IED, una carta demasiado jugada
¬ Jorge Tenorio Polo viernes 18, Ago 2017Jorge Tenorio Polo
Como se ha hecho saber, las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) han comenzado, casualmente en un disparate turbio de noticias que han desviado nuestra atención del tratado comercial más importante de México.
Tenemos que tomar en cuenta que nuestro comercio con Estados Unidos genera cerca de un millón de dólares por minuto, esto lo posiciona como un tratado vital para el comercio mexicano, desafortunadamente nuestro modelo de libre comercio busca otorgar facilidades a empresas extranjeras para que puedan invertir en nuestro territorio.
Esta inversión extranjera directa ha sido un buen mecanismo para generar desarrollo en nuestro país, pero como bien sabemos las cosas en exceso no son buenas y como resultado, esta inversión a final de cuentas se va a las casa matriz, que en la mayoría de los casos está ubicada en el extranjero.
Tal vez se pueda quedar la tecnología, los bajos salarios de nuestros obreros y las fábricas, pero aun así son activos que necesitan recursos para operar.
En este panorama, ¿Dónde quedan las empresas mexicanas? El objetivo es que nuestras empresas aporten suministros a las grandes transnacionales, pero esto nos deja con monopolios que no permiten que las empresas mexicanas logren desarrollarse.
¡Aún podemos salvarnos!, pero me temo que si seguimos prestando atención al escándalo de Rafa Márquez vamos a seguir en el mismo punto.
¿Por dónde se puede comenzar? La implementación de políticas industriales ha demostrado en países como Japón o Estados Unidos que el proteccionismo en los sectores débiles del país puede contribuir a su desarrollo.
Un claro ejemplo de esto es el campo mexicano, que ha sido muy dañado por la entrada de productos extranjeros con precios con los que no se puede competir, la lógica priísta nos dice que atraigamos empresas extranjeras para que puedan comprarle a precios muy bajos a nuestros productores y así el campesino pueda tener para comer.
¿Qué pasaría si se invirtiera en la producción?
México es un país muy rico, a pesar de la fuerte ambición de algunos gobernantes hemos logrado seguir de pie, sabemos que lo complicado de la economía mexicana está en que los recursos puedan llegar realmente a su destino.
La inversión en nuestras empresas es el camino para generar realmente desarrollo, necesitamos que estas pymes puedan convertirse en grandes empresas exportadoras de productos que promocionen la calidad de la industria mexicana.
De qué sirve seguir abriendo el mercado y generando más tratados si la industria mexicana va a seguir desprotegida, primero hay que proteger a los nuestros para poder afrontar el libre comercio con calidad y competitividad.
Estamos amarrados de brazos, el temor que nos genera nuestro “aliado” del norte, es el que nos impulsa a ceder ante sus exigencias, ¡las respuestas están en la gente señor presidente!, por un lado vemos a un equipo de expertos tomando el liderazgo de las negociaciones del TLCAN y por otro al pueblo manifestándose ante las nuevas cláusulas que se van a imponer.
No se han podido percatar que en los problemas de nuestra gente está la solución, nuestros campesinos, nuestros empresarios son los que deberían de estar negociado, no un escuadrón de gente que antepone sus intereses propios a los de su propia gente.
México necesita gente competitiva, gente preparada, no obreros que sigan atrayendo empresas extranjeras.
¿Quieren menos violencia? Hay que brindarles educación de calidad a nuestros jóvenes, ¿Quieren menos delincuencia? Hay que apoyar a las empresas mexicanas y a nuestros emprendedores. ¿Quieren mejores oportunidades? Hay que exigir mejores gobernantes.