Mauricio: contra 82 y 83
¬ Gustavo Mora viernes 12, Nov 2010Nostálgicos y acelerados
Gustavo Mora
El mexiquense Mauricio Valdés es uno de los mejores ejemplos de lo que les ocurría a los legisladores priístas (diputados o senadores) cuando subían a la tribuna a expresar sus convicciones y se revelaban, con su voto, contra las consignas que llegaban de Los Pinos, durante los 70 años que ese partido se mantuvo en el poder.
Mauricio habló en la tribuna senatorial contra las reformas a los artículos 82 y 83 de la Carta Magna. Y votó en consecuencia. No estaba de acuerdo en que el artículo 83 cambiara para satisfacer las ambiciones reeleccionistas de Carlos Salinas de Gortari, quien envió de avanzada a su padre Raúl Salinas Lozano, para proponer en un evento académico la prolongación del mandato de los presidentes municipales, como globo de sonda para entrarle después a la reelección presidencial, no obstante que la Constitución dice expresamente que “quien haya ocupado el cargo de Presidente de la República por elección, interino o sustituto, en ningún caso y por ningún motivo puede volver a desempeñarlo. Luis Echeverría Álvarez también escuchó el canto de las sirenas y terminó peleado con Jesús Reyes Heroles, cuando el tuxpeño presidía el PRI, por oponerse rotundamente a cumplir ese capricho presidencial.
Y del artículo 82: el mexiquense declaró que la única reforma posible era la prohibición para que hijos de padre o madre extranjeros pudieran llegar a la candidatura presidencial, se extendiera… ¡hasta los abuelos! Mauricio sabía que en Los Pinos habían reuniones privadas en las que participaban el presidente Salinas, el panista Diego Fernández de Cevallos, el presidente electo Ernesto Zedillo Ponce de León y el panista Carlos Castillo Peraza, quienes llegaron al acuerdo de quitar la prohibición a los hijos de padre o madre extranjeros, para llegar a la candidatura presidencial. La reforma constitucional entraría en vigor en la elección presidencial del año 2000 y no en 1994 en que Diego fue el abanderado panista. Y así pudo llegar Vicente Fox Quesada, cuando el PRI desperdició a Jesús Reyes Heroles, Carlos Hank González y se decía que también se beneficiaría Jaime Serra Puche que no duró ni un mes como secretario de Hacienda y Crédito Público.
La prohibición era también para los gobernadores, pero los complacientes Congresos Locales permitieron que el yucateco Víctor Cervera Pacheco fuera interino y después constitucional en Yucatán. Y el neoleonés panista Fernando Elizondo quiso repetir la suerte habiendo sido interino, pero perdió la elección constitucional.
En fin que Mauricio Valdés quien participa en seminarios y congresos juveniles, dice que por eso está el PRI como está: ha perdido dos elecciones presidenciales y no es mayoría en el Senado de la República. La Comisión de Ideología desapareció y está guardada en el closet de los trebejos.
Por decir su verdad y oponerse a las consignas presidenciales, dejó el Senado de la República y fue a parar de Embajador en Dinamarca, aunque alcanzó a regresar a su escaño en las últimas sesiones.
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Vicente Fox Quesada no tiene remedio en sus terquedades con las que suple su falta de oficio político. Desde Madrid (España), insiste en que formó con Martha Sahagún la pareja presidencial. No dudamos que la zamorana haya influido en algunas decisiones que no le correspondían, ya que el artículo 80 de la Carta Magna deja claro que… “el supremo ejercicio del Poder Ejecutivo se deposita en una sola persona que se denominará Presidente de la República”. Fox se defiende desde el continente europeo de los ataques que le hizo el Presidente Felipe Calderón Hinojosa quien le dijo que se hizo pato en el combate a los cárteles de la droga y el crimen organizado. Según el guanajuatense, “Calderón y yo estamos empatados” ya que combatimos con igual rigor a los delincuentes profesionales. Revela que se reúne a comer en Los Pinos con el Jefe del Ejecutivo, al que le da consejos que ojalá que el anfitrión ponga oídos sordos. Se lanza contra el ex gobernador de Michoacán, Lázaro Cárdenas Batel y alerta del peligro que las elecciones del 2012 se conviertan en narcocomicios… La gobernadora de Yucatán Ivonne Ortega Pacheco, desmiente al consorte de la ex gobernadora Dulce María Sauri Riancho y dice que la palabra renuncia no existe en su diccionario. Con las ilusiones que ya se había hecho Emilio Gamboa Patrón de llegar al Palacio de Gobierno de Mérida, sin necesidad de someterse al sufragio efectivo que lo derrotaría en toda la línea.