Tele contra celulares
¬ Salvador Estrada jueves 17, Ago 2017Folclor urbano
Salvador Estrada
La televisión fue un gran negocio y su aumento de canales permitió la competencia, pero ahora, “ya no deja tanto como antes”, porque la juventud ya no la ve, debido a que están metidos en sus celulares y en sus tablets.
Los jóvenes están inmiscuidos, mañana, tarde y noche, en sus teléfonos inteligentes y con una habilidad digital usan los celulares para ver programas, películas, documentales, juegos, se comunican, leen y ¡hablan por teléfono!
Y este fenómeno del avance tecnológico está repercutiendo en las familias, cuyos padres ya no dialogan con sus hijos ni en el desayuno, comida o cena, porque éstos están “tomando café, con los audífonos puestos “y moviendo sus pulgares para conectarse con sus “cuadernos”. Y “no pelan a sus papis”.
Los padres les llaman la atención, pero “les dan el avión” y los jóvenes hacen un alto, para luego seguir con su celular, después de ingerir alimentos a la “carrera”. Y así están las cosas todos los días en la mayoría de las familias mexicanas.
La tele sólo la ven los adultos y cerca de 20 millones de jóvenes no la toman en cuenta, porque discuten con sus padres, la tele sólo ofrece “crímenes aquí, muertos allá, sangre por todos lados y mucha demagogia de los políticos y todos los canales pasan lo mismo”.
Sin embargo, la televisión de paga quiere ofrecer algo distinto, pero, pese a que se paga por verla, también, como tele comercial, te surten de comerciales. Y es otra de las razones por las cuales la “chaviza” no quiere ver tele y prefiere tener diversión y entretenimiento en sus teléfonos inteligentes.
Pese a todo lo negativo que tienen los canales de televisión, según alegan los chavos, vienen más canales de televisión, de acuerdo a la licitación que llevó a cabo el Instituto Federal de Telecomunicaciones.
Un empresario norteño, de nombre Remigio Ángel González, a través de la empresa Telsusa Televisión México, se llevó canales con cobertura en Guanajuato, Jalisco Nuevo León, Puebla, Quintana Roo, Veracruz, Yucatán y Campeche.
Este empresario pagó por ello 243 millones de pesos y como es propietario de otros canales de televisión en Centroamérica y Sudamérica, se le considera un magnate de los medios de comunicación.
Pero es tanta su habilidad para los negocios, que en Guatemala hizo tratos con el presidente Otto Pérez Molina, cuando era candidato, y éste al término de su mandato fue encarcelado “por corrupción”.
Bueno, en la tele se ven tantas telenovelas de “corrupción, de historias de narcos,” similares y conexos, que con ellas las televisoras pelean el teleauditorio, por lo cual el caso del magnate norteño podría ser una telenovela más. Y el modo de ser de los jóvenes mexicanos podría ser también llevada a la pantalla de cristal con el nombre “la tele contra los celulares, telenovela de la vida real”.