Terremoto político
Alberto Vieyra G. jueves 17, Ago 2017De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Desde principios del 2016, la justicia brasileña inicio una investigación en contra del empresario brasileño, Marcelo Odebrecht, cuya empresa dedicada al ramo de la construcción la caracterizaba el sello de la corrupción en todo el continente americano, Europa y África.
Odebrecht está preso. Entre las patas se ha llevado a varios gobiernos corruptos que otorgaron millonarios contratos a cambio de millonarios sobornos, que en Odebrecht llaman: ‘propinas’. Este hecho desataría un terremoto político en el continente, que hace temblar a los corruptos.
Algunas de esas propinas fueron recibidas por Ollanta Humala, en el Perú, y el ex presidente Lula da Silva en Brasil, que aceptó como soborno que la corrupta empresa le diera una manita de gato y de a gorrión, gratis a su casa de campo, y por eso más de nueve años le esperan en prisión.
El actual mandatario brasileño, Michel Temer, también está en la cuerda floja y en la mira de la justicia brasileña por lo mismo.
En esa perversa trama de corrupción, desde diciembre del año pasado, comenzarían a salir en las declaraciones personajes brasileños como: Luiz Mameri, Hilberto da Silva y Luis Alberto de Meneses, que mencionaban profusamente el nombre de un mexicano llamado, Emilio Lozoya Austin, a quien en diversas entregas le pusieron en cuentas bancarias en paraísos fiscales, algo así como 10 millones de dólares, a cambio de millonarios contratos en la refinería de Tula, Hidalgo.
En el 2012, Lozoya era el coordinador de la campaña peñista en el plano internacional, y el ex funcionario de Pemex ha negado categóricamente haber recibido ese dinero, que presumiblemente pudo haberse ido a la campaña electoral. ¡No sé sabe dónde quedó la bolita!
La Presidencia de la Republica, a través del vocero, Eduardo Sánchez Hernández, lo niega categóricamente, pero se trata de una defensa para confundir, y el asunto tendrá que ventilarse en dos vertientes: la jurídica y lo político.
En lo que se refiere a la cuestión jurídica, en la PGR no saben nada del asunto, pues sostienen que se trata de una investigación interna de la justicia brasileña, y por lo tanto, no hay denuncia alguna contra Lozoya.
Claro que no habrá denuncias, pero las declaraciones juramentadas de Luis Alberto de Meneses, hunden a Lozoya Austin.
Es improbable que el gobierno federal abra una investigación, y en último caso sería sólo para Lozoya.
Lo peligroso del escándalo es lo político, porque el nuevo asunto de corrupción se convirtió en oro molido para los adversarios del PRI.
En lo político, panistas, perredistas, morenistas y demás hierbas de olor le sacarán raja al asunto Odebrecht para sacar al PRI de Los Pinos. La estocada parece ser de muerte, aunque el inquilino de Los Pinos diga que el PRI llegará a 2018 como el partido más fuerte y competitivo.
¿El PRI y Peña Nieto serán capaces de vencer al terremoto político que se cierne sobre ellos por el escándalo Odebrecht?