiento que recién iniciaba, la gente salió de prisa, acompañada de la recomendación de alguien que gritaba: “No corran, no corran…”.
Pero la gente ya no escuchaba. Salieron a toda prisa, algunos ya sin sus mascotas. En la confusión las perdieron. Afuera, aparecieron algunos perritos y la gente empezó a gritar. “Atrápenlo, atrápenlo, es mi perrito”. Pero el can, un diminuto chihuahua, espantado se escabulló entre la multitud.
Fue otro 19 de septiembre para olvidar. Nadie quieren sufrir y menos vivir en carne propia los efectos devastadores de un sismo que arrebata vidas y deja en la orfandad a familias; o sin dónde vivir, porque su vivienda se vino abajo.
Y dentro de todo este drama resalta la actitud valerosa, invaluable de todos los que participan en la búsqueda y rescate de víctimas bajo toneladas de concreto.
NO MÁS NEGLIGENCIAS
La Fundación “No Más Negligencias Médicas” no es la única en expresar su reconocimiento a la sociedad, cuerpos de emergencia, médicos, rescatistas y protección civil, así como a los integrantes de las fuerzas armadas, que han laborado para rescatar y auxiliar a las víctimas del sismo de este 19 de septiembre que produjo diversos daños a la infraestructura urbana y, desafortunadamente, provocó la muerte de decenas de personas.
Su presidente nacional, Fernando Avilez Tostado, dijo que se mantendrán en coordinación con las autoridades de los tres niveles de gobierno en las entidades afectadas por el movimiento telúrico, con el propósito de mantener un adecuado servicio de urgencias y atención médica a todos aquellos que así lo requieran.
“Desde la sociedad civil organizada deseamos hacer una amplio reconocimiento a los centros hospitalarios privados y públicos, así como a su personal médico, de enfermería, protección civil y de seguridad, quienes se han volcado en la atención de los pacientes y sus familiares en estos momentos de emergencia”, aseguró el ombudsman de la salud.
Avilez Tostado informó que la Fundación que preside mantiene un centro de acopio en su sede, con el propósito de coadyuvar activamente en las labores de rescate y salvamento, así como para apoyar a los integrantes de la sociedad civil que se han desplazado a los diversos puntos donde se requiere su ayuda.
Dijo que mantiene comunicación directa con las autoridades de los estados de México, Puebla, Morelos y Ciudad de México para mantener un “monitoreo” en materia de atención médica que -reitero- ha sido ejemplar hasta este momento.
ISSSTE, ATENTO A DAÑOS
Desde el primer momento, el director general del ISSSTE, José Reyes Baeza, informó que la institución a su cargo se integró al Centro Nacional de Prevención de Desastres, que encabeza el presidente Enrique Peña Nieto.
El estado que guarda la infraestructura hospitalaria del Instituto y la derechohabiencia es la siguiente.