“Happy”
Opinión jueves 7, Sep 2017Entre telones… te veas
Gustavo Suárez Ojeda
Alfredo aparece en escena, sube las escaleras del moderno departamento al que lo han invitado, trae la ropa empapada, un cafre al volante lo ha mojado, pasando a velocidad intempestiva sobre un charco, eso no le importa, él es feliz, esa nimiedad a cualquiera le puede pasar, lo recibe la pareja de uno de sus mejores amigos, en toalla, se acaba de bañar, lo invita a quitarse la ropa para ponerla a secar, le presta unos pantalones deportivos, así se queda esperando a su esposa y a su amigo, hace tiempo que la pareja de Alfredo y Melinda no tienen una noche libre, ésta no ha empezado del todo normal.
El texto de Rober Caisley nos remonta a puestas en escena con gran contexto existencial, obras en las que se denota un encontronazo entre el mundo burgués tan cómodo y siempre como el ansiado sueño de la vida perfecta y el mundo rebelde, descontento, crítico y puntilloso, texto incómodo y provocador con el que nuevamente se encuentra la directora Angélica Rogel, que acierta de forma impecable en su conducción, llevando la historia a los límites de la oscuridad humana y la acidez circunstancial.
Seguimos en el departamento de Eduardo, algunos tragos han circulado, Eva, la joven pareja de Eduardo, ya se ha vestido y prepara los bocadillos que degustarán, en eso llega Melinda, la esposa de Alfredo, sube por las escaleras, empapada, igual que él, ha sido víctima del mismo cafre que parece se regodea mojando a la gente que pasa por ahí, también es necesario que se cambie, se descalza y utiliza algunos utensilios que le prestan, ambos casi como en una especie de síntoma han perdido la postura desde el momento en que pisaron el LOFT.
Esa vulnerabilidad es muy bien detectada por Eva, personaje altamente malvado, que se ensaña ridiculizando a la pareja en todo momento, Alfredo es un escritor mediano, profesor universitario de una materia aburrida, tiene con Melinda una hija con necesidades especiales, ha renunciado a arriesgarse, ha optado por vivir la vida desde su muy particular diseño de la felicidad que ha elaborado con su esposa, y están convencidos de que lo hacen perfectamente.
Pablo Perroni, Yuriria del Valle, Pablo Bracho y alternando en el personaje de Eva, Ana Gonzalez Bello y María Penella, son los encargados de caracterizar a estos altamente complicados personajes, están espléndidos, a nosotros nos tocó presenciar la actuación de María Penella, que sin duda da vida a ese ser maligno que no soporta que alguien venga a restregarle su felicidad, que seguramente no existe, es perversa y sensual, a la vez parece frágil y consecuente cuando ha logrado su objetivo, tendremos que ver en próximas fechas a Ana González para conocer el matiz que ella le da. Pablo Perroni, por su lado, evoluciona en cada una de sus actuaciones, en esta ocasión es convincente y avasallador como ese hombre metafóricamente disfrazado al que uno o varios catalizadores lo hacen desnudarse en todos los sentidos.
¿Qué es realmente la felicidad? ¿Quién la vive plenamente? ¿Quien la puede adoptar como un modelo de vida para dejar de lado la realidad?, realidad que la mayoría de las veces es patética, llena de miserias, en este caso la historia se exacerba cuando nos damos cuenta de la manera en que la pareja trata el asunto de su hija con capacidades especiales (parálisis cerebral) queriéndolo llevar al terreno de una normalidad imposible de sostener.
Pablo Perroni produce la puesta y conforma su equipo técnico con Mauricio Ascencio en lo que a diseño de iluminación y escenografía se refiere, el vestuario es de PP Designs, la música original es de Hans Werner, MariCarmen Núñez Utrilla es la asistente de dirección y producción y ya mencionamos el excelente trabajo en la dirección de Angélica Rogel, que también junto con Pablo llevó a cabo la traducción del texto.
“Happy” se presentará todos los lunes a las 20:30 horas en el Teatro Milán de la colonia Juárez.
Hasta la próxima y recuerda que también hablaré de ti.