El candidato de Ulises
Ramón Zurita Sahagún viernes 12, Nov 2010De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Una cosa es lo que se dice y otra la realidad, cuando menos eso aplica en el destape aspiracional del gobernador de Coahuila, Humberto Moreira Valdés. La historia establece que fue el impetuoso gobernante el que irrumpió en el escenario partidista, reclamando para sí la posibilidad de suceder a Beatriz Paredes Rangel en la presidencia del partido, que siente un pie dentro de Los Pinos, aunque la verdad es otra.
El trabajo de reconstrucción de la historia del destape remonta a unos días después del 4 de julio, cuando la derrota priísta en Oaxaca dejó al gobernador Ulises Ruiz Ortiz, sin la posibilidad de competir por la presidencia del partido, por lo que se dio a la tarea de encontrar un reemplazo, figura que recayó en su colega Humberto Moreira Valdés.
Ulises sabía de la buena aceptación del gobernador de Coahuila entre sus gobernados, de la buena imagen conseguida entre sus homólogos priístas, además de la locuacidad de su estilo, de lo entrón que es para todos los temas, de la simpatía que le imprime a sus declaraciones y acciones de gobierno, por lo que buscó el contacto.
La conversación no fue demasiado larga, ya que Moreira Valdés condicionó su participación a la aceptación del gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto, quien encabeza las preferencias hacia la candidatura presidencial del partido tricolor.
Solícito, el gobernador de Oaxaca ofreció sus buenos oficios para dialogar con el mexiquense, del que se sabe tenía como primera propuesta al secretario general del partido, senador Jesús Murillo Karam.
Con la perversidad y mañas que le caracterizan en su inigualable estilo de hacer política, Ulises logró dialogar con Peña Nieto y convencerlo de las bondades del proyecto Moreira y sacar las manos del proceso de sucesión de Beatriz Paredes Rangel, para no empañar su carrera en pos de la candidatura presidencial.
Convencido, Peña Nieto de la candidatura de Moreira Valdés, Ulises regresó con el coahuilense y lo puso en contacto con el gobernador mexiquense, el que le dio su aval para competir.
De esa forma, el gobernador norteño pudo formalizar su pronunciamiento, con lo que pudo abortar el madruguete que Paredes Rangel tenía preparado para mantenerse en el cargo, cuando menos hasta la campaña presidencial del 2012.
La jugada de Ulises, llena de perversidad, tiene como destinatarios dos personajes que habían abierto sus expectativas para competir conjuntamente con el oaxaqueño por la presidencia del partido y que, contrario a Ulises, mantenían sus aspiraciones por lo alto.
Fidel Herrera Beltrán y Emilio Gamboa Patrón sondeaban ya entre los principales cuadros partidistas, los que guardan el control de la estructura, para saber de los apoyos con que contaría cada uno de ellos en caso de participar en la contienda interna.
El gobernador de Veracruz había superado ya el descontón que le impusieron los panistas en su frenética carrera por otro cargo, con la revelación de grabaciones en las que ordenaba respaldos al candidato priísta al gobierno del estado, y remontaba las desventajas que le ocasionaron el no sacar la elección como preveía.
Fidel es un personaje que reúne, según la militancia priísta, experiencia política, liderazgo, simpatía y que la conjunta con picardía y una oratoria avasalladora que le puede hacer bien al partido, luego de que con Beatriz Paredes vivieron grandes etapas de pasividad, soponcio y ausencia del debate.
Con Emilio Gamboa, las cosas son distintas, ya que lo único que ofrece son sus relaciones en los más altos niveles, pues es lento para el debate, su experiencia es de burócrata de gobierno, no ha pasado por las urnas y sus apoyos son cada día menores, en lo político.
Eso sí, mantiene su alto nivel de convocatoria entre el empresariado, los hombres del dinero y de los medios de comunicación, condición necesaria para mantenerse en los primeros planos políticos.
En el caso de Beatriz Paredes Rangel, ésta comenzó su sondeo con los gobernadores, diputados, senadores y líderes de sectores para intentar prorrogar su encargo en la dirigencia nacional partidista.
Sin embargo, la jugada de Ulises y el destape de Humberto Moreira frenaron su intentona, aunque todavía busca la posibilidad de incrustar a una de sus protegidas en la secretaría general del partido.
Y es que Beatriz maneja a su antojo el organismo de las mujeres priístas, de donde pretende sacar a la compañera de fórmula del candidato priísta, aunque no haya digerido con gusto la eventual candidatura de unidad del gobernador de Coahuila.
Dentro del PRI se da como un hecho que será Moreira el que contienda como candidato de unidad y que Fidel y Gamboa retraigan sus intenciones de competir, mientras que Jesús Murillo Karam se mantiene atento a cualquier desliz de los aspirantes para alzar la mano y pasar lista de presente, aunque su nominación se tomaría como posición del principal aspirante presidencial.
*Desde este espacio, mi agradecimiento a Joaquín López Dóriga, por la deferencia que hace en sus comentarios de la revista “Persona”, la que está cumpliendo 11 años de circular mensualmente en todo el país.
También por el mismo motivo, refrendo mi agradecimiento a Jacobo Zabludovsky, quien además concedió una entrevista para el número de aniversario, la que se encuentra matizada por lo rico de su vocabulario y sus acertados conceptos sobre el futuro del país.
Son 11 años de lucha, pero que gracias a las preferencias de sus lectores le han permitido mantenerse en el gusto de los lectores.