Recife, Pernambuco
¬ José Antonio López Sosa lunes 28, Ago 2017Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Recife, Brasil.- Salimos poco despúes de las 10 de la mañana, a bordo del vuelo 137 de Copa Airlines desde la Ciudad de México hacia Panamá.
En tres horas y media estábamos ya en el aeropuerto internacional de Tocumen-Panamá.
Luego de una hora de escala, abordamos el vuelo 167 que en siete horas, nos trajo desde Panamá hasta Recife, Brasil, en un Boeing 737-700.
Como en pocas aerolíneas actuales, en ambos trayectos hubo comida caliente (completa) y servicio de bar de cortesía, además de la posibilidad de documentar dos maletas sin costo.
Llegamos al norte de Brasil, en Migración y Aduana no hubo preguntas, sólo sellaron nuestros pasaportes. Nadie nos pidió la constancia de la vacuna contra la fiebre amarilla, sin embargo, es necesaria para evitar problemas de salud.
Recife es una ciudad cuya historia la ha converitdo en un centro de la pluriculturalidad en América del Sur.
Fue fundada en 1537 por los colonizadores portugueses, sin embargo, cuando se fusionaron los reinos de España y Portugal a fines del siglo XVI y principios del siglo XVII, tuvo la ciudad una clara infuencia española, a pesar que siguió perteneciendo al Consejo de Portugal.
Recife también estuvo en posesión de los holandeses, ello dejó rastro desde el trazo de sus calles hasta los apellidos de la gente. Finalmente, tras la independencia de Brasil, este puerto se constituye como uno de los más importantes y una zona turística con riquezas naturales en el norte del país.
Hay edificios históricos que contrastan con el trazo urbano moderno que se nota con decenas de edificios que datan desde los años setenta hasta la actualidad.
La arquitectura es ecléctica y en su casco antiguo conservan edificios de los tiempos de la conquista.
Recife tiene una variedad importante de museos que retratan la historia y la vida diaria del brasileño en el estado de Pernambuco, donde esta es la ciudad capital. La oferta artística y cultural es muy amplia y diversa, combinada con la vida nocturna la hace una ciudad en movimiento constante, con un espíritu muy joven caminando entre las leyendas de las viejas calles y plazuelas.
Un puerto lleno de historias que contar, un cielo azul y una costa bañada por el oceáno Atlántico y sus fuertes corrientes. Así nos recibe Recife, el corazón del norte de Brasil.
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