Hoy, Las Ramblas. Mañana, ¿La Merced?
Francisco Rodríguez lunes 21, Ago 2017Índice político
Francisco Rodríguez
Los separatistas catalanes, con Jordi Pujol —el “lavador” emblemático del narcotráfico mexicano— a la punta de la estampida, se encontraron de frente con los grandes intereses de la Comunidad Europea que dan cuerda a los terroristas musulmanes, enemigos de los nacionalistas petroleros mahometanos de Isis, para reivindicar la masacre de Las Ramblas, en Barcelona.
Lo que está en juego, lo hemos comentado usted y este escribidor hace años, no es una cuestión menor: por un lado, Pujol intenta el separatismo para evadir las tenazas de la justicia española y que los tribunales madrileños le hagan lo que el viento al Benemérito, y por otro, la Comunidad Económica juega al gato y al ratón con la industria tecnológica de punta catalana, en muchas formas ligada a la “lavandería” de Pujol.
Como todo lo que vale la pena en los juegos geoestratégicos de poder, este asunto está más enredado que un queso oaxaqueño. Pero en sus dos puntas, pertenece al mismo artesano: el oligopolio internacional de fuerzas dominantes que apuesta como siempre a ganar-ganar, ¡hasta cuando pierde!
Los medios destacan la aseveración de los fantasmales reivindicadores supuestamente ligados al Estado Islámico en el sentido de que buscan recuperar un territorio —el español— que siempre ha sido de propiedad musulmana. Suena chusco y macabro, pero en sus raíces históricas, encierra una verdad de a kilo.
Aunque es el petate del muerto que utilizan las trasnacionales, en esta ocasión han pegado en la pata de palo de los ibéricos, lastimados profundamente por el terrorismo etarra y los deudos de las víctimas del horrendo franquismo. Esta vez, la bandera reivindicadora es tan irrefutable cómo la que enluto por lustros a la península ibérica.
Y a pesar de que este argumento terrorista de la peor calaña está envuelto para su venta en trapo sucio, vale la pena recordar los fundamentos de la Conquista española a manos de los guerreros musulmanes que durante ocho largos siglos mantuvieron el control de la economía, la política y la cultura de Iberia.
Entre el siglo VIII y el XIV, la cultura musulmana del territorio al-Ándalus, fue sin duda la más avanzada de Europa medieval. Flaco favor hicieron a la humanidad los aguerridos cristianos que dijeron haber reconquistado España, trocando la filosofía en conventos, las matemáticas en salmos y la sensualidad árabe en austeridad hipócrita, inquisidora y ramplona.
Los musulmanes en la península produjeron un modelo de desarrollo fincado en tres sectores: la agricultura y ganadería, la construcción y el comercio. Introdujeron nuevos cultivos y novedosas formas de explotación de la tierra, rehabilitando los primitivos regadíos y consiguiendo un gran aumento de productividad en todo el sector primario.
Su actividad comercial, asentada en el control del Mediterráneo y las rutas conocidas, superior a la de los territorios cristianos y la adopción de hábitos sociales islámicos, generaron gruesos flujos de inversión, se ampliaron las ciudades, se impartió justicia y se realizaron las grandes obras de la infraestructura hidráulica.
En la España islamizada hubo siempre tolerancia para los cristianos y judíos. Árabes, hebreos y latinos convivían en la Escuela de Traductores de Toledo en un clima cultural del que son prueba el arte mozárabe, la literatura medieval, la ciencia andalusí, los cabalistas de Gerona, los cartógrafos mallorquines y los místicos castellanos.
Los mayores sabios peninsulares de todos los tiempos florecieron en este ambiente económico cultural. En la huerta de Valencia y Murcia, Salomón Ibn Gabirol, Maimónides, Averroes, Nahmánides, Ibn Arabi, Ramón Lulio… pensaron los grandes precursores de la ciencia y el pensamiento occidental.
Miguel de Unamuno, que de esto sabía algo, sugirió que “no hubo imposición, sino lenta seducción. Y no se trataba de una fe extranjera. Hubo una mutación formidable. España que era latina, se convierte en árabe; siendo cristiana, adopta el Islam; de practicar la monogamia se transforma en polígama; sin protesta de mujeres…”
Remata el brillante historiador Ignacio Olague: “despiertan un buen día los españoles hablando la lengua del Hedjaz-árabe, arrancada de cuajo por la cristiana Inquisición. Llevan otros trajes, otras costumbres, manejan otras armas; florecen la ciencia, la filosofía y la poesía: el genio lo aportan quienes habían ocupado al-Ándalus”.
