Un barril de pólvora
Alberto Vieyra G. miércoles 20, Sep 2017De pe a pa
Alberto Vieyra G.
México y Chile tienen algo en común, están sentados sobre un barril de pólvora, que, históricamente ha sido explosivo y macabro. Ambas naciones están ubicadas exactamente en el cinturón volcánico del Pacífico que llega hasta China.
Eran las 15 horas con 11 minutos del 22 de mayo de 1960, la ciudad de Valdivia, en Chile, desapareció del mapa a causa de un terremoto con magnitud de 9.5 grados en escala Richter. Cerca de 3 mil personas fallecieron, y más de 2 millones quedaron damnificadas a causa de éste desastre.
A ese macabro terremoto les seguirían decenas de réplicas, todas ellas entre 7 y 8.5 grados escala Richter. La historia registra que esa misma población y una bastas extensión del territorio chileno fue devastada también; el macabro signo de la catástrofe se estampó en la memoria de los chilenos desde el 16 de diciembre de 1575, cuando se registró un sismo de 8.5 grados que estremeció al llamado Reino de Chile.
Prácticamente todos los de Chile, han sido macro terremotos, uno de los cuales cimbró a todo el planeta tierra.
Diez macro terremotos ha sufrido esa nación:
Valdivia en 1960 con 9.5 grados Richter; Arica en 1868 de 9 grados; Valparaiso de 1730 con 8.7; Vallenar en 1922 con 8.5; Tarapacá en 1877 con 8.3 grados; Valparaiso en 1906 con 8.2 grados; Illapel en 1943 con 8.2 grados; Arica e Iquique en 2014 con 8.2.
Chile y México se localizan a lo largo de una zona de alta sismicidad conocida como el «cinturón de fuego del pacífico». Esto es producto del choque tectónico entre la placa sudamericana y la placa de nazca, y la subducción de esta última bajo la placa continental.
En nuestro país, los terremotos más macabros hasta ahora son el de 1985 a las 7 de la mañana con 19 minutos y 42 segundos, con saldo de más de 50 mil muertos aunque oficialmente el gobierno reportó poco más de 5 mil.
El terremoto de Chiapas y Oaxaca del 7 de septiembre del 2017 con magnitud de 8.2 grados en escala Richter, y el del día de ayer de 8.1 grados Richter, justo al conmemorarse 32 años de la tragedia del 85, vaya manera de conmemorar esa macabra fecha.
Y es que, según los científicos, que hasta hoy no han logrado predecir con exactitud cuándo se va a producir un terremoto entre México y Chile o en otras latitudes del mundo, la mayoría de esos movimientos sísmicos se produce con una periodicidad de entre 30 y 50 años de diferencia; con esos mismos científicos coincide una profecía de la Virgen de Fátima, que asegura que el mundo se acabará con un macro terremoto que durará 8 horas, y nuestros antepasados científicos de la civilizaciones Azteca y Maya, sostenían la tesis que el mundo se acabará con un terremoto.
¿Estamos lejos de que se cumplan esas macabras profecías?