¿Siete ciberataques? La solución de EPN es Mario Bros.
Francisco Rodríguez jueves 7, Sep 2017Índice político
Francisco Rodríguez
Henri Lefebvre, el teórico pionero de los estudios sobre el impacto de la cibernética en las sociedades modernas, llegó a decir en su obra cumbre Hacia El Cibernantropo: “Las máquinas digitales cumplen operaciones de las que es incapaz el cerebro humano que las propone. Los tecnócratas que las programan son implacables… no sufren fracasos, en los límites de lo previsible…”.
Los pobres humanos, abundaba Lefebvre en sus cátedras universitarias, se distinguen por sus miserias, fracasos, olvidos, lagunas, vacilaciones, emotividad, locura, ambigüedades. El tecnócrata deplora la flaqueza humana. Sabe de sus imperfecciones. Descalifica al humanismo en acción. Rebate las ilusiones de subjetividad…
… su frialdad rechaza la inventiva… “la creación y la felicidad, así como la pasión son tan vacías como el olvido. Él sólo aspira a funcionar, es decir, a ser sólo una función. El placer y la belleza le son extraños. Le conviene más lo pasteurizado, lo desodorizado. Los auténticos tecnócratas prefieren vivir en sus oficinas… por las noches no tienen preferencias…”
En la década de los ochentas del siglo anterior se identificaba a los tecnócratas con toda la parafernalia económica y el engaño intelectual que había regresado a la sociedad internacional para encabezar en un solo frente globalización, monetarismo, economías bélicas, restricción de libertades políticas, las promesas seductoras de teorías y soluciones fracasadas.
El bálsamo dulce del fracaso de un sueño tecnocrático sin sustento ideológico, sin principio ni fin, llegó a decir el puntilloso cineasta Michael Moore… la falsa creencia en que los tecnócratas harían reinar la técnica pura, propaganda inyectada entre los bobos del consumo dirigido: una de las mayores críticas a la enajenación del mundo moderno.
Unos cuantos años de práctica fueron suficientes para que los migrantes asiáticos y mexicanos en Estados Unidos incursionaran en las empresas tecnológicas de punta con patrocinio del Pentágono y en la empresa Google en Silicon Valley, y demostraran al mundo un nivel de compasividad, así le llaman los gabachos, sin antecedentes dentro de la tecnocracia dominante en esas materias, supuestamente reservadas para el talento anglosajón.
La aparición oportuna del Grupo Anonymous vino a refrescar el panorama. Nos acabó convenciendo de la vulnerabilidad de un mundo dependiente de un enchufe, de un software estratégico que, controlándolo cualquiera, podía adueñarse de las vetas de la información y el control adecuado, incluso paralizarlo todo.
Y digo oportuna, porque Anonymous también ha demostrado que, pudiendo encabezar daños globales irreparables, sólo ha tocado las teclas que ayudan a comprobar sistemas y personajes corruptos, que de otra forma sería imposible decodificar. La aportación de Anonymous ha sido finalmente compasiva.
El ciberataque registrado hace unas semanas en algunas instalaciones financieras y hospitalarias europeas puede ser, más que un acto terrorista sin sentido, un llamado a tiempo para la reflexión sobre el uso dosificado del poder cuando, quien lo aplica, más que hacer un daño irreparable, intenta llamar la atención sobre las posibilidades para negociar reconocimiento y beneficios.
Sí. Porque quien provoca la destrucción total y hace un daño irremontable, siempre pasará a los anales de la historia como un loco, un insensato aprovechado que no merece más que la solución final. Mientras que, quien daña poquito, se convierte en el remedio salvífico de aquello que desató. El crimen lo beneficia a él.
El daño absoluto sólo puede ser provocado por desquiciados sin sentido de la oportunidad, ni del impacto social de sus acciones, sin idea de las posibilidades de restauración o reinstalación de lo dañado, como la masacre económica y social causada por las ambiciones e insensateces de los mexiquenses en el poder, afortunadamente ya por poco tiempo.
Una impresionante película de hace diez años dejó un buen mensaje al mundo, los gobiernos, las grandes empresas e instituciones, demostrando la devastación y parálisis que podía causar el terrorismo basado en los sistemas de información y el mundo digital. Duro de matar 4.0 es el filme que relata un complot que se ejecuta contra la infraestructura tecnológica de los Estados Unidos, y consigue provocar un caos inaudito, la parálisis y el asombro sobre la inmovilidad de un país atacado en sus nervios fundamentales. Peor que si se fuera la luz. Tomando las bases de lo digital hoy en día no funciona nada.
Un grupo terrorista quiere apoderarse de los caudales monetarios de los Estados Unidos violando los sistemas informáticos del FBI. Thomas Gabriel, que es el cracker, dirige la exitosa operación, y pone a la nación del norte de cabeza, sin una solución eficaz a la mano… hasta que llega el detective encarnado por Bruce Willis y lo reduce. El libreto está solucionado, hay un final de la historia. Punto y aparte.
El virus, identificado dentro del tipo ransomware, afectó entre otros a los equipos de la sede de Telefónica en Madrid, al sistema de salud británico o el Ministerio de Salud en Rusia. El virus causa un secuestro exprés de datos y pide un rescate para liberar el sistema.
