La silla presidencial
Alberto Vieyra G. jueves 14, Sep 2017De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Yo no estoy preparado para ser presidente de México… “El País debe ser gobernado por alguien que realmente quiera a su gente y a su tierra, que comparta la riqueza y el progreso. ¡Yo tengo todo eso, sólo que soy ignorante!”.
Con esas sencillas y honestas palabras el Centauro del Norte declinó el ofrecimiento de Washington, que en El Paso, Texas, le hiciera a principios de 1915 el general John Piercing, para que se convirtiera en Presidente de México.
Sin embargo, y de pura puntada, el llamado, Bandolero Divino, se sentó en la silla presidencial al medio día del 7 de diciembre de 1914, teniendo a su lado al General Emiliano Zapata, pero esa foto que le daría la vuelta al mundo fue de puritito choro, puesto que la silla presidencial estaba prácticamente arrumbada en Palacio Nacional; por eso se cree que, Pancho Villa, fue Presidente de México.
Al declinar Pancho Villa el ofrecimiento de los gringos, los halcones de Washington reconocerían de facto a Venustiano Carranza.
Un siglo después, la fiebre por la silla presidencial está desatada en México, pero, ¿realmente esos hombres y mujeres que la buscan están preparados, o son más ignorantes que Francisco Villa, quien en realidad era un hombre modesto, y aunque de baja estatura fue el alma de la Revolución Mexicana?
Históricamente, la lucha por la silla presidencial ha sido cruenta, sucia, tenebrosa y macabra. El primer arrebato del poder por la vía de las balas lo sufriría don Vicente Guerrero Saldaña, y el antecedente macabro más reciente sería el de Luis Donaldo Colosio Murrieta, en 1994 a manos de la narcopolítica.
Pancho Villa no fue a la escuela. En toda su vida leyó escasamente 3 libros, entre ellos “El tesoro de la juventud”, pero a pesar de su precaria formación intelectual, era un filósofo de la ciencia política. ¿Quién de esos calenturientos politicastros que hoy buscan la Presidencia, saben de ciencia política y poseen la sensibilidad humana para escuchar al ultrajado pueblo de México?
¿Todos los presidenciables estarán dispuestos a acabar con un maldito modelo económico neoliberal, tachado por el Papa Francisco como ‘La economía de la muerte’, que ha concentrado la riqueza en un puñado de fufurufos, y ha generado ejércitos y más ejércitos de miseria? ¿Cuál de esos aspirantes y suspirantes tendrían el valor civil de acabar con ese infame estado de cosas o van los presidenciables por más de lo mismo o más de lo peor?
A simple vista, parece que de todos no se hace uno, y difícilmente podría repetirse la historia de Pancho Villa de declinar por honestidad.
Pronto sabremos quiénes leen y quiénes len; pronto sabremos su estado de ignorancia, a pesar de que se presentarán ante el electorado de México como unos sabios que tienen varita mágica para resolver muchos de los problemas lacerantes creados por una ponzoñosa partidocracia, que cada 3 y 6 años, se disputan nuestros dineros públicos a través de los cargos de elección popular.
Sí, el INE diseña una nueva arquitectura para reformar los aburridos debates presidenciables y se da voz a los electores. Ahí sabremos de qué tamaño es la ignorancia de esa nefasta clase política.
Me encanta escucharlo en la radio por las mañanas. Qué impotencia y coraje siento al escuchar la realidad de nuestro quHerido México. Gracias, señor!