Por si faltara algún clavo, José Ortega y Gasset, el ideólogo de la República, en su España invertebrada sentencia: “una reconquista después de ocho siglos no es una reconquista”. El sabio Menéndez Pidal, con parquedad, opina: “el ideal de la reconquista no había sido atractivo durante todo el período, antes de los reyes católicos”.
Los nuevos conocimientos importados del Oriente en ciencias naturales, astronomía, matemáticas, medicina, historia y filosofía fueron transmitidos a los reinos mesetarios de Castilla y León y compilados por hebreos, árabes y latinos en la Escuela de Traductores de Toledo, la más famosa de la humanidad medieval.
La conquista musulmana de la península fue tan cultural como la griega de la munificencia lágida. Sin embargo, ¡Hay tantas liberaciones que más bien dejan saldos de esclavitudes!, remachan los grandes maestros españoles de la actualidad, incluyendo a los trasterrados republicanos que se refugiaron en México.
El oportunismo separatista catalán, que aprovecha la debilidad e ignorancia de los reyes españoles de la dinastía Habsburgo, primos, sobrinos y nietos de todas las monarquías europeas, se enfrenta con un hueso duro de roer, pues tiene que llorar a los caídos en Las Ramblas por un acto criminal de desquiciados, dueños de la economía mundial.
Pero en el fondo quiere parecerse a ellos. Tienen hasta a Pudgiemont jugando el papel de la doble cara en las elecciones del plebiscito sobre Cataluña, espantado cual debe a los votantes independientes, zanjando más la división en dos de la península, heredada por el nefasto recuerdo de la dictadura gallega de Francisco Franco.
Atrás de los esfuerzos de Jordi Pujol por evadir la justicia madrileña, al escudarse en pertenecer a una jurisdicción catalana que está libre de polvo y paja de sus enjuiciamientos, están los 45 mil millones de euros, constantes y sonantes que El Chapo Guzmán entregó en Playa del Carmen al hoy separatista catalán para que los “lavara” en Andorra.
Ante este nuevo desafío de reconquista, al que los españoles son de nuevo sometidos, la baraja está marcada, pero en el aire. Por un lado, los evasores de la justicia contra el narcotráfico; por otro, un argumento histórico que ha calado hondo en la conciencia. Por encima de ellos, los intereses oligopólicos del gran capital que siempre quieren la mayor tajada en los beneficios.
Y en medio de todos ellos, los mentecatos islamistas que hoy se prestan para un barrido y un trapeado, reivindicando actos criminales en beneficio del que más pague, sacrificando los verdaderos motivos de los nacionalistas petroleros islámicos que quieren conservar sus territorios a salvo de la depredación occidental de las grandes firmas financieras neoyorquinas, a las que funcionarios les han entregado su alma, su destino y su libertad, más condicionada que la del preso número 9.
Desde luego, como dijo Marcello Mastroianni, de ésto nadie habla. Pero alguien tendrá que levantar la voz en defensa de la lucha por la soberanía y la independencia de los pueblos.
Porque hoy fueron Las Ramblas, en Barcelona, y por este camino, mañana puede ser La Merced. Y en eso sí, al tiempo.
Índice Flamígero: Los mexicanos somos amnésicos. El abogado defensor de Lozoya, fue el celebérrimo subprocurador de hierro. Un experto en torturar a los detenidos y hacerlos confesar lo que les ordenaba. Brilló durante la “guerra sucia” que desató Luis Echevería. Se hizo célebre por usar su puños para golpear a los detenidos como a un puchingbag. ¿Con un abogado tan contundente espera Lozoya convencer a los jueces o será capaz, Coello, de “darles pocito”? Los Lozoya, padre e hijo, lo escogieron (¡a pa’ amiguito y ellos tan modositos!) ¿o acaso se los recomendó Odebretch? Con Coello en el ring, ¿a cuántos rounds se irá la pelea? + + + Envía don Alfredo Álvarez Barrón la rima de El Poeta del Nopal, a propósito del anuncio de la SHCP —en voz del precandidote Meade, de que “habrá recorte de 80 mil mdp en el presupuesto federal de 2018”:
Atiendan este reporte
de un país a la deriva:
benditos sean los recortes
si empiezan por mero arriba.
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