De nuevo la represión contra ciudadanos
¬ José Antonio López Sosa jueves 17, Ago 2017Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
La mañana del martes, en el corredor poniente de la ciudad, perímetro de la delegación Álvaro Obregón, un numeroso grupo de vecinos liderados por Rosa María Ayala se postraron fuera de la construcción de edificios irregulares en la Av. de las Torres.
Una vez más, los manifestantes fueron golpeados y removidos por efectivos del cuerpo de granaderos y la policía de la Ciudad de México.
En el pasado habían sido víctimas de la represión en una manifestación que dirigían hacia la delegación sobre el anillo periférico.
Lo que piden los vecinos liderados por Ayala Sánchez es legítimo: que se respeten los usos de suelo en la zona y no se permita la construcción indiscriminada de edificios que afectan no sólo a ellos, sino la movilidad y la calidad de vida en la zona en general.
La autoridad capitalina una vez más muestra que, cuando las manifestaciones son contra el gobierno federal, estas pueden realizarse sin problemas, sin embargo, cuando estas ponen en evidencia la corrupción y los malos manejos en el gobierno de la ciudad, de inmediato se llama a la represión.
Es preocupante que la libre manifestación de ideas esté siendo vulnerada una y otra vez, en especial cuando este grupo de vecinos, forman parte de la asociación La Angostura, que tiene un trabajo social activo en toda la zona poniente de la Ciudad de México.
El gobierno de la Ciudad de México minimiza estas movilizaciones, las combate con el uso de la fuerza pública y al mismo tiempo, tergiversa la información para que esta se retome y publique de forma errónea, una vieja estrategia de las oficinas de comunicación social en México.
Cabe señalar que los vecinos liderados por Rosa María Ayala, tienen una serie de incumplimientos pendientes tanto de la delegación Álvaro Obregón, como del gobierno de la ciudad y por parte de la Asamblea Legislativa, del diputado Leonel Luna, quienes se han encargado de acechar y minimizar el trabajo de estas personas que suman varios miles.
En ninguna administración capitalina desde 1997 se había hecho un uso sistemático de la represión como sucede ahora, es momento de asomarnos como ciudadanos a observar las decisiones que se toman en el seno del gobierno capitalino, con un discurso democrático y con una actitud que contradice sus dichos, usando la fuerza pública contra hombres, mujeres y niños en las calles por el simple hecho de manifestarse.
Lamentables las decisiones del señor Mancera y su gabinete. Si con ese rigor combatieran la delincuencia, otra ciudad sería ésta.
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