A través de un tweet, Costin Rau, el director global del equipo de investigación y análisis de Kapersky Lab., empresa de seguridad informática, estimó que en un solo día se habían registrado más de 45 mil ataques en 74 países. Pero ninguna infraestructura crítica resultó afectada.
Bloquearon los accesos a los ficheros de las computadoras afectadas, pidiendo un rescate para reinstalarlo. El cifrado de los archivos acompaña al acto de extorsión para que no quepa duda que se trata sólo de un negocio. El ataque se paró después de la difusión de un adminiculo de Windows, por parte de Microsoft.
En un acto descarado, la empresa Microsoft boletina su preocupación de que la industria se replantee los criterios y formas en que se actualizan los programas, con objeto de que ¡las vulnerabilidades ya no dependan tanto de la voluntad humana, sino que se confíen totalmente a los automatismos!
Conforme avance el tiempo en este sentido, se demostrará que los ciberataques van a integrar una cadena intermitente de brotes en todos lados del mundo, como los pequeños ataques cardíacos del enfermo vascular, que requiere constantemente la farmacopea instalada para administrar su estabilidad. Un negocio redondo.
El llamado del secuestrador informático es curioso: “Ooops, tus archivos importantes están encriptados”, y de inmediato solícita el rescate de 300 dólares en bitcoins, un tipo de moneda digital, para liberarlos. El mensaje incluye instrucciones sobre cómo realizar el pago y un cronómetro. El virus se vuelve desagradable cuando ataca instalaciones hospitalarias.
Ciberataques, estafas inesperadas, resueltas por el birlibirloque
En la competencia geoestratégica por el control de la seguridad, China se adelanta y ya descubrió una nueva mutación del virus. El cuento de no acabar, nuevamente al principio del principio. Occidente descansa, pues finalmente ha confirmado que lo más barato es siempre lo que se puede conseguir con dinero.
Frente a las advertencias del pionero Lefebvre y la amenaza mundial resuelta por el personaje interpretado por el actor Bruce Willis, el ciberataque se ha convertido en una estafa inesperada, resuelta por el arte de birlibirloque. Siempre hay otras cosas más serias de qué ocuparse.
En México no falta el filósofo inoportuno que siempre ataca el entramado de la corrupción rampante, que apunta y dispara: es más irremontable el daño causado por los tolucos y pachuquitas que han devastado el país. Los términos monetarios de su secuestro no son exprés, sino históricos, inabarcables.
Aún así, acaban de informarnos que el gobierno activó en siete ocasiones el protocolo de seguridad por ciberataques entre septiembre del año pasado y julio de este 2017. “El Centro Nacional de Respuesta a Incidentes Cibernéticos (Cert-Mx) de la Policía Federal activó el protocolo de coordinación siete veces, con el objetivo de dar seguimiento a las operaciones relacionadas con la ciberseguridad durante diversos eventos importantes”, señala el documento del Quinto Informe de Gobierno entregado por la Presidencia de la República a la Cámara de Diputados, a través de un mensajero de tercer nivel.
El pago del rescate aquí implica vidas humanas, destazamientos, ejecuciones impías, pagos imposibles, pues nuestro bolsillo ya no soporta esos niveles de soborno, chantaje y extorsión.
Índice Flamígero: Habrá que aplaudir la posición de los negociadores estadounidenses y canadienses del TLCAN. No cejan en su insistencia de que en México suban los salarios tipo esclavo que devengan aquí los trabajadores. La de fortalecer e incluso crear un mercado interno es otra de las fallidas promesas de campaña. Y ese mercado interno no puede existir si las mayorías carecen de capacidad adquisitiva. ¿Será esta una razón para que México abandone la mesa de negociaciones? + + + Hasta hoy se resolverá el desmadre de los partidos políticos en la Cámara de Diputados, lo cual es una mala noticia para la sociedad. Y es que resultaría mejor que no se instalara ese cuerpo deliberativo, pues cada ocasión que los legisladores sesionan producen leyes contrarias a los intereses legítimos del pueblo. Ejemplos sobran. + + + Ahora que, si lo que cuenta en política son los resultados, habrá que reconocer que el líder panista Ricardo Anaya, quien encabezó a las oposiciones, consiguió lo que es una exigencia nacional: que el golpeador de mujeres y evasor de impuestos Raúl Cervantes Ahumada –aka El Buitre de la Carretera- no pase en automático de titular de la PGR a fiscal general, lo que lo convertiría, también en automático, en encubridor de los grandes corruptos de este sexenio. Anaya, pues, les ganó a Emilio Gamboa y a César Camacho, lo mismo que a Miguel Ángel Osorio. + + + Y, a propósito, don Alfredo Álvarez Barrón da pie al Poeta del Nopal, señalando: “El PRI insiste en aprobar el ‘pase automático’ para designar al nuevo fiscal general”:
“Exhiben su mayoría
en un sistema obsoleto
(igual que una monarquía,
pero con poder de veto)”
A este sexenio caracterizado por la corrupción todavía le restan 450 días.
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