Los restos del naufragio político
¬ Augusto Corro martes 5, Sep 2017Punto por punto
Augusto Corro
El Partido de la Revolución Democrática (PRD) decidió participar en el Frente Amplio Democrático (FAD) que compita contra PRI y Morena.
En esa alianza participarían el Partido Acción Nacional (PAN) y Movimiento Ciudadano (MC) y PRD.
El primero vive una crisis interna de diagnóstico reservado. El MC es una agrupación política de la “chiquillada”. El PAN, en materia de conflictos, no le envidia nada a los perredistas.
El panorama político del PRD y el PAN es incierto. Además de sus luchas internas, ambos partidos tienen aspirantes presidenciales que no garantizarían el triunfo.
Pero al grito de no hay peor lucha que la que no se hace, panistas y perredistas buscarán recuperar algo de su naufragio político.
No será la Presidencia de la República lo que ganarán, pero sí alguna gubernatura, senadurías, diputaciones o presidencias municipales.
LA ALIANZA
Una vez concretada la alianza, ¿quién será el abanderado para la justa electoral presidencial? ¿Un panista? ¿Un perredista? Es posible que el abanderado sea un blanquiazul. Los amarillos tienen la caballada muy flaca, como decía don Fidel, el cetemista.
De todas maneras, las jugosas ganancias del negocio de la política les tocarán a los partidos del FAD. No todo el pastel, pero sí algunas tajadas de considerable tamaño.
Por ejemplo, habrá renovación de las gubernaturas en la Ciudad de México, Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán.
En Coahuila podrían efectuarse elecciones extraordinarias. Sigue en tribunales el conflicto electoral.
En el presente, la Ciudad de México es gobernada por un independiente, Miguel Ángel Mancera. En este ex bastión perredista, las encuestas se inclinan a favor del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
¿Y LA CIUDAD DE MÉXICO?
Hay que estar pendientes del nuevo giro a la situación política en la CDMX, una vez que a Ricardo Monreal lo bajaron del caballo. En la encuesta morenista ganó Claudia Sheinbaum.
El candidato al gobierno capitalino sería un perredista, porque los panistas en esta zona no cuentan con un partido fuerte.
En Chiapas, hasta hace unos meses, el Partido Verde (PV) con su gobernador Manuel Velasco, era el que predominaba. El propio mandatario quizá sentía la fortaleza de su partido y no tuvo empacho en manifestar sus deseos de competir por la Presidencia de la República.
En esa entidad, con tendencia a la izquierda, un aspirante perredista sería el candidato. Les serviría para contrarrestar la fuerza de los zapatistas, encabezados por el “subcomandante Marcos”, ahora conocido como el “subcomandantes insurgente Galeano”.
En Guanajuato, la corriente de la derecha buscaría representar al frente, pues los panistas tienen varios sexenios que gobiernan esa entidad sin ningún problema. En Jalisco, los blanquiazules ya probaron las mieles del poder y es posible que busquen recuperarlo con apoyo de los amarillos.
En Morelos, panistas y perredistas ya se encargaron de gobernar. Las dos organizaciones políticas fueron un fiasco. El actual mandatario estatal, Graco Ramírez, no cumplió con su promesa de regresar la tranquilidad a la sociedad morelense.
LOS ESPOSOS MORENO VALLE
Para Puebla, la pugna entre amarillos y azules por la gubernatura estará al rojo vivo. Martha Erika Alonso de Moreno Valle, la esposa del ex mandatario Rafael Moreno Valle, quiere ser la candidata del PAN, pero los perredistas se sienten dueños de la plaza.
El ex priísta y ahora panista Moreno Valle, tendrá una situación complicada porque librará dos luchas: una, como aspirante a la candidatura presidencial y otra para conseguir que Martha Erika sea nombrada para representar al FAD.
Tabasco es una entidad que simpatiza con la izquierda. Su gobernador, Arturo Núñez Jiménez, es de extracción perredista. Sin duda, planteará que le suceda en el cargo una persona de su mismo partido.
En Veracruz se librará un enfrentamiento político del PAN-PRD contra todos. En el presente es gobernado por Miguel Ángel Yunes Linares, de extracción aliancista. Su deseo es que su hijo Miguel Ángel Yunes Márquez, sea su sucesor. La coalición política les funcionó y sólo tendrán que repetirla.
Yucatán tendría como representante a la gubernatura a un panista. En la península, los blanquiazules tuvieron una época de esplendor que no lograron conservar. Los dirigentes del FAD tendrán que echar a la suerte la designación del candidato.
Mientras se realiza el registro oficial del FAD, las pugnas internas en el PAN y el PRD continuarán sin tregua alguna.